¿Como podría Cuba salir de la recesión en 2020 agravada por el Covid-19?

Foto tomada de Internet.

Carmelo Mesa-Lago ¦¦ Un factor interno y tres externos se han combinado en Cuba en 2020 para producir la “tormenta perfecta”. El interno es la continuación del modelo de planificación central, puesto que las reformas estructurales de Raúl Castro en 2007-2017 no tuvieron éxito en mejorar la economía y el “continuismo” de Miguel Díaz-Canel implica que no se profundizarán los cambios necesarios para una reactivación. Los tres factores externos son la crisis de Venezuela y el consiguiente recorte de sus ventajosas relaciones económicas con Cuba, las sanciones impuestas por Donald Trump que han reforzado el embargo de EEUU y la pandemia covid-19.

Las medidas tomadas por la Asamblea Nacional del Poder Popular y por el actual presidente han sido criticadas por la mayoría de los economistas cubanos como insuficientes, vagas y tímidas para enfrentar la crisis más seria desde los años 90 después de la caída de la URSS y el campo socialista (ver el análisis de Cuba Standard, 2020). La relación económica de Venezuela con Cuba que alcanzó su cúspide en 2012-2013 con 16.000 millones de dólares, había disminuido a la mitad en 2018, en relación al PIB la contracción fue de un 22% a un 8% y dicho descenso continuó en 2019. Las sanciones punitivas de Trump han paralizado la inversión extranjera, reducido el turismo (pararon los cruceros y los vuelos de EEUU a las provincias), endurecieron las multas a los pocos bancos internacionales que hacen transacciones con Cuba, entorpecieron el suministro de buques petroleros y posiblemente afectaron a las remesas externas (Mesa-Lago, 2020). El covid-19 reducirá más el turismo en 2020 (una pérdida de 2.000 millones de dólares) y las remesas todavía más que las medidas de Trump (una pérdida de 1.000 millones de dólares) (Morales, 2020; Vidal, 2020), ambas combinadas equivalen a 5% del PIB de 2019. El Gráfico 1, muestra el impacto de todos esos factores en el crecimiento económico entre 2006 y 2020.

Gráfico 1. Crecimiento del Producto Interno de Cuba en 2006-2020 (a precios constantes)

Fuente: 2006-2019 de ONEI, 2008 a 2019; 2020 proyección de la CEPAL, 2020.

Antes del covid-19, las autoridades cubanas insistían que la crisis era “coyuntural”, pero obviamente era estructural. La meta oficial de crecimiento para 2020 se fijó en 1% pero CEPAL (2020) predice una caída de 3,7%.[1] Ya en 2016-2019 el promedio anual de crecimiento cubano era un anémico 1,2%, o sea, un virtual estancamiento; al agregarse la cifra negativa cepalina para 2020, el promedio anual se reduce a 0,3%. La proyección de la contracción en Cuba (-3,7%) es inferior al proyectado descenso total en América Latina y el Caribe (-5,3%), lo cual se debe al peso de los descensos en las economías mayores (entre 5,2% y 6,5% en Argentina, México y Brasil), pero es superior al proyectado descenso del promedio para el Caribe (2,5%). Es probable que la proyección de la CEPAL sea optimista, puesto que sólo las caídas del turismo y las remesas proyectadas para 2020 equivalen a 5% del PIB de 2019.[2]

La economía cubana es muy “abierta,” o sea, muy dependiente del sector externo (comercio, turismo); según la Organización Mundial del Comercio, el volumen del comercio mundial menguará entre 13% y 32% en 2020 (OMC, 2020), lo cual afectará duramente a Cuba. Las importaciones habían mermado en 18% entre 2011 y 2018 y el gobierno ha anunciado otro descenso en 2020; por otra parte, las exportaciones que habían descendido 60% en dicho período  (ONEI, 2012 a 2019), bajarán aún más en 2020 por caídas en la producción de níquel y azúcar (ambas agravadas por las caídas en su precio mundial por la recesión global), así como de puros (se proyecta una reducción entre 15% y 20%) y de productos farmacéuticos (cuya producción ya estaba cayendo desde 2016).

Mucha gente está preocupada de que la crisis desemboque en un segundo “Período Especial”. Uno de mis trabajos analiza varios factores diversos a fines de 2019 que indicaban que la magnitud de la crisis actual sería menor a la del decenio de los 90 (Mesa-Lago y Vidal, 2019), pero las crecientes medidas de Trump y el covid-19 están desvaneciendo esas diferencias favorables. El ministro de comercio exterior e inversión Rodrigo Malmierca (2020) anunció a fines de abril que podrán tomarse medidas “similares a las del Período Especial” aunque agregó que las condiciones ahora eran mejores, ignorando el agravamiento de la crisis por el covid-19.

