Por Elena Rosito Yaluk
Cuba se ha abierto a la inversión extranjera. ¿Por qué los cubanos que se encuentran en la diáspora o los que están dentro del país no pueden hacerlo?
Los cubanos construyeron “La Pequeña Habana” en Miami, donde existen pequeños y grandes negocios, comercios, restaurantes, clubes, etc.
Es preciso abrirse a todos. Demos un voto de confianza a los cubanos, libertades y derechos, para que puedan aportar sus ideas y contribuir al desarrollo pleno de Cuba, así como en la agricultura, ya que las tierras han sido bien dotadas por la naturaleza y sus productos son considerados y aclamados por el mercado externo, y la tierra, agente productor incansable.
Que estos cambios, donde se respiran ciertos aires de libertad, sean para el progreso y desarrollo de nuestra economía, superando errores pasados y presentes sin retrocesos, por las vías pacíficas y de respeto, como se ha hecho hasta ahora por parte de ambos gobiernos.
Para que haya una sociedad civil diversa, esta debe gozar de los espacios de libertad que se necesiten, no manipulada por intereses políticos o de otra índole, para poder participar en instituciones, organizaciones y grupos diversos independientes, no gubernamentales, o sea, unidos en la diversidad, para ejecutar acciones pacíficas propias de una sociedad libre que nos permita pensar y organizarnos sin temor a represalias, porque el temor impide disfrutar de esa libertad, no favoreciendo el desarrollo pleno de la sociedad civil, donde el eje principal es la persona humana, hacia la cual debemos encaminar nuestros pasos y proyectos.
A la comunidad le corresponde trabajar por el rescate de los valores éticos y morales, la justicia y la libertad, los derechos humanos, para garantizar el tránsito hacia la democracia.
Elena Rosito Yaluk (Pinar del Río, 1942).
Maestra de Escuela Primaria.
Reside en Pinar del Río.