REGRESÓ A LA CASA DEL PADRE S.E. MONS. JOSÉ SIRO GONZÁLEZ BACALLAO, OBISPO EMÉRITO DE PINAR DEL RÍO

Mons. Siro participando en el Sínodo de los Obispos de 1994, en el Vaticano, como delegado de Cuba. Foto de Archivo.

El pasado 19 de julio de 2021, ha regresado a la Casa del Padre, a sus 90 años de edad y 67 de sacerdote, Monseñor JOSÉ SIRO GONZÁLEZ BACALLAO, Obispo emérito de Pinar del Río, en su retiro de Mantua. M.N. La Misa de Exequias de cuerpo presente se celebró en la Iglesia Catedral de Pinar del Río ese mismo día, y seguidamente fue inhumado en el Panteón de los Obispos del cementerio católico de la ciudad de Pinar del Río, que solo pudo honrarlo por dos horas.

El obispo Siro, ha sido un hombre de Dios y fiel servidor de la Iglesia y de Cuba a las que amó entrañablemente. Pastor cercano y solícito. Fundador de obras de caridad, formación cívica y religiosa. Padre y patrocinador de la revista Vitral, de los Ministros de la Palabra, de la Comisión Católica para la Cultura, de la Hermandad de Ayuda al Preso y sus Familiares y muchas obras pastorales expresión de su sacrificado y heroico amor a Cristo, a Cuba y a su Iglesia. Promotor del laicado, hermano de los obispos y padre de sacerdotes y religiosas. Su ejemplo y santidad de vida es hoy paradigma e inspiración para todos los que lo queremos y admiramos. Se ha marchado uno de los grandes Obispos cubanos de la segunda mitad del siglo XX. Mons. Siro, junto con Mons. Pedro Meurice, arzobispo de Santiago de Cuba y Mons. Adolfo Rodríguez, arzobispo de Camagüey, formaron una trilogía de obispos santos y testigos proféticos del Evangelio en tiempos martiriales.  

Salvando las distancias, Mons. Siro es y será para Pinar y para Cuba lo que el Obispo Espada fue para el siglo XIX cubano. Siro es nuestro Obispo Espadacampesino, mecenas del arte y la cultura, promotor de obras sociales y educativas, adelantándose en lo que pudo y le dejaron. Ahora que obras similares a las que fundó existen por toda Cuba será más patente su profetismo.

Que el Padre de la Historia le premie y haga crecer todo lo que sembró para hacer crecer el Reino de Dios en Cuba.

Que este obispo santo interceda ante Dios por Cuba y por su Iglesia en este momento crítico de nuestra historia. 

Que la Luz perpetua brille para él.

AMÉN 

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