Reformas económicas sí, pero justicia social también

A propósito de la conferencia “Reformas Sociales en Cuba y sus efectos” de Carmelo Mesa Lago en la III. Semana Social Católica de Miami
Por Karina Gálvez Chiú
Karina Gálvez Chiú junto a Carmelo Mesa Lago. Foto cortesía de la autora.

Karina Gálvez Chiú junto a Carmelo Mesa Lago. Foto cortesía de la autora

A los que vivimos día a día el agravamiento de la situación económica y social de Cuba, muchas veces nos resulta difícil creer que otras personas estén bien conscientes de lo que significa de sufrimiento y sacrificio. Sin embargo algunos nos asombran enormemente con su descripción e interpretación de esta realidad. Una de esas personas es el profesor Carmelo Mesa-Lago, un cubano que no vive en Cuba pero que demuestra en su trabajo una sensibilidad y cercanía profundas a esta realidad. No me sorprende nada su profesionalismo, sus análisis técnicos o su objetividad que ya los conozco de la lectura de algunos de sus libros y trabajos de investigación. Pero me sobrecoge que ese profesionalismo y objetividad no pueden esconder un fuerte sentido de cubanía y de sentimiento por una patria que no ha sabido acoger sus sabios aportes, sus esfuerzos y talentos en bien de ser una nación próspera.
La lectura de su ponencia “Reformas Sociales en Cuba y sus efectos”, presentada en la III Semana Social Católica de la arquidiócesis de Miami, en los Estados Unidos, provocó en mí, algunas reflexiones que quiero compartir.
La ponencia se concentró en las reformas realizadas en Cuba desde 2006 hasta el 2014 que resumió en las siguientes:
1.     Reducción del costo de los servicios sociales: como resultado de las medidas para lograr la disminución del costo de los servicios sociales, este realmente disminuyó de un 37% del PIB en 2008 a un 31% en 2012.
Comentario:  Reducir el costo de los servicios sociales disminuyéndolos, no es propio del sistema que se dice socialista. Disminuir los costos es necesario en cualquier economía sobre todo para una predominantemente estatal, pero no tan fácil al mismo tiempo que se mantiene un discurso en el que se expresa la preocupación por el bienestar del pueblo. Reducir los costos puede lograrse aumentando la eficiencia de estos servicios, y no disminuyendo los mismos. Por otro lado podrían buscarse vías para aumentar los recursos que se destinarán a estos servicios, diversificando las vías para financiarlos, dando participación a instituciones y personas distintas al Estado o identificando las verdaderas necesidades. Los resultados fueron buenos, pero no los métodos y las afectaciones de los beneficiarios de estos servicios.
2.     Despidos de trabajadores estatales excedentes: después de estimar en 2010 que había entre 1,3 y 1,8 millones de trabajadores innecesarios en el sector estatal, se determinó despedir a los excedentes creando nuevas posibilidades en el sector no estatal. No obstante, en 2012 solo 365 000 habían sido despedidos (28% de la meta) y la expansión del empleo no estatal ha sido insuficiente por restricciones, inspectores, licencias, zigzags, por lo que el desempleo abierto aumentó de 1,6% en 2006 a 4% en 2012.
Comentario: La reducción del desempleo encubierto debía, por lo menos, traer como consecuencia un aumento de la eficiencia en las empresas estatales, una disminución del costo y por tanto del precio de los productos y servicios. En un sistema como el cubano, en el que el Estado asegura no dejar a nadie desamparado, el despido de trabajadores estatales debía haber sido respaldado por verdaderas posibilidades para trabajar de forma privada. Pero el Estado cubano parece no soportar la pequeña inversión por cuenta propia, pues los impuestos y multas, la presión de los inspectores y las políticas ambiguas que ofrecen un ambiente de baja seguridad, indican que se pretende que un inversionista pequeño por cuenta propia, solo tenga ingresos alrededor del nivel de los trabajadores asalariados. No existe mucho estímulo para invertir y los desempleados han quedado desempleados, viviendo de remesas, del ingreso de otros familiares o realizando actividades ilegales para sobrevivir. La mayor parte de los trabajadores por cuenta propia o cooperativistas no agropecuarios no son desempleados del sector estatal. En resumen: la reducción del desempleo encubierto solo trajo como consecuencia más desempleo.
