Una ventana que no podemos dejar que nos la cierren

Viernes de Rosalia

Ante la necesidad de comprar alimentos salí para ver que podía encontrar en las tiendas, hacer largas colas es algo que hay que dar por hecho, aun cuando lo que haya sea solo mantequilla. Mientras esperas en una cola, pueden pasar muchas cosas, pero lo que nunca falta son las historias. No sé bien si es cosa de cubanos, de latinos, o simplemente la necesidad de contar lo que sucede y lograr hacerlo en tono jocoso y muy chévere a pesar de estar en medio de una pandemia.

Todo comenzó por una señora que se bajó el nasobuco para tomar agua, cuando otra señora cerca de mí le dice tenga cuidado no venga un policía y la monte en la patrulla, la lleve para la estación policial y le ponga una multa. Acto seguido le cuenta la historia que el joven Andy J. Estévez compartió en un post de su cuenta de Facebook, explicando la forma brutal e injusta en la que fueron tratados su abuela y él por un policía en La Habana.

Después que la señora contara esta historia, fue sorprendente cómo se fueron sumando otras, contadas por diferentes personas, haciendo énfasis en las cosas absurdas que están sucediendo y en la violencia generada por diferentes miembros del orden público.

Yo escuchaba atenta la conversación y pensaba en el poder que les ha brindado Internet a los cubanos, la posibilidad de expresarse libremente, de contar sus historias en vivo, de manera instantánea, de denunciar lo mal hecho. Sentí placer de saber que son muchos los cubanos que están al tanto de lo que acontece y no tienen miedo de llamar las cosas por su nombre.

En las redes sociales son muchos los testimonios que cuentan y revelan la violencia e irrespeto a los derechos de los ciudadanos por parte de muchos policías, donde hacen uso del poder del uniforme y la fuerza para atropellar a ciudadanos indefensos, sin valorar la realidad que vive el país actualmente.

La ventana de libertad que los cubanos han alcanzado a través de Internet ha marcado un antes y un después, ha sido un nuevo comienzo para la sociedad que hay que mantener y defender. Hoy las redes sociales en Cuba mueven un flujo de información muy necesario y diferente a los medios estatales, que permite ver la otra cara de la moneda y ayuda al discernimiento ciudadano. Por ello hay que decir no a cualquier ley que prohíba a los cubanos expresarse libremente en línea, como el Decreto Ley 370, que busca silenciar a todas las voces alternativas en la Isla.

 

 


  • Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
  • Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

Ver todas las columnas anteriores

Scroll al inicio