Martes de Dimas
Mario García Menocal y Deop (Jagüey Grande 1866-Santiago de Cuba 1941). Ingeniero civil graduado en Estados Unidos, militar y político. Participó en la Guerra de Independencia. Ocupó los cargos de Subsecretario de la Guerra de la República en Armas y Jefe de Estado Mayor del general Calixto García. Se destacó en el asalto y toma de Victoria de las Tunas bajo las órdenes de Máximo Gómez. Terminó la guerra como jefe del Quinto Cuerpo de Ejército con el grado de Mayor General.
Durante el gobierno interventor ocupó los cargos de Jefe de la Policía de La Habana e Inspector General de Obras Públicas. Después de mediar en la lucha entre conservadores y liberales se dedicó a la construcción de uno de los mayores ingenios azucareros, el Chaparra, en el que siendo administrador logró en 1910 producir cerca de 70 mil toneladas, casi tanto como lo producido en la Isla en 1830. De ahí su apodo de “El Mayoral” y la expresión popular: “Tumba la caña, tumba la caña, que ahí viene el Mayoral sonando el cuero”.
En 1908 se presentó como candidato a las elecciones presidenciales por el Partido Conservador en las que fue derrotado por José Miguel Gómez. Con la promesa de disminuir los gastos en la administración, estrechar las relaciones con Estados Unidos, distribuir mejor la carga fiscal, desarrollar una política económica proteccionista y abaratar los productos de primera necesidad, se impuso en los comicios de 1912. Fue el tercer Presidente de la República y gobernó durante dos cuatrienios consecutivos.
En su primer mandato se rodeo de personalidades idóneas. Además de Enrique José Varona en la vicepresidencia, contó con el coronel Cosme de la Torriente, y entre sus ayudantes con el mayor general Julio Sanguily. En su segundo mandato contó con el comandante Emilio Núñez Rodríguez en la vicepresidencia.
Entre las medidas de mayor relevancia durante sus mandatos están:
La Ley de Defensa Económica de octubre de 1914, que dio nacimiento a la moneda nacional, sustentada en el patrón oro y con el mismo peso y ley que el dólar estadounidense. Hasta ese momento circulaban en Cuba, junto al dólar, el centén español y el luis de oro francés.
La ley titulada “Concediendo a la madre la patria potestad sobre sus hijos aunque contraiga segundas nupcias, y la libre administración de sus bienes”, `promulgada en julio de 1917, una medida de las más avanzadas a nivel mundial para su época y de gran importancia en el camino de liberación de la mujer[1].
La Ley del Divorcio de julio de 1918, otra legislación avanzada para su época, pues aunque la Constitución de 1901 reconocía la igualdad de todos los cubanos ante la Ley, aún regía en Cuba el Código Civil Español, que establecía la inferioridad de la mujer.
En 1915 dictó el seguro obligatorio para los accidentes del trabajo e introdujo la mediación del Estado en las disputas laborales.
Introdujo tecnologías industriales y de transporte en la industria azucarera que repercutieron en el aumento de la producción. La zafra de 1914, que fue de 2 622 036 toneladas, mientras la de 2017 sobrepasó los 3 millones de toneladas, cifra tan elevada que hoy no constituye ni una aspiración. Cuba devino nuevamente mayor productor de azúcar del mundo, como lo había sido entre 1830 y 1890.
Impulsó la ganadería, aumentó las vías ferroviarias, inauguró barrios modernos en La Habana, Marianao y Santiago de Cuba. Desarrolló la infraestructura de pueblos como Jagüey Grande y Camagüey. Extendió el servicio de trenes en La Habana desde la calle Zanja hasta Marianao. Inauguró el hotel Casa Granda en Santiago, el edificio del Casino Español en La Habana, el nuevo Teatro Nacional, comenzó la edificación del Palacio Presidencial. Creó la Compañía de Cemento Cubano e instaló más de 20 mil equipos de teléfono en la Habana. Reorganizó los Planes y Programas de Estudio, creó las Escuelas Normales en casi todas las provincias, fundó las Escuelas del Hogar, introdujo la enseñanza práctica de la agricultura en las escuelas rurales, amplió el número de aulas, creó el servicio de maestros ambulantes en las zonas de montañas y elevó el sueldo a los maestros.
