Una simple reflexión

Viernes de Rosalia

En nuestro paso por la vida coincidimos con muchas personas, algunas buenas, otras no tanto, otras que impresionan de solo mirarlas, unas te conquistan con su primera palabra, y hay seres que te marcan el alma, dejando una huella profunda, revolucionando el hecho de tu simple existencia.

Las almas de buen corazón siempre tienen cabida y son bienvenidas a entrar, a quedarse, y aun estando lejos no dejan de tener ese cálido lugar. A estas personas que nos conquistan realmente las sentimos del mismo modo aunque las dejemos de ver por muchos años, es la llamada buena amistad que traspasa el tiempo y las barreras.

He tenido el placer, y espero seguir teniéndolo, de conocer a personas maravillosas en mis años de vida, de las cuales he aprendido, con las cuales me he encontrado y me he convertido en mejor persona. Me han cautivado siempre las personas simples, humildes, bondadosas, esas que dan sin pedir nada a cambio, esas que te respetan por lo que eres y como piensas y que aunque difieran en varios aspectos, valoren más los buenos que unen, que los que desunen.

Nada más hermoso que la buena convivencia, donde se comparte, se reflexiona, se aprende y se ama. Cada día estamos más necesitados de esta convivencia cordial que nos recuerde de dónde venimos y a dónde vamos, que nuestro paso por la vida hay que aprovecharlo y hay que dar las gracias por nuestra existencia, así como a la madre naturaleza que nos permite ser, lo que podemos ser.

Esos seres que te elevan hay que valorarlos y cuidarlos, porque son un verdadero regalo.

 


  • Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
  • Miembro del Consejo de Dirección del CEC.

 

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