Un aspecto positivo es la exportación de servicios de salud a unos 14 países extranjeros afectados por la pandemia (incluso a Italia) y el gobierno ha hecho ofertas a otros países; no obstante, el número de médicos que antes prestaban servicios en el extranjero se había reducido en Venezuela, Brasil, Ecuador, Bolivia y algunos países africanos, por lo cual es posible que, en el mejor escenario, los nuevos envíos compensen a esas caídas. Cuba también está exportando interferón, pero la Organización Mundial de la Salud ha dicho que esa droga no es efectiva para tratar el convid-19; más aún, dos científicos han encontrado que puede hacer más virulento el virus (Dockrill, 2020). Por último, la caída dramática del precio mundial del petróleo a unos 13 dólares el barril en abril beneficia a Cuba que importa alrededor de la mitad de sus necesidades, pero con una cautela: si Venezuela, cuyo PIB se proyecta caerá 18% en 2020—la peor en la región, será capaz de seguir enviándole petróleo a cambio de servicios médicos.[3]

Las probabilidades de un paquete de rescate interno o de ayuda internacional o bilateral

Según la CEPAL (2020) la pandemia provocará la mayor contracción económica en la historia de América Latina y el Caribe desde 1900, peor que la gran recesión de 2008. Tanto la CEPAL como el BID (2020) notan que la situación económica en la región al comenzar la covid-19 crisis era más débil que en la crisis de 2008. Esta observación, especialmente la segunda, es aplicable a Cuba como se ha explicado.

La mayoría de los países en el mundo, incluyendo a América Latina, han implementado paquetes de rescate interno para reactivar sus economías o, al menos, evitar una profundización de la recesión.[4] La gran interrogante es cuándo terminará la pandemia a fin de que se puedan reabrir las economías; existe un temor generalizado que una apertura prematura pueda generar una segunda ola del virus y una recesión peor. Esto ha provocado un debate muy fuerte en los EEUU y otros países en que todavía no se ha llegado a la cresta y posterior caída en la pandemia, solo Corea del Sur, algunos países europeos (Austria, Dinamarca, Holanda) y Nueva Zelanda se encuentran en una posición fuerte para la reapertura con un riesgo mínimo. Este no es el caso de Cuba, aunque el gobierno acaba de anunciar que la cresta ocurrirá a mediados de mayo.

En todo caso, debido a la crisis, Cuba carece de recursos para financiar un substancial paquete de rescate. Una substancial impresión monetaria combinada con la escasez generalizada de bienes existente, provocaría una fuerte inflación que desestabilizaría aún más las finanzas del país y dispararía los precios que ya son altos frente a salarios y pensiones que se han devaluado sin recuperar el nivel de 1989, incluso con los incrementos otorgados en 2019. Una emisión de deuda a corto plazo por el Banco Central para financiar dicho paquete es también difícil porque ya es muy alta; podría emitirse deuda a largo plazo, pero este rescate en pesos está limitado porque la moneda cubana no es convertible (el CUC no se tranza en los mercados internacionales), por lo cual es poco lo que pueden hacer las empresas con este tipo de financiamiento.

Cuba no tiene la opción de los países latinoamericanos de recurrir a la ayuda financiera internacional, porque no es miembro del Banco Mundial, ni del FMI o el BID. La probabilidad de que Cuba sea invitada a incorporarse a estos organismos internacionales es cero porque la Ley Helms-Burton (embargo) lo impide al menos que cambie el gobierno de Cuba y este obstáculo se ha endurecido bajo la administración de Trump. En 2016, el Banco de Desarrollo Económico para América Latina (CAF), firmó un proyecto de colaboración con Cuba, en el momento en que Obama estaba impulsando la normalización de relaciones con la isla y había al menos siete países del total de 14 miembros del CAF con gobiernos de izquierda que favorecían y estaban dispuestos a ayudar a Cuba (Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Uruguay y Venezuela); con la excepción de Venezuela que se encuentra en medio de la crisis peor en su historia, los otros seis países se han movido hacia la derecha, lo cual hace difícil una ayuda substancial del CAF a Cuba;  con motivo del covid-19, CAF está otorgando préstamos a varios países de la región pero que se sepa, hasta ahora no ha otorgado uno a Cuba. El CAF se especializa en proyectos de infraestructura y cooperación técnica; una de sus áreas prioritarias es el apoyo a las medianas y pequeñas empresas (PYMES) que vendría como anillo al dedo a los cuentapropistas cubanos, pero es dudoso que el gobierno autorizase esa ayuda.

En 2019 Cuba falló el pago de 33 millones de dólares de la deuda reestructurada con el Club de París (Frank, 2019) y los abonos en 2020 serán todavía más arduos de cumplir, por ello es dudoso que países miembros del Club, los cuales sufren como otros de la recesión, condonen dichos pagos. La mejor aspiración de La Habana sería que el Club no decrete un default y le condone el interés del 9% que el acuerdo impone hasta que ejecute ese pago y cualquiera subsiguiente. Una nueva ayuda financiera del Club a Cuba está descartada.