Comenzó la construcción de nuevos edificios para la Universidad de La Habana y dejó concluido los de Astronomía, Física y Química. Y en Salud Pública comenzó las obras del Hospital General Calixto García y colocó la primera piedra del Hospital Municipal (Emergencia).
Al final de su primer mandato estalló la Primera Guerra Mundial (julio de 1914- noviembre de 1918). En su condición de aliado, Menocal envió un mensaje al Congreso: Cuba no puede permanecer neutral en este supremo conflicto porque…ello sería contrario a la esencia de los pactos y obligaciones… que nos ligan a los Estados Unidos[2]. En consecuencia estableció el Servicio Militar Obligatorio, aprobó el envío de un pequeño contingente militar a Europa (que no llegó a enviarse) y recibió un empréstito de treinta millones de dólares para los gastos de guerra.
La dependencia cubana del azúcar se puso en evidencia. La guerra afectó la producción remolachera de Europa y Cuba devino principal proveedora mundial. La subida espectacular del precio a 23 centavos la libra generó un elevado ingreso monetario, conocido como “Las Vacas Gordas”. Se amasaban fortunas. En mayo de 1918 Menocal compró un palacio en la provincia de La Habana por 3 750 000 dólares. Solo en ropa blanca se gastaron 100 mil dólares. Otros 60 mil se dedicaron a un cuadro heroico en el que Menocal aparecía vencedor en la batalla de Las Tunas de 1897[3]. Al concluir la guerra Europa recuperó la producción remolachera y los precios del azúcar descendieron bruscamente, provocando la crisis conocida como “Las Vacas Flacas”; crisis que se complicó más con la decisión de reelegirse, a pesar de que en 1912 había dicho enfáticamente: “… El principio de la no reelección es el más firme sostén de la paz”[4], y en 1915 reiteró que no iría a la reelección presidencial.
La lucha por el poder hizo que José Miguel Gómez, quien se esforzó por evitar la intervención norteamericana durante su gobierno, ahora trató de propiciarla. En octubre de 1916 él y Alfredo Zayas sugirieron al ministro de Estados Unidos, William E. Gonzales, la conveniencia de una intervención[5]; un hecho demostrativo de que el alzamiento era una manifestación de la lucha entre los partidos políticos. En respuesta Estados Unidos, en febrero de 2016, anunció que sólo daban su confianza y apoyo a los gobiernos constitucionales. Y en otra nota condenó la llamada revolución liberal, confirmó su apoyo a Menocal y declaró responsables a los sublevados de cualquier daño que sufrieran las propiedades.
De todas formas para asegurar la “victoria” el Partido Conservador acudió al fraude electoral, lo que provocó el alzamiento armado de los liberales, conocido como “La Chambelona”, una guerra civil entre febrero y marzo de 1917 que obligó a suspender las garantías constitucionales y a implantar la censura de prensa.
José Miguel desembarcó cerca de Tunas de Zaza, Sancti Spiritus, junto a Gerardo Machado. También se alzó Carlos Mendieta, mientras otros jefes liberales se pronunciaron en Santa Clara, Camagüey y Santiago de Cuba.
El 28 de febrero tropas del gobierno tomaron Camagüey; el 7 de marzo José Miguel cayó prisionero junto a su Estado mayor; días después se entregó Mendieta. Aunque a petición del gobernador de Oriente el 8 de marzo desembarcaron 500 marines, la suerte de los alzados no cambió. Sufrieron cientos de muertos y heridos. El apoyo de la administración estadounidense a Menocal fue decisivo[6]. El 20 de mayo tomó posesión del segunda mandato con el comandante Emilio Núñez de vicepresidente, y decretó una amnistía para todos los presos políticos, entre ellos para su principal adversario: José Miguel Gómez.
Ante la inestabilidad política en marzo de 1919 llegó a Cuba al General Enoch Crowder, enviado como representante del Presidente de Estados Unidos para asegurar la limpieza y transparencia de las futuras elecciones. Bajo su influencia se elaboró una nueva Ley Electoral -conocida como “Código Crowder”
El impacto de la crisis sumió a casi toda la población de la isla en la miseria: campesinos sin tierra, miles de braceros antillanos desempleados, despidos obreros y afectaciones salariales. Todo ello en medio de un crecimiento asociacionismo.
