Soberanía alimentaria

Miércoles de Quintana

Hay una ley de soberanía alimentaria. La acaba de aprobar la Asamblea Nacional. Ha nacido acompañada de más de 140 medidas que intentan deshacer nudos burocráticos, estimular la creatividad y voluntad de los productores y hacer posible que lo que la ley ordena y expresa, se concrete en oferta suficiente y sostenible. Pero la producción de alimentos sigue estancada. El anunciado “estremecimiento empresarial” no alcanza el rango de imperceptible temblor. La comunicación social enfatiza en los ejemplos, en los casos que ilustran el deseo pero no significan generalización social. ¿Qué falta?

Recuerdo que en la época de república burguesa, en los amaneceres de cada día y por todas las entradas a la ciudad, acudían decenas de guajiros, a pie y a caballo, en automotores y carretas de tracción animal, cargados de viandas, frutas, mazos de pollos colgados de los hombros o de las bestias, huevos, etc. Ninguna ley los conminaba a ello; ningún discurso de ningún alcalde o concejal los impelía. Los mercados, los estantes de cientos de bodegas, las carretillas y hasta las aceras rebosaban del exceso de oferta. Superproducción capitalista que conduciría a una crisis de abundancia relativa, decían los economistas políticos de izquierda. Pero había de todo. Se ofertaban más productos alimenticios que los que usted pueda imaginar o recordar ahora mismo. La pregunta que dejo de tarea a los lectores es esta: ¿Por qué se producía tanta variedad y cantidad de alimento sin tractores ni regadío ni abonos? ¿Por qué los guajiros iban al mercado y no esperaban por él? Bueno, yo daré la primera parte de la respuesta, la más conocida y manida: el bloqueo. Bien, el bloqueo tiene una parte de la culpa, una parte significativa. Pero, ¿qué más? Por favor, pudiera usted ayudarme a hacer una lista de los factores que impiden que se produzcan suficientes alimentos en Cuba. Recuerde que se importan más de 1500 millones de dólares en alimentos y el país incumple sus planes de exportación, que es de dónde deben salir esos 1500 millones de dólares.

Hasta pronto.      

 


  • José Antonio Quintana de la Cruz (Pinar del Río, 1944).
  • Economista jubilado.
  • Médico Veterinario.
  • Reside en Pinar del Río.
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