La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba hace pública su complacencia por la reciente declaración del Santo Padre Benedicto XVI, proclamando Venerable al Siervo de Dios Padre Félix Varela Morales.
La Conferencia de Obispos Católicos de Cuba hace pública su complacencia por la reciente declaración del Santo Padre Benedicto XVI, proclamando Venerable al Siervo de Dios, Padre Félix Varela Morales.
La referida proclamación representa un paso de avance en el proceso de beatificación del benemérito sacerdote cubano, ejemplar en sus virtudes cristianas y sacerdotales, y eminente en su patriotismo.
Imploramos a Dios que en fecha próxima, podamos conocer de un milagro realizado por su intercesión, el cual, una vez comprobado, permitiría la proclamación del Padre Varela como Beato, paso inmediato a su canonización.
Secretariado General de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba.
Habana, 10 de abril de 2012
El Papa Benedicto XVI dio la autorización el 14 de marzo de 2012
Su Santidad el Papa Benedicto XVI otorgó la aprobación a la Congregación para la Causa de los Santos el pasado 14 de marzo. Dicha Congregación promulgará un decreto en el que se reconocen las “virtudes heroicas” vividas por el sacerdote cubano, primero que nos enseñó en pensar, nacido en La Habana el 20 de noviembre de 1788 y fallecido en San Agustín de La Florida, el 25 de febrero de 1853.
La declaración oficial por parte del Sumo Pontífice de la santidad de una persona comienza, regularmente, 5 años después de su muerte y consta de 3 pasos sucesivos: el primero, se declara Venerable Siervo de Dios; el segundo, se declara Beato; y el tercero, se autoriza a llamarle Santo y que se le rinda veneración pública el día de su muerte.
Para que un Venerable sea beatificado se requiere un milagro por su intercesión debidamente comprobado. Es necesario un segundo milagro para que sea definitivamente canonizado como santo de la Iglesia católica. En caso de martirio cruento, los milagros no son necesarios.
Cuba cuenta ya con dos beatos: Uno, Olallo Valdés, enfermero laico consagrado en la Orden de San Juan de Dios, que nació en La Habana en 1820 y murió en Camagüey en 1889; el otro, el seminarista José López Piteira, que nació en Camagüey en 1913 y murió mártir, en España, en 1936 durante la Guerra Civil Española.