Poema para el presente
Quién soy yo sin mi sombra y sin mi yo,
sin mi sombra infatigable que nunca dice no,
sin mi yo que va conmigo protegido
—__y me precede__;
quién soy yo sin mi tiempo, sin el tiempo,
sin un muerto en el recuerdo,
sin un niño por nacer;
quién soy yo sin otro,
sin un tú para mi yo,
sin tu yo para mi tiempo,
sin mi historia,
sin la historia, quién soy yo.
14-4-75
Poema segundo de la nostalgia y del asombro
“”Yo no digo esta canción
sino a quien conmigo va.””
Romance del conde Arnaldos
¿ Quién llama ?
¿ Quién llama en la reja ?
¿ Quién llama en la reja allá a la izquierda en la ventana ?
Por las aceras que a la tarde se van de gris a malva,
vienen subiendo las gentes del trabajo.
Yo he puesto el pan al centro de la mesa y el mantel
se entibia de tu espera. No hay abejas aquí, mas
quién podrá dormir ahorita en esta casa
cuando llegues con la miel y los gorriones.
¿ Eres tú ? Entra. Entra ya.
Mira que de pronto arrecia el vendaval y arrasa las palabras,
y así: ¿ quién canta ? ¿ quién acaricia los tórtolos ?
¿ quién enciende en ascuas la noche entera ?
Que no entre el vendaval. Que no entre ese silencio
que nos traen la cal y la madera.
Tú convocas a su nombre el canto primero de los pájaros.
Yo les llamo presuroso:
que vengan, vengan: no palomas, no gaviotas,
vengan blancos alcatraces de vuelo bajo
salpicado de mar: no más silencio.
Que griten, griten los alcatraces.
Que no dejen oír los alcatraces.
Que no llegue ese silencio hasta la mesa en que está
(caliente el pan.
Te vas. Pero, ¿ por qué ? No dejes solo al bando de gorriones.
Quién llenará, entonces, de agua las vasijas.
Quién comerá de nuestro pan.
Quién guardará la astilla levísima de luz para la noche.
Vamos a ver: que luzcan las lámparas.
Que traigan, traigan hasta el polvo de la casa.
Palabras. Y que te acurruquen, te susurren,
que te duerman.
Te vas. Yo no sé cómo se escapa
tanta luz de mi ventana.
Mira: ahora ya no hay más colores y no podré buscarte
(hasta mañana.
Pero mañana, cuando vengan subiendo las gentes del trabajo,
yo pondré el pan caliente al centro de la mesa
y te cortejaré con rejas y gorriones.
16-8-78