INTRODUCCIÓN
En primer lugar, reconocemos y celebramos el calibre intelectual, ético y estratégico del XII Informe de Estudios. Itinerario de Pensamiento y Propuestas para Cuba. “La transición en Cuba: Memoria Histórica, Justicia Transicional y Reconciliación Nacional. Visión y propuestas”. En el presente trabajo, nos proponemos, con el espíritu de aportar propuestas y valoraciones, a partir de nuestra área del conocimiento académico, realizar las siguientes observaciones.
Primeramente: Como ciudadano cubano comprometido con la patria y la visión de una transición pacífica y ordenada, con justicia y sin venganzas.
En segundo lugar: Como investigador, verticalizado en el campo de estudio de la antropología cultural, el consumo cultural, la propaganda, la comunicación y la cultura.
Al final del documento ofrecemos unas breves recomendaciones fruto del análisis del Informe, en consonancia con nuestra interpretación de la hoja de ruta propuesta por los autores.
Análisis del documento
- Observaciones como ciudadano cubano comprometido con la patria y la visión de una transición pacífica, ordenada y expedita.
De manera general:
Coincidimos con los presupuestos académicos y éticos del informe, así como con su visión estratégica sobre cómo debe operarse el proceso de la transición en Cuba, de manera ágil y eficaz, alrededor de tres ejes sinérgicos de transformación sociopolítica: Memoria Histórica, Justicia Transicional y Reconciliación Nacional.
Celebramos la inclusión de la dimensión comunitaria en la planeación del proceso de reconciliación nacional, puesto que creemos que la comunidad debe jugar un rol más importante en el proceso de transición del que generalmente se le atribuye en la bibliografía tradicional. A nuestro juicio, la comunidad debe ser un espacio de articulación de estrategias locales y aplicación de políticas sectoriales, dirigidas a sanar el daño colectivo y crear espacios de debate, mediación y asistencia de los más vulnerables durante el período transicional. Es en las comunidades donde residen la mayoría de los ciudadanos cubanos y es allí donde se puede propiciar la implementación de una metodología de trabajo que ayude a evitar el descenso al caos social, la violencia y el revanchismo durante los momentos más difíciles de la transición. Esta idea está delineada en el fragmento que sigue:
“Se propician espacios de reconciliación a nivel personal, familiar, comunitario y nacional. La familia, el sistema de educación, las Iglesias y los Medios de Comunicación, así como otras organizaciones de la sociedad civil, juegan un rol preponderante en todos los procesos de transición, memoria histórica, justicia transicional, fomento de la virtud de la magnanimidad, el perdón y la reconciliación nacional” (p. 28).
Observaciones
Papel de las FAR
En la página 8 del Informe, dentro del apartado “Tres aspectos para evaluar las transiciones” se menciona:
“La primera está relacionada con la necesidad de definir quiénes son aquellos que, con su acción política, intervienen de forma directa en las transformaciones consideradas (Fuerzas Armadas, partidos políticos, etc.)”.
Considerando el papel relevante que tienen las Fuerzas Armadas en la organización y sostenimiento del régimen totalitario en Cuba, así como su participación económica en la sociedad, mediante el complejo militar industrial liderado por el conglomerado GAESA, el cual según algunos autores representa entre el 30 o 40%[1] de la economía nacional y controla hasta el 90% en el mercado minorista que opera en dólares[2], creemos que sería pertinente definir (de manera somera) cual sería el rol de esta institución durante el periodo de transición; por su importancia, envergadura e implicaciones operativas a la hora de articular estrategias nacionales para mantener el orden y la paz. A esta observación se añade el hecho de que el descrédito del aparato represivo será un obstáculo para asegurar la tranquilidad ciudadana durante el período transicional, por lo que la tarea de asegurar el orden interior, durante la transición, deberá ser asumida por las Fuerzas Armadas que es la otra institución que cuenta con los medios y las capacidades para tan importante tarea.
Estrategia económica general
Consideramos que, desde el punto de vista operativo, sería deseable incluir en el documento, o anexo al mismo, una breve visión estratégica sobre la hoja de ruta que debe seguir la transformación de la economía cubana durante la transición, para contribuir a la eficacia y eficiencia del proceso, asegurando que se creen los mecanismos necesarios (durante este período) de creación y redistribución de riquezas, para minimizar el impacto en la población de los rigores del periodo transicional, sobre todo en aquellos sectores más vulnerables: adultos mayores, convalecientes, niños sin amparo filial, embarazadas, enfermos crónicos etc. Contar con algunos lineamientos éticos y técnicos económicos para que contribuyan a generar consenso durante la transición será una garantía para asegurar la fluidez del proceso (Cf. I informe del CEC sobre economía en Cuba a corto, mediano y largo plazo, disponible en: https://centroconvivencia.org/category/convivencia/economia).
