La formación de maestros en Cuba antes y después de 1959

Martes de Dimas

Los datos oficiales acerca de la formación de maestros en Cuba ocultan los avances alcanzados antes de la revolución de 1959 y exageran los resultados posteriores.

Surgimiento y resultado de las escuelas normales

La historia de las escuelas formadoras de maestros en Cuba comenzó a principios del siglo XIX con la solicitud realizada por José de la Luz y Caballero para fundar una Escuela Normal. En 1857 los escolapios fundaron la primera institución con ese fin. En 1890 el gobierno colonial fundó la Escuela Normal de La Habana y en 1899, bajo el Gobierno de Ocupación fundó la Escuela de Pedagogía.

Ante la escasez de maestros para cubrir 3 mil nuevas aulas abiertas se autorizó a personas sin formación profesional para ejercer el magisterio. Entonces destacados pedagogos y asociaciones cívicas desplegaron varias iniciativas para la formación de maestros hasta que en 1915 se aprobó una Ley para crear en cada provincia una Escuela Normal para varones y otra para hembras, las que se erigieron entre 1917 y 1923, incluyendo dos centros de formación de maestros en Holguín y Cienfuegos denominados Patronatos. A esos esfuerzos se unieron los cursos de verano, que incluyeron el envío de maestros cubanos a recibir formación pedagógica en la Universidad de Harvard y en la Escuela Normal de New Platz, en New York.

A la Escuela Normal se unieron la Escuela Normal de Kindergarten en 1902; la Escuela del Hogar en 1918, convertidas planteles para formar maestras de Trabajos Manuales y Economía Doméstica; las Escuelas Cívico-Militares, creadas en 1936, bajo la dirección del Cuerpo de Cultura del Ejército y en 1941 la Escuela Normal Rural. Resultado de ese sistema de centros formadores de 3 608 maestros que habían en 1902, en 1952 el número se había elevado a 23 115.

Fidel sobre la formación de maestros

El discurso pronunciado por Fidel Castro en el Primer Congreso de Maestros Rurales celebrado en agosto de 1959 confirma el valor del sistema de escuelas normales de Cuba antes de la revolución.

Al llegar nosotros al poder –expreso Fidel– nos encontramos con estas realidades: primero, un número extraordinario de maestros con títulos, que sin embargo no tenían trabajo; 600 000 niños aproximadamente […] que no estaban recibiendo enseñanza, […] y el Gobierno Revolucionario no tenía recursos suficientes para afrontar todas las necesidades del país […]

El reconocimiento de un número extraordinario de maestros con títulos confirma el resultado del sistema de escuelas pedagógicas antes de 1959 y demuestra, por tanto, que no era necesario clausurarlas, como se hizo en 1961.

Quizás por motivos de cierta incertidumbre acerca del resultado de la primera gestión, unido por otro lado al deseo de ir sustituyendo aquel esfuerzo voluntario por un esfuerzo sistemático en el ministerio, permitimos, o en fin, dejamos de seguir una orientación enteramente correcta en este problema.

La primera gestión se refiere a 1 800 maestros que impartieron clases en los campos dirigidos por el Ejército, cuyo antecedente fue el plan ejecutado por Fulgencio Batista en 1936, quien designó a militares para prestar servicios de enseñanza en lugares donde no existían. El hecho es que el empleo de militares como maestros, después de 1959, no arrojó los resultados esperados y obligó a acudir a los maestros normalistas.

[…] lo que quiero proponerles a los maestros –dijo en otra parte de su discurso– es que con los mismos recursos que tenemos para crear 5 000 aulas, creemos las 10 000 aulas; que con los mismos recursos que tenemos para dar empleo a 5 000 maestros, les demos empleo a 10 000 maestros […] –y añadió: […] que este ejemplo de sacrificio empiece por los maestros; que esta lección de que tenemos que sacrificarnos hoy, si queremos tener felicidad mañana, empiece por los maestros y que los maestros se pongan a la cabeza del civismo del país con un poco de esfuerzo.

El método seguido fue sencillo: utilizar los maestros graduados antes de 1959, rebajándole el salario a la mitad para cubrir 10 mil en lugar de 5 mil aulas y subordinar al magisterio a una idea ajena a la función de la educación mediante la militarización, el adoctrinamiento ideológico y el monopolio de los medios de comunicación en manos del Estado.

El objetivo de convertir a los maestros en los pioneros de la participación cívica resultó irrealizable desde un pensamiento y un mando único; lo que Paulo Freire designa como práctica mesiánica-autoritaria, cuya tarea no es proponer sino imponer; una práctica que se generalizó en la alfabetización, en las nuevas escuelas formadoras de maestros, en decenas de planes fracasados y en el intento de formar un “hombre nuevo”.

Las “Makarenko”, formadas en los primeros años de revolución, los maestros del “Destacamento Manuel Ascunse Domenech”, en 1972 y los siguientes planes para formar maestros “emergentes”, al desconocer la labor realizada antes de 1959, la calidad de la enseñanza se ha deteriorado, ha generado la emigración de miles de profesionales de la enseñanza hacia el exterior o hacia labores más lucrativas, la enseñanza privada resurgió en su peor modalidad: el “repasador”, inaccesible a las familias de menores ingresos y la expulsión de los cientos de profesores y alumnos que no se sometieron a esa imposición, lo que puede corroborarse en los informes que mensualmente publica el Observatorio de Libertad Académica.

La Habana-Lleida, 11 de julio de 2022

 

 


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).

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