He hablado de la crisis terminal y el dolor desgarrador que se vive y se sufre dentro de la Isla por tantos motivos. Hoy quiero referirme a un dolor compartido entre todas las orillas de nuestra nación desmembrada.
Estamos viviendo, en Cuba y en el mundo, tiempos de desconcierto. Es una mezcla de cambio de paradigmas, medidas económicas drásticas, abandono de alianzas políticas, ruptura de modelos sociales, desarraigos de lo mejor de la cultura occidental de raíz cristiana, entre otras fuentes de desconcierto
He escuchado a bastantes personas en Cuba que me dicen: “es que creen que somos idiotas”, otras expresan: “es que nos consideran tontos o estúpidos”, y otros que exclaman:
Recientes acontecimientos en Cuba y en el mundo han abierto un debate, en ocasiones apasionado y en otras partidista, acerca de la validez de cualquier medio para alcanzar algunos fines considerados como buenos.
Hacer un discernimiento de actuaciones personales propias o ajenas, de acontecimientos sociales o internacionales, de estrategias de negociación o de gestiones de paz y libertad, requiere una escala de valores éticos que, con frecuencia, entra en contradicción con posturas ideológicas
uando las crisis y la desesperación duran demasiado, son invivibles y parece que el futuro se pudiera parecer al pasado o al presente, entonces surgen viejos fantasmas, pululan las tentaciones desesperadas y radicales. El péndulo se acelera y golpea los extremos hasta desenterrar alternativas
En la medida que aumenta el estado de opinión de que el cambio se acerca en Cuba, va creciendo la certeza de que es absolutamente necesario prever hacia dónde se quiere cambiar. Se hace más evidente que salir del proyecto que fenece no es suficiente, que lo más importante es pensar en proyectos viables y novedosos para la reconstrucción del país
El cambio de gobierno en Estados Unidos, la nueva Alta Representante para Asuntos Exteriores de la Unión Europea, la asunción de gobiernos democráticos de centro y de derecha en varios países de la región, entre otros factores que confluyen para crear un ambiente internacional favorable a las democracias, han provocado el aumento de las expectativas de cambio en Cuba
El pasado 21 de enero de 2025 he recibido el grado académico de Doctor en Humanidades: Historia, Filosofía y Estética, por la Universidad Francisco de Vitoria en Madrid. Durante 4 años estuve estudiando en el programa de Filosofía, especialmente en la línea de investigación llamada «Antropología para la formación integral»
Todas las noticias sobre Cuba giran en estos días alrededor de la excarcelación de algunos presos políticos, todavía no todos. Esperamos que así sea muy pronto. Nadie debe ir a la cárcel por manifestar sus ideas políticas o por pedir pacíficamente un cambio