Un Jueves Santo para Cuba

Yoandy Izquierdo Toledo
Jueves de Yoandy

Algunos lectores creerán que voy a referirme a las prácticas estrictamente piadosas o ceremoniales que vivimos los cristianos que somos seguidores de Jesucristo en estos días sagrados.

Sin embargo, quisiera sacar algunas lecciones cívicas para hoy en Cuba, a partir de lo que Jesús y sus apóstoles vivieron hace más de 2000 años y que conmemoramos en la Semana Santa.

Me detendré especialmente en gestos y palabras de Jesús en la última cena y que tienen una vigencia extraordinaria, tanto para creyentes, como para ateos o indiferentes.

El servicio, la traición, el amor y la entrega

Cuba, es decir, los cubanos de la Isla y de la Diáspora, necesitamos vivir valores y virtudes que nos ayuden a crecer y desarrollarnos como seres humanos y a sanar el daño antropológico que ha herido nuestras facultades personales y nuestras relaciones sociales.

1. El espíritu y la actitud de servicio

Tradicionalmente el pueblo cubano estaba formado por gente servicial siguiendo aquel refrán de “Haz bien y no mires a quien”. Sin embargo, una de las pobrezas que hoy sufrimos los cubanos es una especie de individualismo reactivo. Es decir, a fuerza de ser presionados de mil formas para ser solidarios por decreto, y convertir el voluntariado en una obligación, muchos nos hemos parapetado en un búnker de egoísmo, volviéndonos “casa-solas” y actuando bajo el grito de “sálvese el que pueda”. A esto le acompaña una especie de altanería y autosuficiente soberbia, de querer someter y poner a los demás a nuestros pies.

Todos, creyentes o no, podemos aprender de Jesús de Nazaret que, siendo el Maestro y el Mesías, se puso como un sirviente a lavarle los pies a sus apóstoles. Jesús acompañó esta actitud con un mensaje muy claro y aterrizado: “El que quiera ser el primero entre ustedes, póngase al servicio de los demás.” Eso debemos hacer todos los cubanos, pero especialmente los que tienen cargos políticos, sociales y eclesiales, que son y deben ser servidores públicos.

2. La traición y el perdón

En la última cena, que celebramos especialmente cada jueves santo, Jesús desenmascara a quien lo estaba traicionando. Lo que más dolía es que era uno de sus doce apóstoles: Judas Iscariote. Traición por dinero. Traición por envidia. Traición por flojera. En Cuba se viven hoy también todos esos tipos de traiciones. Se delata, se negocia con el poder, se entrega a los inocentes. Cuba necesita aprender de Jesús, que denuncia al que lo va a traicionar pero desde la cruz supera la tentación del odio, de la venganza, del “ojo por ojo” y proclama el perdón universal: “Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen.” Cuba debe cultivar para hoy, y sobre todo para mañana, la actitud de perdonar sin resentimientos.

3. El amor y la entrega

La cumbre de las virtudes cívicas es el amor. No un amor interesado, que espera reciprocidad. No un amor solamente a quienes nos aman. La mayor estatura cívica se alcanza en el amor de entrega, el amor sacrificial, el amor gratuito y redentor del otro. El amor entregado es la máxima virtud del ser humano y la más heroica actitud del ciudadano: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos”. Cuba necesita urgentemente cultivar este amor sacrificado y desbordante de gratuidad y fecundidad.

Que al vivir hoy en Cuba otro Jueves Santo, aprendamos a vivir estas actitudes de servicio, perdón, amor y entrega, de modo que Cuba, es decir, los cubanos, cambiemos desde dentro de nosotros mismos y así podamos realizar, con virtud y valor, los cambios estructurales que necesitamos.

 

 


  • Yoandy Izquierdo Toledo
  • Licenciado en Microbiología Universidad de La Habana
  • Máster en Bioética Universidad Católica de Valencia
  • Máster en Ciencias Sociales Universidad Francisco de Vitoria
  • Consejo Directivo Centro de Estudios Convivencia
  • www.centroconvivencia.org
  • Facebook Yoandy Izquierdo
  • Twitter @YoandyIzquierdo
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