3.     Medidas salariales: aunque no se han publicado resultados de estas medidas, podemos mencionar que el salario real cayó 73% entre 1989 y 2012. Las medidas ofrecen nuevas posibilidades de ingresos: pagos en divisas y CUC en empresas mixtas, eliminación del tope salarial, pluriempleo, pago por resultados. Todo esto sin un incremento en la producción y en el PIB que sirva de respaldo.
Comentario: La pérdida del poder adquisitivo de los cubanos se ha sentido profundamente. Las nuevas posibilidades de ingresos, producto del salario, significan cierta mejora para algunos sectores muy localizados de la población y más como resultado del acceso privilegiado a recursos y servicios, que como resultado del salario. Todas las nuevas formas de acceso a ingresos salariales no pueden compensar la caída del 73% del salario real. Es un hecho: vivir del salario, con un mínimo de dignidad, es muy difícil.
4.     Eliminación de gratuidades: después del anuncio de suprimir las gratuidades (Raúl Castro), se comenzó la eliminación gradual del racionamiento, se produjo un incremento de las tarifas de electricidad, gas y agua, un evidente aumento del precio de mercancías en las “shopping”, eliminación de cafeterías y comedores de trabajadores a precios subsidiados.
Comentario: La eliminación de gratuidades es una medida positiva en sí misma. Las gratuidades son formas de paternalismo que no ayudan al desarrollo personal. Pero las gratuidades surgieron en Cuba para justificar (y lo lograron en la conciencia ciudadana, aunque no en la realidad, por bastante tiempo) el salario insuficiente y el monopolio estatal sobre los medios de producción y servicios. Al eliminar las gratuidades, se supone que los cubanos tengamos la posibilidad de obtener los recursos necesarios para suplir los subsidios estatales. Se ha eliminado el racionamiento sin un abastecimiento suficiente del mercado y sin la posibilidad real de obtener ingresos que permitan el acceso a esos productos, ahora a un precio entre 5 y 10 veces superior. Claro que la demanda sobre los mismos es mayor que la oferta, pero contando con las remesas familiares del exterior, con ingresos provenientes de las misiones y colaboraciones en el extranjero de médicos y otros profesionales, o con el resultado del trabajo por cuenta propia con cierto éxito. De estas fuentes de ingreso solo el trabajo por cuenta propia aumenta la oferta en el país y, lamentablemente no se autoriza el mismo para la producción de bienes antes solo subsidiados como el jabón, la pasta dental, el azúcar.
5.     Salud: al recortar, en tres puntos sobre el PIB del 2000 al 2012 el presupuesto dedicado a la salud, se redujo personal, diagnósticos, y pruebas costosas en hospitales y clínicas; menor acceso a médicos de familia debido a exportación a Venezuela, falta de insumos quirúrgicos, equipos en deterioro, escasez de medicinas, los pacientes deben llevar al hospital sábanas, comida e insumos. Se ha producido un incremento del uso de medicina herbolaria y acupuntura. Se reduce la mortalidad infantil (crece la materna) y siguen sin resolverse problemas fundamentales para la salud como el agua potable y el alcantarillado.
Comentario: El problema de la salud pública es sumamente sensible para la población cubana. Tener la seguridad de contar con atención médica de forma gratuita, ayudó a mantener el discurso oficial de la ventaja del sistema socialista durante mucho tiempo. Las dificultades que ahora se viven han hecho a los más fieles dudar. Los hospitales no pueden brindar las condiciones mínimas necesarias: alimentación, camas, disposición de médicos, medicamentos, tratamientos, cirugías, pruebas para diagnósticos. Todos tenemos la sensación (aun cuando no sea imprescindible) de que necesitamos un amigo médico o enfermero, radiólogo o cualquiera que trabaje en el hospital para gestionar una atención con calidad. Las vías establecidas para acceder a consultas especializadas no funcionan. Usted tiene la posibilidad de llegar a emergencias y ser atendido con eficiencia (los médicos cubanos, generalmente tienen una gran sensibilidad), pero en cuanto necesita una atención más allá de la emergencia comienzan las dificultades. Por lo general, no es un problema de los médicos cubanos, que ya hacen un gran sacrificio haciendo su trabajo sin recursos y sin salarios suficientes, sino de las posibilidades que brinda el sistema permeado por una gran burocracia y escaseces crónicas.
