Hoy es Navidad, celebración del nacimiento de Jesucristo. Es una fiesta religiosa para los que creemos en que Jesús de Nazaret, es el Hijo de Dios, y aspiramos a ser sus discípulos en la vida. Es, también, una fiesta tradicional de la familia y el hogar en que festejamos la vida, nos deseamos los mejores dones y rogamos por la paz en todo el mundo.
De ahí, pueden surgir algunas preguntas: ¿Hay Navidad para Cuba? ¿Debemos celebrarla? ¿Cuáles serían los mejores deseos y dones para nuestra querida y sufrida Patria? Estas son mis respuestas personales:
Navidad es también para Cuba porque, según nuestra fe, Cristo sigue naciendo para todos.
Navidad es también para Cuba porque la gran alegría de su redención puede liberar a todos.
Navidad es también para Cuba porque, creyentes o no, celebramos la vida y deseamos la paz.
Por estas razones y por los buenos sentimientos y deseos que originan debemos celebrar Navidad también en Cuba que, como todas las naciones, necesita una nueva vida a partir de 2018 que esperamos que sea un año nuevo de verdad en la existencia cotidiana de todos los cubanos. En estas circunstancias y nuevas expectativas expreso a continuación mis mejores deseos y oraciones en esta Navidad de 2017 para todos los cubanos, los de la Isla y los que esperan, aman, trabajan, anhelan su Patria y están dispersos por el mundo en exilio, emigración, Diáspora:
Que Cuba, vale decir, los cubanos, tengamos salud, fuerza interior y voluntad para cambiar.
Que los cubanos cambiemos en nuestro interior y en nuestras actitudes para ser más conscientes de lo que podemos, más comprometidos con lo que debemos, más cariñosos con todos y más audaces en lo que queremos y, a veces, no decimos o hacemos por miedo o por egoísmo.
Que la familia cubana pueda unirse y tener una vida digna, próspera y feliz, aquí y donde sea.
Que todos los cubanos podamos vivir en paz, con sosiego de espíritu, con libertad de conciencia, de palabra y de acción, sin miedo a nosotros mismos, al qué dirán o a la opresión.
Que los cubanos no nos excluyamos, ni nos persigamos, ni nos reprimamos unos a otros, por ser diferentes, pensar discrepantes, actuar libremente y creer trascendente.
Que todos podamos gozar, en paz y laboriosidad, de todos nuestros derechos humanos, no solo ni en primer lugar por política, sino sencillamente porque todos somos seres humanos y nacemos con esos derechos.
Que nadie tema a “ser de los derechos humanos”, ni esto sea una mancha, o un motivo de discriminación o un miedo insuperable para nadie. Que ser y defender los derechos humanos para todos sea en Cuba una gloria, un mérito ciudadano, una dignidad plena y una buena acción, para que así no seamos inconsecuentes con el máximo deseo de Martí: “Yo quiero que la ley suprema de la República sea el culto de los cubanos a la dignidad plena del hombre”.
Que Navidad, fiesta del nacimiento de lo Nuevo, sea verdaderamente una fiesta personal y social por el nacimiento de los tiempos nuevos para Cuba.
Y, digámoslo sinceramente, todos los cubanos y cubanas, crean o no, piensen como piensen y vivan donde vivan, sabemos a ciencia cierta, y desde lo más profundo de nuestra alma qué significa, para Cuba y para cada cubano, el amanecer de unos tiempos nuevos, realmente nuevos.
Que nada ni nadie aborte estos tiempos nuevos que tanto hemos esperado.
Que todos demos a luz a esos tiempos nuevos y seamos facilitadores de su alumbramiento.
Todo esto quiero decir cuando repito, con gozo, la bimilenaria enhorabuena: ¡Feliz Navidad!
Hasta el próximo lunes que ya será Año Nuevo 2018.
Nuevo, si Dios quiere… y nosotros lo hacemos.
Dagoberto Valdés Hernández (Pinar del Río, 1955).
Ingeniero agrónomo. Premios “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007, A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011 y Premio Patmos 2017.
Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007.
Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006.
Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director.
Reside en Pinar del Río