Por Carlos Nodarse González
“Las letras solo pueden ser enlutadas o hetárias en un país sin libertad, el leer te hace sentir libre, te enciende y aviva y es como aire fresco sobre la hoguera que se lleva las cenizas y deja al aire el fuego.”
Al interpretar este pensamiento martiano se piensa inevitablemente en todo lo que pierde una persona cuando no tiene hábito de lectura. Esta propia reflexión conduce a una pregunta que quizás muchas personas se han hecho: ¿generalmente le interesa a la mayoría de la juventud actual la lectura como una fuente de entretenimiento?
Las respuestas pueden ser diversas. Los jóvenes de hoy siguen leyendo, pero no tanto como lo hacían nuestros padres y abuelos, que al no tener todos los adelantos de hoy, como los video- juegos, la televisión, las computadoras y otros, utilizaban como forma clásica de entretenimiento la lectura.
Los jóvenes dividen hoy su tiempo en actividades mucho más diversas, esta es una de las causas que explica que no haya el mismo interés por la lectura, con respecto a épocas anteriores.
La literatura romántica, por ejemplo, gusta porque todos los grandes temas de la vida: traición, celos, muertes, en fin, tragedias como la de Romeo y Julieta o La Dama de las Camelias, son inmortales. Estos temas siempre atraen la atención de los jóvenes pues estos están en constante descubrimiento en sus relaciones interpersonales ya que en este período de su vida comienzan a enamorarse y eso es lo que disfrutan porque en cierto sentido, lo viven, pero desgraciadamente este tipo de género literario se publica poco y se ha criticado mucho.
No obstante, debemos decir que existen sus excepciones honrosas. De una literatura así y con excelente calidad, un ejemplo son las publicaciones de Ediciones VITRAL que publicaron sobre este género, como aquel ejemplar de Dulce María Loynaz que titularon ¨El que no ponga el alma de raíz, se seca¨.
Las publicaciones románticas se agotan rápido, pues el pueblo pinareño expresa su interés por este tipo de literatura, especialmente por sus poesías de amor, obras que son muy poco publicadas.
Actualmente en nuestro país no se publica la literatura que se pudiera, es una realidad. Las editoriales cubanas no satisfacen la demanda de los jóvenes con respecto a este género, como a otros de aventuras y entretenimiento, tanto en calidad como en cantidad. No hay dudas que existen obras de muy buenos escritores cubanos que en nuestro país no se publican.
Se han llevado a cabo muchas alternativas como ferias del libro, campañas por la lectura, festivales de literatura, entre otros, pero no se puede publicar por publicar, de toda la gama de textos hay que buscar lo mejor, y no solo para los más cultos sino también para contribuir al buen entretenimiento ligado al conocimiento.
No se deben utilizar estas alternativas como herramientas para un fin, ¿por qué no publicar más a escritores como: Lezama Lima, Roberto Villasante o Mons. Eduardo Boza Masvidal, Cabrera Infante, Zoe Valdés y otros que son escritores cubanos? Esto podría estimular e incrementar el hábito de la lectura en los jóvenes, fomentando el gusto por la literatura sin someterlos a imposiciones ni obligaciones.
Al libro tenemos que adecuarlo a los nuevos tiempos, no hay derecho para censurar escritor alguno. Cualquier libro puede ayudar a introducir paulatinamente a los jóvenes, en una literatura más universal. Este trabajo nos corresponde también a los bibliotecarios independientes: hacerles llegar a los jóvenes las lecturas que estos deseen leer y que sea buena y diferente.
El ser humano vive con necesidades y aspiraciones. Responder a ellas, es lo que hay que lograr con las nuevas generaciones, que lean por placer, o por entretenimiento y por buscar la sabiduría. Si no logramos que se tome el hábito de la lectura corremos el riesgo que se pierdan algunos elementos de nuestra cultura, de nuestra verdadera historia, de nuestras raíces.
Los bibliotecarios independientes tenemos el deber de rehacer este importante hábito, especialmente en los jóvenes y adultos, mediante la celebración de tertulias literarias sobre un tema o autor, la organización de debates sobre un tema de interés para los participantes, y otras iniciativas; porque las Bibliotecas no deben ser meros almacenes de libros.
Culmino como comencé, con otra frase de nuestro Apóstol José Martí:
¨Ser cultos es el único modo de ser libres”.
Cuba necesita de esa cultura y esa libertad.