6.     Educación: también el presupuesto para la educación fue recortado entre el 2008 y el 2012 en dos puntos. Como consecuencia se produjo el cierre de escuelas secundarias en el campo, educación a campesinos y trabajadores, escuela de trabajadores sociales y la mayoría de 3000 universidades municipales. Terminó el programa de maestros emergentes y fue cortada drásticamente la matrícula universitaria en carreras de humanidades y educación física, al tiempo que aumentó en ciencias naturales y matemáticas. Menos cuotas de matrícula universitaria y exámenes de ingreso más duros.
Comentario: Además de todo lo evidente que muy certeramente plantea el profesor Mesa-Lago, existe un deterioro de la calidad de la educación en Cuba que se muestra cotidianamente en las relaciones interpersonales, en los servicios que se brindan, en el ambiente de violencia y chabacanería y la mediocridad de los profesionales graduados en los últimos 15 años. Ni la formación de valores, ni el aprendizaje liberador, ni siquiera la instrucción cabal, están siendo lo más importante en la educación en Cuba, la mucha exigencia de promedios altos en las calificaciones o los exámenes rigurosos, están combinados con la tensión entre el facilismo y el extremismo, fruto de profesores sin libertad de cátedra, muchas veces impartiendo asignaturas en las que no están especializados; profesores que manifiestan la mala formación recibida en los programas emergentes y cuyo trabajo es el resultado de unos salarios insuficientes para vivir dignamente. No demuestran conocimientos, no pueden estar actualizados, ofenden a los estudiantes, evalúan arbitrariamente, ejercen un poder desmedido en las aulas. El hacinamiento, la falta de higiene y de mobiliario, así como de libros y materiales escolares, afectan todo el proceso docente. Todo esto unido a la exigencia cada vez mayor de aspectos poco esenciales como el uso del uniforme escolar, los centímetros que deben tener el largo de las sayas o el ancho de pantalones (sin exagerar), el corte que puede tener el pelo, las prendas que puede o no usar el estudiante (manillas, relojes, cadenas en el cuello). En este ambiente es en el que se desarrolla la educación en Cuba en estos momentos.
7.     Pensiones: con el fin de reducir el déficit financiero, en el 2008 se incrementó la edad de retiro en 5 años. No obstante, la aceleración del envejecimiento poblacional produjo un aumento del costo de pensiones, por lo que a pesar de la reforma el déficit ha crecido. El sistema de pensiones es insostenible a largo plazo. La pensión real cayó a la mitad en 1989-2012.
Comentario: El recrudecimiento de la crisis económica en Cuba ha resultado especialmente difícil para los pensionados. El aumento de la edad de retiro y la posibilidad de trabajar después de este, han influido también en el desempleo, puesto que existe más demanda de trabajo. Mientras tanto, no ha habido avances, ni esfuerzos suficientes por parte del Estado, para favorecer un ambiente económico que tienda al crecimiento y al desarrollo, de manera que la generación de riquezas provea al país de recursos para cumplir con los que ya han trabajado durante toda su vida sin obligarlos a depender de otros o a trabajar después de su jubilación.
8.     Vivienda: el presupuesto del Estado para vivienda disminuyó 1 punto del PIB en 2008-2012. Fue autorizada la venta de viviendas, materiales de construcción, créditos y subsidios al sector privado. La construcción de viviendas cayó de 111400 unidades en 2006 a 21100 en 2013, por 1000 habitantes de 9,9 a 1,9. Construcción privada saltó de 28% a 53% del total (estatal cayó de 71% a 42%). Durante toda esta etapa ha continuado el deterioro de las viviendas, los derrumbes, el apuntalamiento. Déficit habitacional más de 1 millón de viviendas, 27% del número existente.
