“Granma”, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba, ha publicado en su edición del viernes 1 de diciembre, página 3, la llamada “Información válida de los resultados de la primera vuelta de las elecciones de delegados a las Asambleas Municipales del Poder Popular, efectuadas el pasado 26 de noviembre” de 2017.
Todos sabemos y el gobierno acepta que la “democracia a lo cubano” no es igual a la democracia sin apellidos. Todos sabemos también que estas no son elecciones entre diferentes programas o propuestas para el bien del país, si no la validación de electos ya por una Comisión de Candidatura, o por una Asamblea de Nominación dominada por el poder a la que se impidió, por muy diversos métodos aviesos, llegar a ciudadanos cubanos en plena facultad de sus derechos que deseaban participar como candidatos independientes. Todos sabemos también que todo este proceso, de principio a fin, está dirigido, controlado y determinado por el gobierno de un solo Partido.
Además, y para más “inri”, la propia tabla está salpicada de errores aritméticos igualmente increíbles, cambios en la cantidad de electores en el padrón electoral y pifias como este “detalle” que les cuento: como pinareño me detuve en las cifras que ponen de mi provincia, no me asombra que seamos la provincia con mayor cantidad proporcional de boletas en blanco de toda Cuba con 21 983 ciudadanos que expresaron así su opinión, para un 5,27 %, más de un punto porcentual de la media de la nación que fue de 4,12 %. Pero me asombró que luego de tantos días “validando” y de haber participado más de 200 mil personas en la organización del proceso, según declaraciones del segundo secretario del PCC, la Tabla refiera que en Pinar del Río fueron anuladas 112 753 boletas y que esto representara el 3,05 % de las boletas válidas.
Otra vez se equivoca el “Granma” y reconoce otro error lamentable, asumiendo toda la responsabilidad en una Fe de Erratas publicadas el sábado 2 de diciembre de 2017 exonerando de toda responsabilidad a la Comisión Electoral Nacional (CEN). No sería la misma responsabilidad si mencionamos a los 6 588 difuntos u otros, que permanecieron en los padrones electorales hasta el mismo día del evento comicial, ni los 410 mil 158 que no aparecían y sí fueron a participar, según las declaraciones de la propia presidenta de la CEN. O la “actualización” de los datos preliminares que al día siguiente ofrecía la máxima dirección electoral que era primero de un 85,94 % y luego de 89,02 %. Eso sería cuestión de evaluar el trabajo organizativo previo. Sigo para no distraer más con estos “detalles”.
Pues bien, dicho esto que es obvio, también para exorcizar a los propios “demonios” interiores y externos que nos distraen recordándonos lo que aquí vivimos, sabemos y podemos comprobar cotidianamente, deseo destacar una sola lección o moraleja que me parece importante destacar de estas “cifras oficiales”:
A pesar de los pesares, de “este sistema electoral” que habría que cambiar, los datos validados y publicados en el diario oficial reflejan que los ciudadanos que manifestaron alguna discrepancia o indiferencia con relación a este modelo electoral o socio-político-económico han sido, según esta fuente, un total de 1 millón 562 mil 731 cubanos que forman parte de los que aparecieron en el registro electoral, vale decir, de 8 millones 548 mil 608 empadronados, no de los más de 11 millones de habitantes que tiene Cuba en la Isla. Esto sin contar los cubanos que viven fuera de ella y todavía no se les reconoce el derecho inalienable de ejercer o no esta prerrogativa cívica.
Este más de millón y medio de cubanos y cubanas representan 18,28 % de todos los que podíamos participar. Su desglose, repito, según las cifras oficiales publicadas en “Granma”, subsanado el error sobre los “pinareños”, es:
Personas en el Registro Electoral: 8 548 608 – 100 %
Personas que votaron: 7 610 183 – 89,02 %
- Personas que optaron por no votar: 938 425 – 10,98 % del total
- Personas que la dejaron en blanco: 313 958 – 4,12 % de los que votaron
- Personas que anularon la boleta: 310 348 – 4,07 % de los que votaron
Total (a+b+c) …………………………………… 1 562 731 – 18,28 % del total
Moralejas:
- Hay más de un millón y medio de cubanos (18,28%) que han decidido expresar sus diferencias o indiferencias: absteniéndose, dejando en blanco o anulando.
- La crisis económica y social, creciente e interminable, impacta negativamente a todos y va cambiando algo en lo político.
- Los tiempos han cambiado y muchas puertas para escapar se han cerrado.
- Un millón y medio de cubanos no somos ni un “grupúsculo” ni una minoría insignificante despreciada por todos los demás. Somos casi la quinta parte de los electores. Somos más, si lo comparamos con todos los militantes del PCC, algo más de 670 000 militantes, según el Informe al VII Congreso de 16 abril de 2016 que, aún así, se considera la “fuerza dirigente y superior de la sociedad y el Estado” (Art. 5. Constitución de la República)
- Ignorar o silenciar a esta casi quinta parte de los electores cubanos que expresan una posición diferente, no solo es asumir la actitud del avestruz, es además, una grave irresponsabilidad política, y es también, y sobre todo, ningunear a un número bastante significativo dentro de Cuba, incluso, teniendo solo en cuenta sus propias “cifras oficiales”.
No se puede tapar a un millón y medio de ciudadanos con propaganda o represión, como no se puede tapar el sol con un dedo.
Ya lo había dicho el Padre Félix Varela hace casi dos siglos, en 1835-38:
“Dos cosas deben atenderse en el establecimiento de “los príncipes” en una ciudad o nación:
Primero, que todos tengan alguna parte en el principado; pues de este modo se conserva la paz del pueblo, amando todos semejante institución y sosteniéndola;
segundo, en cuanto a la especie de gobierno o establecimiento del principado que es de diversas especies;…Por lo tanto, la mejor institución de los príncipes en una ciudad o reino, es cuando uno manda según la virtud, y bajo él mandan otros, también según la virtud; y sin embargo, este principado pertenece a todos, porque todos pueden elegir y ser electos.
Tal es todo cuerpo político mixto, de reino en cuanto a que uno manda, de aristocracia, en cuanto a que muchos mandan según la virtud, y de democracia, esto es, de la potestad del pueblo, en cuanto a que de los individuos del pueblo se pueden elegir los príncipes, y porque al pueblo pertenece elegirlos. Esto fue establecido por ley divina… (Deuteronomio 21,14 y Éxodo 18,21).” (Cartas a Elpidio sobre la impiedad. Carta II, pág. 40-41. Editorial de la Universidad de La Habana 1944).
Hasta el próximo lunes, si Dios quiere.
Dagoberto Valdés Hernández (Pinar del Río, 1955).
Ingeniero agrónomo. Premios “Jan Karski al Valor y la Compasión” 2004, “Tolerancia Plus” 2007 y A la Perseverancia “Nuestra Voz” 2011.
Dirigió el Centro Cívico y la revista Vitral desde su fundación en 1993 hasta 2007.
Fue miembro del Pontificio Consejo “Justicia y Paz” desde 1999 hasta 2006.
Trabajó como yagüero (recolección de hojas de palma real) durante 10 años.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia y su Director.
Reside en Pinar del Río.