A partir del año 2013 se crearon el Partido Nacional Obrero, el Partido Democrático Social, el Partido Unión Liberal, el Partido Demócrata Nacionalista y el Partido Popular Cubano. Surgieron nuevos órganos de prensa como El Heraldo de Cuba. El sindicalismo celebró el Congreso Nacional Obrero en 1920[7]. Y las huelgas se multiplicaron.
Para enfrentar las carestías Menocal promulgó la Ley de Subsistencia y dictó la Ley de Moratoria Bancaria, que sólo los bancos extranjeros pudieron pagar. Esas medidas, conjuntamente con el auge del intercambio comercial con Estados Unidos, generaron una mejoría, pero no lograron superar la crisis.
Entre los hechos negativos durante sus mandatos se destacan dos:
– La corrupción. Aunque comenzó repudiando los contratos de José Miguel, continuó sus prácticas. Aceptó la atribución de un sueldo de 600 dólares al año por escribir una historia de Cuba[8]. Cuando ocupó el cargo tenía 1 millón de dólares y en 1921 se marchó con 40 millones[9]. La botella, la utilización de la Lotería como medio de soborno y la aprobación de la llamada Ley para el Fomento del Turismo, abrieron las puertas al juego y a los desfalcos en varios organismos.
– La no utilización de los enormes ingresos durante “Las Vacas Gordas” para crear un fondo que preservara al país en el futuro.
En 1925 Menocal se presentó nuevamente a las elecciones presidenciales, esta vez frente al candidato liberal Gerardo Machado y las perdió. Ante la derrota se puso al frente de una nueva agrupación política: el Partido Nacionalista, con el propósito de detener la reforma constitucional que Machado pretendía introducir en la Constitución de 1901. Y en 1931 protagonizó un alzamiento armado contra Machado, cayó prisionero y se le obligó a tomar el camino del exilio.
Lecciones de la historia para el futuro de Cuba
A pesar de considerables avances en economía, especialmente en la industria azucarera, así como en educación y sanidad, y de haber sorteado con éxito situaciones complejas, la corrupción y el fraude electoral empañaron su gestión administrativa, lo que no justifica que su figura esté ausente en la Avenida de los Presidentes, ni que su labor presidencial se mencione sólo para denigrarlo. Menocal fue uno de nuestros presidentes y ese hecho no admite manipulaciones desde la ideología.
La Habana, 27 de octubre de 2020
- [1] Pichardo, Hortensia. “Documentos para la historia de Cuba”, tomo II. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1969, p. 411.
- [2] Thomas, Hugh. “Cuba, la lucha por la libertad 1762-1970”. Tomo 2. Barcelona-México, Editorial Grijalbo, S.A., 1974, p. 693-694.
- [3] Ibídem, p. 693-698.
- [4] Pichardo, Hortensia. “Documentos para la historia de Cuba”, tomo II. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1969, p. 397.
- [5] Noticiero de la República. Apuntes cronológicos 1900-1929. Tomo I. La Habana, editorial de Ciencias Sociales, 2003. p. 128.
- [6] I Pichardo, Hortensia. “Documentos para la historia de Cuba”, tomo II. La Habana, Editorial de Ciencias Sociales, 1969, p. 405.
- [7] Ibídem, p. 437.
- [8] Thomas, Hugh. “Cuba, la lucha por la libertad 1762-1970”. Tomo 2. Barcelona-México, Editorial Grijalbo, S.A., 1974, p. 689.
- [9] Ibídem, p. 688.
- Dimas Cecilio Castellanos Martí (Jiguaní, 1943).
- Reside en La Habana desde 1967.
- Licenciado en Ciencias Políticas en la Universidad de La Habana (1975), Diplomado en Ciencias de la Información (1983-1985), Licenciado en Estudios Bíblicos y Teológicos en el (2006).
- Trabajó como profesor de cursos regulares y de postgrados de filosofía marxista en la Facultad de Agronomía de la Universidad de La Habana (1976-1977) y como especialista en Información Científica en el Instituto Superior de Ciencias Agropecuarias de La Habana (1977-1992).
- Primer premio del concurso convocado por Solidaridad de Trabajadores Cubanos, en el año 2003.
- Es Miembro de la Junta Directiva del Instituto de Estudios Cubanos con sede en la Florida.
- Miembro del Consejo Académico del Centro de Estudios Convivencia (CEC).