Comentario: Las reformas en este sector han beneficiado a muchas personas visiblemente. Se han construido viviendas muy confortables, ha mejorado el acceso a materiales de construcción. Pero no se puede decir que ha mejorado el fondo habitacional del país, pues ese deterioro de que habla el profesor Mesa-Lago también es muy evidente. Lógicamente tenemos muchos años de atraso y no frena el proceso de deterioro. Pero lo principal es que se necesita dinero para invertir en la construcción de una vivienda, un dinero que no está al alcance de la mayoría de los cubanos. Las viviendas continúan siendo habitadas por varias generaciones de familia. La precariedad de condiciones habitacionales, que uno puede encontrarse en zonas rurales o en repartos periféricos, es increíble. La posibilidad de hacerlo de forma privada ha aumentado las diferencias sociales y ha despertado la necesidad de vivir más dignamente en personas que no tienen acceso a remesas, ni a ingresos fuera del salario. Las promesas estatales de construcción de viviendas a damnificados de ciclones tienen un atraso como de diez años. Se han agilizado algo los trámites para legalización y solicitud de licencias, pero continúan trabas para el otorgamiento de subsidios. Además existe una gran parte de los inmuebles que son propiedad del gobierno y nadie se ha preocupado por mantenerlos o rescatarlos de las ruinas o el derrumbe.
9.     Asistencia social: el cambio del subsidio a bienes por el subsidio a personas, con la garantía de que nadie quedaría desamparado, según palabras del presidente Raúl Castro, era la reforma anunciada. A corto plazo, las reformas han tenido efectos sociales adversos: aumento del desempleo, aumento de los precios, eliminación de gratuidades y subsidios. Como resultado una mayor pobreza y una población más vulnerable. Como parte de la aplicación de los lineamientos se terminaron las pensiones para beneficiarios con familiares, suponiendo que estos debían asumir la responsabilidad de socorrerlos. La asistencia social tiene la menor asignación del presupuesto y mermó de 2,1% a 0,8% del PIB (1 punto).
           Comentario: Nadie que viva en Cuba duda de esta afirmación de Mesa-Lago: “A corto plazo, las reformas han tenido efectos sociales adversos (…) Como resultado, una mayor pobreza y una población más vulnerable”. La disminución de la asistencia social debe estar precedida por una disminución de las necesidades de las personas de acogerse a las mismas, o sea, de mayores posibilidades de vivir sin ellas. Esta situación se contradice con la decisión expresa de no dejar a nadie desamparado. Muchas personas que contaban con cierta independencia gracias a sus pensiones ahora se ven en la necesidad de depender de familiares. Si bien es cierto que no pueden pagarse pensiones si no existen recursos suficientes y que el sistema cubano de pensiones es insostenible a largo plazo, el gobierno está en la obligación de equilibrar el recorte de estas pensiones con más libertad de iniciativa privada y otras medidas que generen riquezas suficientes para que cada vez menos personas las necesiten. Esta reforma ha contribuido a fomentar, entre la población más vulnerable, la conciencia de que el sistema político cubano ha colocado en un segundo o tercer plano el amparo de los más necesitados.
Según esta reflexión las soluciones, para mayor protección de los más vulnerables, podrían ir por los siguientes caminos:
–       Abrir la posibilidad a instituciones y grupos de la sociedad civil a brindar servicios sociales. Las Iglesias, los grupos de profesionales, las cooperativas, los vecinos y cualquier forma de organización de la sociedad con fines y métodos liberadores.
–       Promover la pequeña inversión por cuenta propia sin límite de oficios y profesiones, sin frenar la obtención de ingresos, con el fin de generar la riqueza necesaria para el desarrollo y de reconocer el derecho de las personas a la libre iniciativa.
–       Legalizar la empresa privada sin más restricciones que la de cumplir con su responsabilidad social.
–       Establecer un sistema tributario justo que permita la redistribución de la riqueza generada, haciendo evidente el aumento y la calidad de los servicios públicos y de la asistencia social.
Además de lo interesante de este trabajo, creo que el profesor Carmelo Mesa-Lago ha logrado un resumen abarcador y objetivo de lo acontecido en Cuba en concepto de efectos sociales de las reformas, en un período de casi 8 años. Nos deja con la sensación de que algo ha cambiado en Cuba, aun cuando haya sido tan lentamente y a pesar de que los efectos hayan sido adversos. Creo que es una visión positiva de la realidad, que no significa decir que todo ha estado bien, sino ofrecer argumentos para un análisis crítico que pudiera impulsarnos a buscar las soluciones verdaderamente efectivas para que Cuba sea una nación libre y próspera, sin detrimento del afán por la justicia social que hasta ahora no hemos alcanzado.
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Karina Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1968).
Licenciada en Economía.
Fue responsable del Grupo de economistas del Centro Cívico.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia.
Vive y trabaja en Pinar del Río.
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