Martes de Dimas
Entre las manifestaciones culturales surgidas de la diferenciación entre personas, grupos, pueblos y naciones, los símbolos ocupan un lugar relevante. Dentro de ellos los escudos, los himnos y las banderas.
Las banderas -de la que se ocupan estas líneas- son tan antiguas como las guerras. Su término, de origen germánico, significa distintivo o estandarte. En Roma se le llamaba vexillum, del cual proviene el término vexilología que, como la heráldica estudia los escudos, ella designa el estudio de las banderas.
A fines de la Edad Media fueron asumidas como representación de una nación. La más antigua es la de Dinamarca, en la que se basaron las enseñas de los países nórdicos. Para la representación gremial, las cofradías y las hermandades, la bandera y el escudo comenzaron a ser símbolos de sus fines, como es en la masonería. Por su uso se clasifican en tres categorías: Institucionales, de los gobiernos; de Guerra, de las fuerzas armadas y Civiles, de los colectivos de ciudadanos.
La bandera nacional de Cuba fue creada en 1849 por el movimiento anexionista en el fragor de la lucha por la separación de España. Los anexionistas consideraban que el poderío estadounidense protegería al régimen esclavista y/o que ese país era un modelo a imitar por sus libertades democráticas.
Narciso López[1], militar venezolano, que luchó bajo las órdenes de España contra el ejército libertador de Venezuela- actuó de forma similar al generalísimo Máximo Gómez en Santo Domingo- se trasladó a Cuba y comenzó a luchar contra España. López, exiliado en Estados Unidos, fue el principal gestor de nuestra bandera. Según una de las versiones, un día de 1849 despertó de un sueño, miró por la ventana y vio en el cielo los colores del amanecer y a lo lejos un triángulo de nubes rojas en el que brillaba el lucero de Venus, mientras dos nubes blancas que partían del triángulo, dividían en tres franjas azules el cielo resplandeciente. Luego, en una reunión en Houston, Estado de Texas, en la que participaron varios anexionistas, entre ellos el maestro masón, poeta, patriota y dibujante Miguel Teurbe Tolón[2], Cirilo Villaverde[3], José Aniceto Iznaga Borrell, José María Sánchez Iznaga y Juan Manuel Macias, diseñaron, a partir del relato de López e inspirados en la de Texas, la bandera cubana, la cual fue cosida a mano por Emilia, esposa de Teurbe Tolón.
Sus primeros usos fueron como pabellón del buque que trasladó la expedición de López a Cuba y su enarbolación en Cárdenas, durante la toma de la ciudad, el 19 de mayo de 1850. Luego fue adoptada por la Asamblea Constituyente de Guáimaro en 1869, mientras la de Carlos Manuel de Céspedes, la bandera de La Demajagua, fue puesta en las sesiones de la Cámara de Representantes y conservada como parte del tesoro nacional. En 1902 fue acogida como bandera oficial de la República de Cuba e izada en el Castillo del Morro el 20 de mayo de ese año por el Generalísimo Máximo Gómez. Y en 1906, el presidente de la República, Tomás Estrada Palma, estableció las especificaciones de su diseño.
Sobre la bandera cubana existen dos definiciones la social y la masónica:
En la primera, las tres franjas azules, representan los departamentos militares en que Cuba estaba dividida. Las dos franjas blancas, la pureza de los ideales. El triangulo rojo, la sangre a derramar para liberarse y la estrella solitaria, lo sublime y los buenos sentimientos.
En la segunda, las tres franjas azules simbolizan los tres años necesarios para alcanzar el primer grado de la masonería, el de Aprendiz. La suma de las tres franjas azules y las dos rojas, los cinco años para alcanzar el segundo grado, el de Compañero. La suma de las cinco franjas, más el triángulo y la estrella, los siete años para el tercer grado, el de Sublime Maestro. El triángulo rojo simboliza la grandeza del poder que asiste al Gran Arquitecto del Universo (nombre simbólico referido a Dios como primera causa del Universo), cuyos lados iguales aluden a la insignia masónica de libertad, igualdad, fraternidad y a la división tripartita del poder, mientras la estrella de cinco puntas significa la fuerza, la belleza, la sabiduría, la virtud y la solidaridad.
Su origen anexionista y el haber sido asumida por patriotas cubanos de todas las épocas y todas las corrientes e ideologías, desmonta la intención del gobierno cubano de, al igual que insistir que la Universidad es sólo para los revolucionarios, convertir la bandera en prisionera de una ideología y un partido político. La bandera es un símbolo patrio y la patria es de todos.
Cada país establece las leyes y normas para el uso y el respeto de los símbolos nacionales. Lo inaceptable es que el parlamento de un país en crisis, carente de los derechos más elementales, con una economia en retroceso y en la que los jóvenes abandonan su tierra natal, el parlamento ocupe su tiempo en promulgar una ley para el uso de los símbolos nacionales.
Lleida, 25 de agosto de 2019.
[1]En su cuarta expedición a Cuba desembarcó por la provincia de Pinar del Río en agosto de 1851, cayó prisionero y fue ejecutado el 1 de septiembre de ese año.
[2]También autor de nuestro himno nacional
[3] Autor de Cecilia Valdés, obra cumbre de la literatura cubana.
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).