Tengo muchos amigos que conocen Cuba a través de las redes sociales y los contactos directos con cubanos de la Isla. Muchos contrastan la realidad descrita por ambas vías. A juzgar por lo que publican los diarios nacionales oficialistas, muchos me han preguntado si vivimos en el paraíso terrenal porque “todo aquí es bueno y los asesinatos, tiroteos, las crisis y hasta el efecto del cambio climático, es peor en todo el mundo”.
Es cierto que la realidad que se muestra de un país, al igual que mostramos lo mejor de nuestros hogares y familias cuando alguien nos visita, es lo mejor que tenemos. Esto no significa vivir de espaldas a las circunstancias reales de la cotidianidad, ni mucho menos criticar continuamente “al resto del mundo”, como se suele escuchar, por ejemplo, en los espacios del Noticiero Nacional de Televisión. Mucho menos cuando tenemos, como puede tener cualquier familia, institución o país, el techo de cristal.
Debemos ser cuidadosos a la hora de transmitir un mensaje hacia nuestros interlocutores. Debemos ser conscientes de que no tenemos nunca la verdad absoluta, ni la resolución de todos los problemas en nuestras manos. Debemos tener muy claros nuestros objetivos a la hora de comunicar: ¿queremos fomentar el desánimo o generar confianza? ¿Queremos servir de multiplicadores de mensajes positivos o repetidores constantes de la calamidad, las malas noticias, en fin, del mensaje negativo?
Incluso, a la hora de ofrecer una mala noticia debemos ser sumamente adecuados. Abundan los “no hay…”, “cerrado por…”, “no estamos trabajando”, “no se acepta…”, “prohibido…” entre otras muchas frases que se han convertido en slogans de la cotidianidad. Por ejemplo, tan solo en un día, de paso por mi ciudad, me he encontrado con los tres mensajes que componen la foto de portada de esta columna. En ocasiones aparecen incluso las causas del cierre o la no atención al público, lo que no entiende la ciudadanía es, por ejemplo: ¿por qué la fumigación antivectores en los centros de trabajo se realiza en horario laboral? ¿Por qué se puede cerrar un servicio de radiología a pacientes oncológicos porque es “feriado”? ¿Por qué en un país en que circulan dos monedas una de ellas sirve en unos establecimientos y la otra no?
La vida está cargada de todos los problemas normales relativos a la existencia humana, no es necesario agregar más inri a la situación que vivimos hoy día. Nos corresponde transmitir un mensaje cargado positivamente, lo que no significa enajenarse y no hacer frente a las vicisitudes intrínsecas de la persona humana, el sistema, el país y el mundo. Cuidar el lenguaje es importante, más lo es cuidar la intencionalidad. Es hora de construir, animar y fortalecer el espíritu.
Recordemos a Ortega y Gasset: “A la República solo ha de salvarse pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectarse hacia el futuro”.
Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
Licenciado en Microbiología.
Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
Responsable de Ediciones Convivencia.
Reside en Pinar del Río.