Martes de Dimas
A primera resulta incomprensible ocurrido el resultado de la VI Cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos (CELAC), celebrada en México el pasado 18 de septiembre. Una mirada retrospectiva a la relación de la reciente cumbre con la Organización de Estados Americanos y con Alianza Bolivariana para los Pueblos de América, arroja luz sobre las causas de lo ocurrido.
La OEA
La Organización de Estados Americanos (OEA) se fundó el 2 de mayo de 1948, en el contexto de la Guerra Fría entre las dos grandes potencias emergidas de la Segunda Guerra Mundial. En ese contexto el gobierno revolucionario cubano, que tomó el poder en 1959, concentró la propiedad en manos del Estado, expropió las empresas norteamericanas, restableció las relaciones diplomáticas con la Unión Soviética, declaró el carácter socialista de la revolución, suprimió las libertades cívicas y políticas e intentó expandir la revolución al resto de la región, generando fricciones con los vecinos, especialmente con Estados Unidos.
Para detener la influencia de Cuba en la región, la OEA en su VII Reunión de Consulta, Costa Rica, 1960, declaró al sistema interamericano incompatible con cualquier forma de totalitarismo. Dos años después, en la VIII Reunión de Consulta, Uruguay, 1962, aprobó -con la excepción de México- la exclusión de Cuba de esa organización regional.
Desaparecida la Unión Soviética y el bloque comunista,aunque quedaba en pie el irrespeto a los derechos humanos y a las libertades fundamentales, la adhesión al marxismo dejó de ser un obstáculo para la presencia de Cuba en esa asociación regional. Entonces, en septiembre de 2001, la OEA aprobó unos nuevos estatutos: la “Carta Democrática Interamericana“, un documento vinculante que refrendó los elementos básicos de la democracia republicana como condición de obligatorio cumplimiento para sus miembros. Y en junio de 2009, cuando los gobiernos de Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Perú intentaron el reingreso de Cuba de forma incondicional, la OEA dejó sin efecto la exclusión, pero con la condición de que Cuba lo solicitara, conforme a los propósitos y principios contenidos en la Carta Democrática. Elgobierno cubano tenía dos opciones: exigir el reingreso de forma incondicional o iniciar un proceso de acuerdo a los propósitos y principios de dicha organización.
Fracasado el intento de la reincorporación incondicional, el canciller cubano, el 25 de mayo de 2009 en Caracas, expresó que Cuba trabajaría para desmantelar la OEA y fundar una nueva organización de países latinoamericanos y caribeños sin Estados Unidos. Dos semanas después, el lunes 8 de junio de 2009, el gobierno cubano ratificó, en el diario Granma, que Cuba no regresaría a la OEA. Desde ese momento los gobiernos bolivarianos, encabezados por Cuba y Venezuela, se enfrascaron en una lucha a muerte contra la OEA como parte de la lucha contra Estados Unidos, cuyo último capítulo ha sido la ideologización extrema que caracterizó la cumbre de México.
EL ALBA
La Alianza Bolivariana para los Pueblos de América-Tratado de Libre Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) se fundó en La Habana el 14 de diciembre de 2004, basada en las doctrinas de izquierda promovidas por Cuba y Venezuela, que aunque formalmente acataron los principios democráticos, colocaron a Cuba ante una flagrante contradicción, donde los principios contemplados en los documentos del ALBA: las libertades ciudadanas y el respeto a los derechos humanos brillan por su ausencia.
LA CELAC
La Comunidad de Estados latinoamericanos y del Caribe (CELAC), al crearse en Caracas, en el año 2010, en el documento fundacional plantea que el primer objetivo de la CELAC consiste en reafirmar la preservación de la democracia y de los valores democráticos, la vigencia de las instituciones y el Estado de Derecho, el compromiso con el respeto y la plena vigencia de todos los derechos humanos para todos. Sin embargo en ella se admitió a Cuba, un país totalitario, de partido único, sin libertades cívicas ni división de los poderes públicos, para que pudiera participar sin compromisos vinculantes respeto a los derechos humanos y las libertades fundamentales. Es decir, el mal de la CELAC es de nacimiento.
Los trabajos preparativos comenzaron en diciembre de 2008 en Brasil. La Cumbre Fundacional tuvo lugar en febrero de 2010 en México y la fundación definitiva se produjo en diciembre de 2011 en Venezuela. Seguidamente la I Cumbre se celebró en Santiago de Chile (2013), la II en La Habana (2014), la tercera en Costa Rica (2015), la cuarta en Ecuador (2016), la Quinta en República Dominicana (2017). Luego el Salvador y Bolivia asumieron la presidencia, pero sin efectuarse reuniones cumbres. La Sexta acaba de concluir en México 2021 con los resultados ya conocidos.
De lo ocurrido en la VI Cumbre se ha divulgado bastante: incrementar las relaciones económicas entre Cuba y México; apoyar al gobierno cubano ante la profundidad de la crisis que enfrenta; propiciar un acercamiento entre Washington y La Habana; influir sobre Nicolás Maduro para evitar el naufragio que amenaza las negociaciones entre el gobierno y la oposición de Venezuela; el intento de México, en ausencia de Brasil y Argentina, de liderar la región; oxigenar a la moribunda CELAC, separarse de la Organización de Estados Americanos (OEA) y desde esa posición establecer una integración económica de la región con Estados Unidos y Canadá.
La prioridad brindada por el presidente mexicano a las relaciones ideológicas con los gobiernos de Cuba y Venezuela, frustraron dichos objetivos; pues para los países miembros de la CELAC, empezando por México, las relaciones con Estados Unidos –la primera potencia económica, científica y militar del mundo– son determinantes.
En la VI Cumbre los discursos del canciller de Nicaragua contra Argentina; del peruano Pedro Castillo, que prefirió mirar hacia otra parte; pero especialmente los presidentesde Paraguay, Ecuador y Uruguay, plantearon la falta de democracia y de libertades en Cuba, Venezuela y Nicaragua, lo que constituye un serio obstáculo para cualquier propuesta de integración. Esos planteamientos y las respuestas de Nicolás Maduro y Miguel Díaz-Canel fueron suficientes para demostrar lo irrealizable de los objetivos propuestos. La reunión terminó sin acuerdos importantes, sin definir el país que ocupará la próxima presidencia ni la fecha de dicho encuentro: La CELAC no pudo salir del empantanamiento en que se encontraba y la separación de la OEA ni se discutió ni apareció en el documento final del evento.
El manido tema de hundir a la OEA y oxigenar a la CELAC fueron los dos grandes obstáculos que el presidente mejicano, Andrés López Obrador. enfrentó en la VI Cumbre, con un costo político que ha puesto en peligro el liderazgo que aspiraba asumir en la región; costo multiplicado por las alfombras rojas tendidas a los mandatarios de Cuba y Venezuela y otorgarle un discutido protagonismo al presidente cubano en los festejos por el 211 aniversario del Grito de Dolores, con el que se inició la lucha por la independencia de México el 16 de septiembre de 1810.
El fracaso de la VI Cumbre va de la mano con el fracaso del gobierno cubano, necesitado desesperadamente que Estados Unidos le alivie las medidas del embargo; algo muy improbable si Cuba no decide profundizar los cambios al interior del país, mucho más después del descalabro sufrido en México y de la reciente condena del Parlamento Europeo.
La Habana, 26 de septiembre de 2021
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).