Hace unos años los obispos católicos cubanos publicaron una carta pastoral titulada “la esperanza no defrauda”. A lo largo de la misma se hablaba de la importancia que tenía para los cubanos mantener viva la esperanza, ponerla en la fe y en Jesús, y afrontar la vida siempre con la convicción
Los tiempos cruciales que estamos viviendo en Cuba hacen cada vez más urgentes y necesarias las propuestas que ayuden a buscar soluciones a la crisis sistémica y terminal de la que habría que salir por la vía pacífica
Los días que corren en Cuba se suceden entre la resignación y la desesperanza. La pandemia, el ordenamiento monetario, la falta de combustible
La Ley de Nacionalización General y Gratuita de la Enseñanza, uno de los pilares del modelo totalitarismo cubano, fue precedida de una secuencia de hechos que indican el giro sufrido por el proceso revolucionario de la “democracia declarada a la instauración de un modelo totalitario
Otro de los síntomas del daño antropológico causado por el totalitarismo en Cuba es la incoherencia. Existen, por lo menos, dos grandes tipos de incoherencia: la incoherencia de vida y la incoherencia en la existencia cotidiana
Una vieja estrategia, desde tiempos inmemoriales, intenta establecer aquello de que “divide y vencerás”. La frase, aunque de dudoso origen, fue atribuida al emperador romano Julio César, para referirse a una estrategia política
En el juicio por el asalto al cuartel Moncada en 1953 la educación no ocupó un lugar central y la Ley Fundamental, de febrero de 1959 se limitó a reproducir los 13 artículos
Ante cada accidente, catástrofe natural, fracaso económico o explosión social, pareciera que los cubanos estamos “destinados” a sufrir, a resignarnos, a involucionar. He llamado a las últimas pruebas que hemos tenido que
En la resolución de conflictos existen dos premisas necesarias para lograr el éxito: la primera, estar conscientes de que verdaderamente existe un conflicto, llamarlo por su nombre, identificarlo de manera certera
Que la economía se sienta en la vida cotidiana de la gente, es la mejor medida que podemos tener de que las cosas funcionan. De nada sirve aferrarse a un discurso