Te pido
- No te pido luces encontradas ni colores chillones,
- ni madrugadas hospitalizadas, ni demostraciones de amor cuando no hacen falta.
- No te pido marionetas de la hipocresía ni pastillas para dormir,
- Ni ventas, menos cobardía.
- No te pido siluetas de cariño,
- ni rosas en la noche, ni almohadas que me cubran.
- No te pido agua caliente ni olores de jabón.
- No te pido todos los días, ni tres veces al mes.
- No te pido comprensión cuando invento, ni ciudades que no existen.
- No te pido ni cortas ni largas.
- No mucho, no poco.
- Y si he de pedir sería reclamo de lo obvio.
- Reclamo de lo poco que se establece,
- de pedir solo te pido, que tú tal lo que eres,
- me abraces, reasumas lo que eres en bien y no me dañes.
- Te pido que no vendas por huesos mi carne, que no maldigas lo que siento,
- que importe lo que hablo y lo que siento respetes.
- Poco pido, o quizás mucho.
- Mas, ¿qué más podría pedir que lealtad?
Nuevo ciclo
- En otros instantes sentí la presencia de las espirales del tiempo,
- descubrí la muerte de mi inocencia y nacimiento de algo más, solo quizás no malo.
- Desperté en bostezos de humo, me senté en piedras y ahí estaba,
- formando entre franjas sepias la espiral constante de mi vida,
- pequeña corteza de babosa que se deja, pues siempre queda chica.
- Una y otra vez, una y otra vez la misma señal. Testimonio interminable de lo que sé.
- Mas esta vez albergo la fe de confrontar mi carácter,
- nuevas metas, nuevas ilusiones, hermoso último ciclo de mi vida,
- vi la sonrisa triste de mi hermana,
- vi llorar el alma de mi madre,
- la franqueza del padre,
- la decepción del amor que no existió,
- los besos desalmados para cubrir espacio,
- vi la belleza de la amistad y comprendí que la verdad duele.
- Pero la caracola mostró una silueta que ya conozco,
- dejar atrás no existe, solo progreso,
- sacrificio de lo amado y la añoranza de otras espirales.
Concepto propio
- Ojalá ser curioso sirviera para cubrir la inquietud,
- ojalá que rozara la debilidad ajena,
- ojalá que fuera virtud mundial para que no enfaden las palabras,
- la curiosidad es el motivo por el que se abre y se cierra una puerta, puede inflar o reventar.
- Es una ilusa sensación que nos inunda la credibilidad,
- que asesina la quietud, y defiende lo furtivo.
- A la vez es la rosa que te hace sonrojar, y el azul que te embelesa.
Catarsis
- Ser tonto es el único modo de ser libre.
- Andar la vida como quien domina sus entrañas,
- sentirse igual con cada circunstancia,
- dejar de pensar para convertirse en masas,
- añorar solo lo que es posible y lo que no se descarta.
- Saber y aceptar que todo cambia,
- pero no preguntarse, nunca preguntarse por qué esto pasa.
- La gente que cuestiona no es sensata,
- los que buscan algo más, allá en la distancia,
- que saben del peligro de las palabras pero que luchan y se levantan,
- todo aquel que sueña, aunque conoce poco de esperanzas,
- aquel que dice y habla, aquel que calla la herida que sangra,
- que grita por ver qué pasa.
- Termina siempre por descubrir,
- que solo el tonto la libertad alcanza.
Carencias
- Cabizbajo estaba, hundido en tristezas.
- Tentando a la suerte, en aquella acera.
- Ahí estaba, cabizbajo como quien nada anhela.
- Dormitando los huesos, quebrando las penas.
- Una vida que rompe con pocas cadenas.
- Ahogando sus miedos en ron o cerveza.
- Ya no quedan palomas, ni muchas banderas.
- Ni iconografías, que resultan buenas.
- Ahí estaba el muchacho, tirado en la acera.
- Y todos nosotros, culpables de pena.
- Mas lo dejamos, ahí, rodeado de bestias.
- Seguimos andando como si no existiera.
- Cómo le hago para enfrentar mi vergüenza.
- Si ahí lo dejé, tirado en la acera.
- Cómo culpar, si no quedan banderas.
- Palomas muertas rodean mis venas.
- Todo daría, por que no fuera.
- Pero ha sucedido, allí en esa acera.
- Lisset Cabrera Esquijarosa (Sancti Spíritus, 1995).
- Artista de la Plástica.
- Estudiante de Conservación y Restauración en el Instituto Superior de Arte.