Observaciones como investigador
Desde el punto de vista académico, nuestras observaciones se centran en dos ejes de trabajo de la hoja de ruta para la transición: la búsqueda de la verdad y el rescate de la memoria histórica. A continuación, mostraremos algunos fragmentos del informe, relacionados con estos dos ejes de trabajo, que consideramos de relevancia estratégica para el logro de una transición con Memoria Histórica, Justicia Transicional y Reconciliación Nacional, y ofreceremos unas recomendaciones en función de la valoración realizada al final.
- “La Promoción de una matriz de opinión favorable a los procesos: educativos, normativos y mediáticos y a su sostenibilidad en el tiempo”.
“Los procesos educativos, normativos y mediáticos que deben acompañar este camino logran fomentar virtudes y valores, criterios de juicio y actitudes de una vida en la verdad, la justicia, la libertad y el amor, junto con la promoción de una matriz de opinión favorable a estos procesos y a su sostenibilidad en el tiempo” (p. 5).
- “El desarrollo de tácticas que logren el reconocimiento público de la oposición, como actores con la suficiente capacidad como para liderar el proceso de transición.”
“Dentro de esta dinámica, los actores admiten la existencia de un conflicto político que puede ser canalizado a través de una reducción gradual de las tensiones y de la articulación de diferentes estrategias de negociación. Así, una primera, supone el desarrollo de tácticas de acercamiento y de divergencia con el objeto de hacer visibles las preferencias y opciones de los otros y anticipar, con ello, sus propias acciones políticas. Una segunda modalidad implica, por parte de la oposición, el desarrollo de tácticas que logren su reconocimiento público como actores con la suficiente capacidad como para liderar el proceso de transición” (p. 17).
- “Evitar la lectura o reescritura ideologizada de la historia, la mentira y la tergiversación, utilizando la legitimidad del dato histórico y la objetividad”.
“Los procesos de verdad y memoria histórica son los encargados de que la transición no transcurra sobre la mentira institucional, ni se realice partiendo de una reescritura ideologizada de la historia, o de una amnesia de las injusticias.
Es el esfuerzo consciente de los grupos humanos por encontrar, rescatar y recordar su pasado, sea este real o imaginado, valorándolo y tratándolo con especial respeto. Lo cual incluye la conservación historiográfica y material. Es muy necesario diferenciar entre tradición oral, tergiversación voluntaria y dato histórico. Es el recuerdo colectivo, compartido y/o extendido en una comunidad sobre acontecimientos de su pasado” (p. 19).
- “La creación de una comisión de la verdad, legítima y competente que acompañe y observe el proceso de restitución y recuperación de la memoria histórica y la verdad, para contribuir con el proceso de la aplicación de la justicia sin venganza y la reconciliación nacional”.
“Promover, orientar y acompañar un proceso de verdad y memoria histórica y para ello crea una Comisión de la Verdad y la Memoria Histórica, independiente, eficaz y diligente cuya finalidad sea: orientar y acompañar los de recuperación de la memoria histórica recuperada, documentada y enseñada; el esclarecimiento y restitución de la verdad; el fortalecimiento de la verdadera cultura e identidad nacional; crea archivos y museos; y para ofrecer informes, documentados y debidamente contrastados con fuentes creíbles y competentes, a los tribunales de Justicia Transicional, Restaurativa e Integral, que impartirá justicia sin venganza; y procurará que todas estas tareas prepare, coadyuve y forme parte del camino hacia una verdadera, profunda y sostenida reconciliación nacional que sea una de las garantías para evitar retrocesos en el nuevo Estado de Derecho consensuado como pacto social” (p. 31).
Valoración y observaciones
- “La Promoción de una matriz de opinión favorable a los procesos: educativos, normativos y mediáticos y a su sostenibilidad en el tiempo”.
Justamente, nos parece muy atinado el uso del término promoción ya que esta difiere sustancialmente de la propaganda política por su naturaleza y objetivos. La población cubana ha estado sometida a una incesante campaña de propaganda ideológica desde los mismos comienzos del sistema totalitario y esta ha sido una de las razones por las cuales la narrativa revolucionaria aún conserva una fuerza considerable entre la ciudadanía. Los procesos técnicos asociados a la promoción incluyen investigación, recogida de estados de opinión, creación de una base material que sirva de soporte para las campañas promocionales, planeación estratégica comunicacional, elaboración del mensaje promocional y otras acciones similares. Crear una matriz de opinión favorable a los procesos mencionados en el fragmento, con el objetivo de persuadir a la población sobre la validez y legitimidad de los mismos para acompañar el proceso transicional, será una ardua tarea que solo será posible si la sociedad civil es capaz de articular a tiempo una red de difusión lo suficientemente objetiva y eficaz que pueda contrarrestar la propaganda oficialista, que en una u otra medida seguirá manteniendo la primacía informativa durante la transición.
- “El desarrollo de tácticas que logren el reconocimiento público de la oposición, como actores con la suficiente capacidad como para liderar el proceso de transición.”
