Martes de Dimas
Patria, vocablo del latín patrĭa, derivado de patrius (tierra de los antepasados), en su origen designaba la tierra natal a la cual los nativos se sentían ligados por vínculos afectivos, culturales o históricos. En la Edad Media se empleó como sinónimo del reino celestial, como aparece en las Siete Partidas[1]. En el Renacimiento se utilizó para designar la comarca, aldea o pueblo, y en ocasiones, sin perder el sentido original, se entendió como sinónimo de libertades.
En el siglo XVIII, con los vientos de la ilustración, el término adquirió una significación política. Al identificarse con la libertad, la patria devino incompatible con el yugo del despotismo. Y con las revoluciones americana y europeas, cuyos partidarios se autodefinieron como patriotas, se convirtió en un concepto clave.
En la Cuba de mediados del siglo XVIII, José Martín Félix de Arrate, en La Llave del Nuevo Mundo, usó el término patria para resaltar las características del clima, la geografía y el entorno vegetal de la villa habanera; asociado a la familia, la sociedad y la libertad. Patria y nación estaban separadas. La Habana era la patria del criollo, España la nación.
En las primeras décadas del siglo XIX, cuando el concepto había adquirido mayor carga política, Francisco de Arango y Parreño habló de Cuba como patria y nación, pero de una patria exclusiva para la clase social que representaba. Mientras el padre Félix Varela, el primero que habló en Cuba de patria con el concepto abarcador de todo el territorio nacional y de sus habitantes blancos y negros, definió la patria como el amor que tiene todo hombre al país donde ha nacido y el interés en su prosperidad. No por casualidad José Martí lo llamó patriota entero.
En la segunda Mitad del siglo XIX José Martí le otorgó una dimensión más elevada:
“El amor, madre, a la patria/No es el amor ridículo a la tierra./Ni a la yerba que pisan nuestras plantas;/Es el odio invencible a quien la oprime./Es el rencor eterno a quien la ataca”.[2]
“Patria es comunidad de intereses, unidad de tradiciones, unidad de fines, fusión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.[3]
“La patria no es de nadie: y si es de alguien, será, y esto sólo en espíritu, de quien la sirva con mayor desprendimiento e inteligencia”[4].
“Todo lo de la patria es propiedad común, y objeto libre e inalienable de la acción y el pensamiento de todo aquel que haya nacido en Cuba. La patria es dicha de todos, y no feudo ni capellanía de nadie”.[5]
“Patria es humanidad, es aquella porción de la humanidad que vemos más de cerca, y en que nos tocó nacer”.[6]
Martí incorpora al concepto el sentimiento de pertenencia con el país en que se ha nacido, el amor, el patriotismo. Incluye las tradiciones, fines, derechos y responsabilidades, así como la pertenencia de todo el nacido en Cuba como parte de la humanidad. Por tanto la patria no es de nadie en particular ni debe utilizarse contra otras patrias del universo.
Así, la idea de patria en Cuba adquiere un valor simbólico holístico. Representa los vínculos afectivo, sociales, económicos, políticos y culturales de una nación y por tanto de todos sus habitantes. El concepto, incluye a guerreros, políticos y revolucionarios, pero no se reduce a ellos. Incluye a los que por su entrega y amor han hecho y hacen patria desde las más diversas profesiones: ciencia, pedagogía, cultura, construcciones, pensamientos. Figuras como Tomas Romay en la medicina, Francisco de Albear en la ingeniería, José de la Luz y Caballero en la Pedagogía, o Esteban Tapia Pichardo en la Geografía, entre otros muchos de ese tiempo y de épocas posteriores tributaron a la patria y son por tanto patriotas.
Tampoco los símbolos patrios se reducen a la bandera, el himno, el escudo. Incluyen la flor llamada mariposa, la palma real y el tocororo. También la Virgen de la Caridad del Cobre, una devoción que rebasó el ámbito religioso para adquirir significación social hasta devenir símbolo de cubanía: en 1868, Carlos Manuel de Céspedes se presentó ante su imagen para honrarla y pedirle por la libertad de Cuba; en 1898 el General Agustín Cebreco festejó en el santuario de El Cobre el triunfo de Cuba sobre España en misa solemne donde se interpretó el Te Deum; los mambises de la Guerra de Independencia y los rebeldes de la Sierra Maestra llevaban en sus pechos imágenes de la Virgen y las madres que pedían por ellos llevaban ofrendas; en 1915 veteranos de la Guerra de Independencia solicitaron al Papa Benedicto XV que la declarara Patrona de Cuba; en 1977 el Papa Pablo VI elevó a la dignidad de Basílica al Santuario Nacional de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre; y en 1998 el Papa Juan Pablo II la condecoró nuevamente. Estuvo y está presente en todas las manifestaciones artísticas y culturales. En el caso particular del cine desde La Virgen de la Caridad, de Ramón Peón (1930) hasta Conducta, de Ernesto Daranas (2014).
La patria no es, no se puede, ni se debe unir ni confundir con un Estado, un Gobierno, una ideología, un movimiento histórico, una revolución, una religión, un partido político o un líder. El empleo reiterado del concepto de patria en el discurso, en la enseñanza y en los medios de comunicación oficiales cubanos, en función de una ideología, resulta insostenible. Son muchos los cubanos que en todas las épocas han hecho y hacen patria fuera de Cuba. Félix Varela y José Martí en el siglo XIX y Celia Cruz en el siglo XX, quien enriqueció la música popular cubana y la paseó por el mundo, son ejemplos indiscutibles.
La patria es un sentimiento resultado de la historia, la política, la economía, la cultura, las tradiciones y del sentido de pertenencia, vinculado afectivamente al lugar geográfico en que se nace o se adopta como parte del universo. La patria es, por tanto, de todos, es humanidad.
La Habana, 28 de febrero de 2020
- [1] Las Siete partidas, libro redactado en la Corona de Castilla en el siglo XIII, durante el reinado de Alfonso X.
- [2] Martí, José. Obras Completas. T 18, p.19. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1991
- [3] Ibídem. T 1, p,93
- [4] Martí, José. Obras Escogidas en tres tomos. T1. p.460. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 2000.
- [5] José Martí. Ibídem. T.II, p.367
- [6] José Martí. Obras Completas. T.5, T.1, p. 468. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1991
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).