A un año del Referendo Constitucional cubano, efectuado el 24 de febrero de 2019, podemos hacer las siguientes anotaciones:
- La realidad económica, política, social y cultural que vive Cuba conduce a la formulación de una nueva Constitución acorde a las circunstancias y factibilidades jurídicas con que cuenta el país. La Historia Constitucional cubana cuenta con una gama de ejemplos donde se ha redactado una Ley de leyes que se corresponde con cada momento histórico. Tomar lo mejor y más avanzado de los planteamientos de cada una de ellas, y contextualizarlos, ayudaría a fundar una verdadera república en la que quepamos todos.
- El Proceso Constitucional que tuvo lugar en Cuba en el período comprendido entre el 31 de julio de 2018 y el 24 de febrero de 2019, incluyó una Consulta Popular del Proyecto de Constitución elaborado por una comisión del gobierno, dirigida por el Secretario General del PCC. Las modificaciones que surgieron de estos debates, fueron procesadas y se presentó un nuevo texto, 88% diferente al anterior, para Referendo Constitucional. Los métodos empleados durante la Consulta, ineficientes y poco transparentes, no permiten afirmar, con seguridad, que todas las opiniones fueron escuchadas e incorporadas.
- El Referendo Constitucional, independientemente de conducir a la aprobación de la Constitución de la República de Cuba de 2019, demostró que existe un alto número de ciudadanos que han perdido el miedo a expresar su descontento con el sistema económico, político y social que impera en la Isla. Aún con la alteración de las cifras ofrecidas por la Comisión Electoral Nacional (CEN) tras celebrarse el ejercicio de Referendo, es imposible ocultar el descontento expreso de alrededor de dos millones de habitantes. Además, el despliegue de todo tipo de mecanismos de represión del activismo y manifestaciones ciudadanas disidentes confirma que, ni siquiera con una nueva Constitución, el gobierno pretende cambiar el trato con sus ciudadanos; por el contrario, legitima la violencia y el control del Estado sobre la vida de la sociedad.
- El Proceso Constitucional demostró que Cuba cuenta con actores de la sociedad civil con capacidad para la movilización social, la formación ética, cívica y política de la ciudadanía y la valentía para defender una propuesta cuando se trata del destino de la Nación. El ejemplo del Centro de Estudios Convivencia (CEC) y su estudio sobre “Tránsito Constitucional y Marco Jurídico en Cuba: de la ley a la ley”, elaborado desde 2016 y presentado a la ANPP, confirma la pertinencia de pensar Cuba y prever su futuro.
- Los mecanismos de medición de la opinión pública empleados durante el Proceso Constitucional validan dos elementos a tener en cuenta: el primero, que es necesario incrementar la educación ciudadana para la vida en democracia; y el segundo, que la sostenibilidad de un criterio, con sólidos argumentos y una articulación concreta de los objetivos y tareas específicas, puede conducir a una victoria ciudadana. La campaña ciudadana #YoVotoNo, que propició un número significativo de votos No, relacionados directamente a la inconformidad con el modelo vigente, es un ejemplo de hasta dónde se puede llegar desde la ciudadanía y la sociedad civil en Cuba, combinando la lucha pacífica, la generación de opiniones a través de los medios de comunicación alternativos, y el uso de herramientas contemporáneas como las redes sociales.
- La nueva Constitución de la República de Cuba de 2019, de acuerdo a las clasificaciones generales, se considera una Constitución impuesta. Sus contenidos principales, el anclaje al pasado, el lenguaje y la garantía de mantener la supremacía del único Partido sobre el Estado y la persona, confirman que Cuba continúa necesitando una Ley de leyes realizada, verdaderamente, desde y para la ciudadanía.
- La Constitución de la República de Cuba de 2019, como afirma la más alta dirección del país, es símbolo de continuidad a un proceso social caracterizado por el totalitarismo de Estado y la anulación de la persona humana en su proceso de socialización. Constitucionalmente se ha confirmado el carácter excluyente, unipartidista y de una sola ideología que regirá en Cuba en los próximos años. Los principales cambios introducidos en el texto constitucional no varían la esencia del modelo e introducen ligeras reformas económicas y sociales que, incluso, habrá que monitorear su efectividad, una vez sea redactado el marco jurídico complementario de esta Constitución. Entretanto, se maneja el criterio ciudadano de que esta Carta Magna será la de menor duración en la Historia Constitucional cubana.
- Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
- Licenciado en Microbiología.
- Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
- Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
- Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
- Responsable de Ediciones Convivencia.
- Reside en Pinar del Río.