La estabilidad es una cualidad de la persona que le permite mantenerse en un estado físico o espiritual por un determinado tiempo. Da idea de equilibrio, firmeza de principios y seguridad emocional. Este término, valor, cualidad, principio, puede ser considerado en diferentes perspectivas de la vida personal y social. Comentemos algunas de ellas.
Cuando hablamos de la estabilidad política de una nación nos referimos a la capacidad que tienen los pueblos de trazar estrategias para una conducción y liderazgo basado en la convivencia civilizada de todos los ciudadanos, sociedad civil y Estado. Se dice que un país es estable políticamente hablando cuando está preparado para sobrepasar los momentos de crisis, cuando no depende netamente de factores externos, y cuando se mantienen las leyes y se respetan los derechos humanos, sin provocar grandes cambios ni lesionar al ciudadano.
Si de estabilidad económica se trata es necesario referirse a la correspondencia entre los niveles de producción y la calidad de vida de los ciudadanos, a la fortaleza de la moneda, a la diversidad de mercados, a la inversión extranjera, a los precios, al costo de la vida, a los salarios, y sobre todo al modelo económico a seguir, que debe ser productivo, sustentable, basado en la justicia social y que garantice condiciones mínimas de vida.
No podemos dejar de mencionar la estabilidad personal, que algunos expertos denominan estabilidad emocional. Esta última tiene relación directa con la estabilidad económica y política de un país, dado que los modelos de familia, educación, el Estado y las condiciones mínimas de vida determinan que el ser humano se desempeñe al máximo de sus aptitudes y talentos. La estabilidad emocional permite convertir los reveses y avatares de la vida, comunes y a veces necesarios, en crecimiento personal.
En estos tiempos que vive Cuba el término estabilidad se refuerza: mantener la coherencia interna a pesar de los cambios, lograr la moderación en la conducta y a su vez sostener la firmeza en lo que se cree, lo que se dice y lo que se hace, deben ser nuestras tareas constantes en 2018.
Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
Licenciado en Microbiología.
Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
Responsable de Ediciones Convivencia.
Reside en Pinar del Río.