¿Reinicio del curso escolar?

Jueves de Yoandy

Se ha anunciado que el 1 de septiembre se reiniciará el curso escolar en Cuba de forma presencial menos en La Habana.

Cuba supera ya en este rebrote la cota máxima de casos confirmados con la enfermedad de la COVID-19 que tuvo en el pico de la pandemia. Están afectadas las provincias de Pinar del Río, Artemisa, Matanzas, Santa Clara y especialmente La Habana con un alto número de casos confirmados, y una total dispersión por casi todos sus municipios.

Ante esta situación de empeoramiento de un rebrote de la pandemia, el Ministerio de Educación ha convocado para reiniciar el curso escolar suspendido al comenzar los contagios de coronavirus en nuestro país a solo 10 días de esta compleja crisis epidemiológica.

Las familias cubanas están preocupadas con esta noticia, y expresan sus justificadas interrogantes y dudas acerca de si es conveniente o no recomenzar un curso presencial en las aulas cubanas de las demás provincias, dado el hecho real y comprobado de que la enfermedad viral presenta un alto grado de presencia asintomática que hace muy difícil aislar y controlar a los portadores del virus.

El problema entonces se plantea en términos de una escala de valores de gran obviedad. La disyuntiva se establece entre la preservación de la salud de miles de niños y adolescentes, o el reinicio de las actividades docentes por el método presencial en las aulas. Para un número muy significativo de padres y familiares, la vida y la salud están por encima de todo.

De esta clarísima prioridad del cuidado de la vida y la salud, surgen una serie de interrogantes que al mismo tiempo pudieran ser reflejo de los puntos débiles de esta decisión.

Entonces, ¿cuáles han sido los criterios para tomar la decisión de reiniciar el curso escolar de forma presencial? Conociendo las características reales de los centros escolares, y las costumbres y hábitos de niños y padres, ¿se ha considerado posible lograr las medidas de distanciamiento, uso del nasobuco, lavado y desinfección constante de manos, pupitres, material escolar y mobiliario en todos los espacios que utilizan los educandos y los maestros?

¿Podrán los padres y educadores asumir las responsabilidades inherentes a un curso escolar presencial al mismo tiempo que las colas, la escasez y la lucha por la subsistencia requiere estar casi todos los días en colas tumultuarias y en un terrible pérdida de tiempo para marcar en esas colas, intentar llegar antes que se acabe y repetir esta agonía varias veces a la semana porque los productos no existen juntos en un mismo día o en una sola tienda?

¿Cómo se suspenden las actividades religiosas, de número similar a la de las escuelas o con menos participantes, y el curso escolar se reiniciará en diez días de forma presencial?

¿Existirán dos cronogramas docentes en Cuba: uno para La Habana y otro para el resto del país? ¿Cómo se resolverá ese desfasaje? ¿Cómo se resolverá el peligro del uso del transporte para un número determinado de escolares que necesitan movilidad para asistir presencialmente a sus escuelas?

¿Por qué no se consultó a los padres, primeros responsables de la salud y el cuidado de sus hijos, si preferían posponer el reinicio del curso escolar o la alternativa de mantener la modalidad televisiva?

Por otro lado, Cuba no tiene todavía las condiciones creadas de acceso, ni los precios de internet, permiten que se pueda escoger, como en otros países una modalidad de curso online

A solo diez días del reinicio del curso escolar todavía estamos a tiempo para reflexionar y reconsiderar esta grave decisión y sus probables consecuencias para la salud y la vida de los niños, adolescentes y jóvenes cubanos.

 

 


  • Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
  • Licenciado en Microbiología.
  • Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
  • Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
  • Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia.
  • Responsable de Ediciones Convivencia.
  • Reside en Pinar del Río.

 

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