Teniendo en cuenta la envergadura y el alcance que posee en la actualidad, y que previsiblemente, seguirá ostentando el gigantesco aparato propagandístico de la dictadura durante el periodo de transición, creemos que es conveniente el diseño y puesta en funcionamiento de una plataforma integrada de comunicación pública, que responda a las necesidades de la coalición opositora y cuente con los recursos, los medios y el personal capacitado para cumplir los objetivos comunicativos previstos en este informe, siendo uno de los más importantes, el saneamiento mediático e institucional de la imagen de la oposición y su reconocimiento público como una fuerza legítima con capacidad para liderar el proceso de cambio y participar con todas las garantías en el reordenamiento político y sociocultural de la nación. Para estos fines, la comunicación social, el marketing político, la promoción y la educación cívica de la ciudadanía son herramientas transformadoras indispensables a las que se le debe brindar una atención especial antes, durante y después del período transicional.
- “Evitar la lectura o reescritura ideologizada de la historia, la mentira y la tergiversación, utilizando la legitimidad del dato histórico y la objetividad”.
La reescritura de la historia y la manipulación educativa y mediática han sido dos de los pilares de la narrativa revolucionaria impuesta en Cuba por el totalitarismo, con el fin de lograr la completa posesión ideológica de la sociedad. Estos mecanismos han creado una cultura de la vida en la mentira, la doble moral y han dado lugar a fenómenos tan perjudiciales como la anomia social y el autismo político. Los antídotos contra estos males son la objetividad, la verdad, el ejercicio de la crítica y la educación de calidad, desideologizada y neutral. La pluralidad de instituciones educativas, el acceso a archivos y documentos históricos, las garantías a los medios independientes y el debate público abierto y democrático, son condiciones necesarias para que el proceso de rescate de la memoria histórica pueda ser implementado de manera auténtica y consecuente. La creación de instituciones dedicadas a restablecer la verdad histórica e investigar tergiversaciones, omisiones, olvido voluntario y propaganda política, debe ser una prioridad para la intelectualidad democrática cubana que se debe acometer en la mayor brevedad posible. Esto proveerá una infraestructura y una cultura de trabajo sólida para el momento de la transición, haciendo más expedito el camino del cambio.
- “La creación de una comisión de la verdad, legítima y competente que acompañe y observe el proceso de restitución y recuperación de la memoria histórica y la verdad, para contribuir con el proceso de la aplicación de la justicia sin venganza y la reconciliación nacional”.
La administración de la justicia transicional sin venganza y sin amnesia, dependerá en una medida significativa del proceso de recuperación de la memoria histórica y de restauración de la verdad. La creación de una comisión de la verdad, orientada desde el punto de vista ético a dignificar a la persona humana, reparar los daños y exponer todos los abusos, calumnias, manipulaciones y distorsiones de la realidad cubana pasada y presente, es una tarea ineludible de todos los factores políticos y civiles que van a participar en el proceso transicional. Sería deseable que esta comisión, de carácter multidisciplinario, sea lo más representativa, objetiva y legítima posible. La elaboración consensuada de una preselección de integrantes de este futuro órgano transicional, podría contribuir a la eficiencia y eficacia en el cumplimiento de los objetivos asociados a los procesos de rescate de la memoria histórica, restablecimiento de la verdad y administración de justicia sin venganza.
Conclusión y recomendaciones
A modo de conclusión, podemos decir que el documento ofrece una visión estratégica para la futura transición pacífica en Cuba, muy completa, profunda y objetiva. Creemos que constituye una guía general, atinada y necesaria que, a pesar del alto grado de incertidumbre que encierran los procesos transicionales, ofrece pautas y conceptos éticos indispensables que harán posible alcanzar el consenso para el cambio ordenado y pacífico, durante el período de crisis que sobrevendrá a la caída del totalitarismo en Cuba.
A partir de las observaciones hechas, elaboramos unas breves recomendaciones para la sociedad civil, en función de contribuir al cumplimiento de los lineamientos contenidos en el informe:
- Comenzar a trabajar de inmediato en la conformación de una preselección para la comisión de la verdad, constituida mediante el consenso y la deliberación abierta y pública, por intelectuales, profesionales, especialistas y personalidades destacadas de la sociedad civil cubana, dentro y fuera de Cuba, con una probada trayectoria a favor de la democracia y una integridad incuestionable.
- Diseñar, construir, financiar y apoyar una plataforma integrada de comunicación social e investigación, con el único objetivo de preparar las mentalidades y las instituciones de la sociedad civil para la transición en Cuba.
- Establecer un programa permanente de formación profesional y capacitación para todos los actores que de una forma u otra tendrán responsabilidades y participación en la transición.
[1] Bermúdez, A. (2017) “¿Qué es Gaesa, el consorcio empresarial de los militares de Cuba señalado por Donald Trump y cuál es su peso en la economía de la isla?” BBC News. Disponible en https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-40298131
[2] Ídem.
- Fidel Gómez Güell (Cienfuegos, 1986).
- Licenciado en Estudios Socioculturales por la Universidad de Cienfuegos.
- Escritor, antropólogo cultural e investigador visitante de Cuba