El poder popular, antes y después del 11 de julio

Martes de Dimas 

En los habituales recorridos y reuniones del presidente cubano y primer secretario del Partido Comunista (PCC), Miguel Díaz-Canel, el tema del poder popular ha ocupado un lugar central.

El 30 de septiembre, en la reunión virtual con los delegados municipales del poder popular, dijo: en Cuba se trabaja con la unidad de poderes a través de órganos que tienen funciones diferentes, porque el concepto de poder que se usa aquí en cuba, en la revolución cubana, es el concepto de poder popular, que está subordinado o se construye con el concepto de soberanía popular”. Y al clausurar el II Pleno del PCC y la Asamblea Nacional del Poder Popular (ANPP), los días 24 y 28 de octubre, volvió sobre el tema.

¿Por qué a 45 años de su instauración el poder popular asume ese protagonismo?, Si no se trata de una nueva conceptualización, todo indica que la razón está en la sacudida sísmica de las manifestaciones masiva del 11-J.

En el Pleno del PCC y de la ANPP, Díaz-Canel repitió que el poder ppular consiste en que es intransferible, que tiene sustento en la soberanía popular y que se articula en la estructura estatal a través de órganos con diferentes funciones. Dijo casi lo mismo que reza en el artículo 3 de la Constitución: “En la República de Cuba la soberanía reside intransferiblemente en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado. El pueblo la ejerce directamente o por medio de las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado que de ella se derivan, en la forma y según las normas fijadas por la Constitución y las leyes”.

Las definiciones de soberanía y poder son bastante longevas. Nicolás Maquiavelo, filósofo y político italiano, en 1513 los definió como poder supremo para gobernar; Juan Altusio, jurista y filósofo alemán, en 1603 introdujo el concepto de soberanía popular, el cual no puede ser enajenado ni transferido, pero sí representado por un gobernante designado, que puede ser destituido por el pueblo; y Jean-Jacques Rousseau, escritor y filósofo francés, en 1762 sentenció que la soberanía, como poder del pueblo se trasmite, pero no la voluntad.

Si la soberanía es poder, radica en el pueblo y no se transfiere, significa que el pueblo siempre es el soberano. Por tanto, cuando no la ejerce directamente la delega, perono la transfiere. En el caso de Cuba, según la Constitución, el pueblo delegó la soberanía en las Asambleas del Poder Popular y demás órganos del Estado.

El problema radica en el enorme trecho existente entre el dicho y el hecho. Veamos:

El artículo 5 de la Constitución establece que “el PCC es la fuerza dirigente superior de la sociedad y del Estado”, por tanto, la ANPP ocupa un lugar inferior al PCC.

La Constitución no fue elaborada por delegados elegidos por el pueblo, sino designados por la ANPP, a propuesta del PCC.

– Lo candidatos a Diputados de la ANPP son seleccionados por la Comisión de Candidaturaintegradas por representantes de las organizaciones de masas– subordinadas constitucionalmente al PCC.

-La Comisión de Candidatura goza de potestad para incluir en las nominas al 50% de los candidatos sin ser electos por el pueblo. La misma elige o designa a los jefes de los órganos del Estado.

– El Presidente de la República representa al Estado y dirige su política general, pero el artículo 109 dice que la ANPP elige al Presidente de la República.

Si la Comisión de Candidatura determina la composición de la ANPP y ésta elige al Presidente de la República y ambas se subordinan directa o indirectamente al PCC, entonces es en el PCC y en su Buró Político donde radica la soberanía, es decir, el poder.

La soberanía si es realmente poder del pueblo- al delegarse se controla a través de las elecciones periódicas y libres, la separación de los poderes públicos y la participación activa de los ciudadanos través de la sociedad civil. Tres factores ausentes en el escenario político cubano.

Todo indica que la profundización de la crisis estructural en que Cuba está inmersa, la toma de conciencia del pueblo, de que el poder popular no representa ningún beneficio ante el empeoramiento de sus condiciones de vida. Un hecho que se manifiesta en la baja asistencia a las asambleas de rendición de cuentas y el creciente número de cubanos que en las elecciones votan en contra, anulan las boletas o no asisten. Es decir, el llamado poder popular está gravemente enfermo y el Presidente, el PCC y toda la nomenclatura se han propuesto revitalizarlo en el peor momento,.

Resulta que la crisis y su profundización tienen entre sus principales causas la inexistencia de elecciones libres, división de poderes y sociedad civil autónoma; por lo cual si esos requisitos no se restablecen, la crisis seguirá rumbo hacia a hecatombe.

Cuarenta y cinco 60 años después de establecido el llamado poder popular, que no es sino, el control totalitario del PCC, el socialismo totalitario impuesto fracasó. La mejor prueba de ello es que el Presidente, al decir que, defender el poder popular, es defender la sostenibilidad y la viabilidad del socialismo en Cuba, sin proponérselo arribó a una conclusión lógica: el actual sistema carece de sostenibilidad y viabilidad.

La Habana, 8 de noviembre de 2021

 


  • Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
  • Reside en La Habana desde 1967.
  • Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
  • Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
  • Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
  • Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
  • Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).

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