Las probabilidades de que el medio de la recesión global, Rusia o China reemplacen a Venezuela o den préstamos billonarios a Cuba es virtualmente nula. Rusia enfrenta una caída de su PIB entre 4% y 6% en 2020, mientras que China sufrió un descenso de 6,8% en el primer trimestre y aunque proyecta una tasa positiva para todo 2020 de 2,5%, es la menor en los últimos 44 años; de hecho, China redujo el comercio con Cuba en un 23% en el período 2015-2018 (ONEI, 2019).

El candidato demócrata a la presidencia de los EEUU, Joseph Biden ha dicho que si es elegido retornaría a la política de normalización de Barack Obama, que ayudó mucho a Cuba especialmente con el salto en el turismo estadounidense. Si Biden triunfase en noviembre no tomaría posesión hasta enero y dicha política tomaría tiempo para diseñarse e implementarse, en el escenario óptimo, Cuba tendría que esperar un año para beneficiarse de un nuevo detente con EEUU.

Recomendaciones de organismos financieros regionales para enfrentar la crisis económica y proteger a los grupos vulnerables

Aquí resumimos las políticas económico-sociales propuestas por la CEPAL y el BID para la región y analizamos cuáles son las posibilidades de seguirlas en Cuba. Primero se tratan las económicas. a) Apertura de líneas de crédito bando: hasta ahora no se ha anunciado esto y es difícil porque los recursos son muy escasos como se ha dicho. b) Desgravación fiscal: Cuba no ha suspendido el pago de impuestos especialmente para el sector no estatal, incluyendo el trabajo por cuenta propia que es el más gravado. c) Suspensión del pago de tarifas de electricidad, gas y agua: al parecer esta medida no ha sido tomada. d) Emisión de préstamos subsidiados o créditos para ayudar a las empresas a mantener empleo: tampoco se han anunciado. e) Mecanismos de liquidez para las empresas medianas y pequeñas (PYMES): se han anunciado algunas medidas para los cuentapropistas, pero no se han concretado (Torres, 2020). f) Devaluación de la moneda: el CUC se ha devaluado en el mercado negro en el último año; en 2019 Cuba reintrodujo parcialmente el dólar estadounidense para la compra de bienes (como motos, electrodomésticos, etc.) en tiendas especiales; el gobierno ha dicho que no extenderá dicho uso a otros sectores, sin embargo, durante la crisis de los 90, Fidel Castro introdujo el dólar como moneda de curso generalizado, debido a la gravedad de la crisis el gobierno de Cuba podría hacer lo mismo. g) Reducción de la tasa de interés por los bancos centrales: esta política monetaria no es importante para Cuba. h) Solicitud de financiamiento al Banco Mundial, FMI, BID y el CAF, los cuales deberían dar prioridad a los países más pobres y con escaso acceso al crédito externo: esto último sería especialmente aplicable a Cuba, pero ya se ha explicado que es imposible respecto a las tres primeras y difícil en la cuarta.  i) Condonación y alivio de la deuda por los acreedores: también se ha analizado esta posibilidad, disminuida por el impago de Cuba al Club de París y por el debilitamiento de la cooperación y del multilateralismo, en buena medida por las políticas nacionalistas de Trump en los EEUU.

Veamos ahora las medidas sociales recomendadas por la CEPAL y el BID. Ambos proyectan un gran incremento del desempleo en la región y proponen ayuda para los desocupados, incluyendo un seguro de desempleo o la extensión del mismo. Este último no existe en Cuba. Durante la severa crisis de los 90, hubo un aumento del desempleo visible con una cima de 7,9% de la fuerza laboral en 1995, pero además había un desempleo “invisible” u oculto (mano de obra innecesaria en el sector estatal que provoca baja productividad) de 32% de la fuerza laboral. Varios economistas cubanos han apuntado que el gobierno mantuvo en sus puestos a esos trabajadores para evitar una explosión social pero la posposición de los despidos provocó una caída en la productividad y los salarios, la cual forzó en 2010-2011 la medida de despedir más de un millón de trabajadores estatales innecesarios (“nóminas infladas”); estos serían absorbidos por el sector no estatal, especialmente por el trabajo por cuenta propia. Este se expandió, pero no lo necesario, debido a trabas legales, impuestos y limitaciones, por lo cual sólo se despidió a medio millón y quedó otro tanto empleado redundante (Mesa-Lago, 2010). No hay duda que con el cierre de toda la actividad económica en Cuba debería incrementar el desempleo visible (en los EEUU hay 28 millones de parados y se espera que aumenten a 25% de la fuerza de trabajo) pero es probable que el gobierno adopte la misma política que durante la crisis de los 90 y siga pagando sus salarios; en este caso habrá otro bajón en la productividad y en el salario real (que ajustado a la inflación en 2019 se encontraba 46% por debajo el nivel de 1989), lo cual creará un severo problema después de la recuperación, como ocurrió en 2011 y no se resolvió del todo.

La CEPAL recomienda expandir la asistencia social para proteger a los grupos vulnerables, mientras que el BID sugiere proteger a los hogares más necesitados y afectados por la crisis mediante una transferencia universal y temporal y distribución de alimentos. En 2007-2018 creció la pobreza en Cuba, lo cual demandaba una expansión de la asistencia social, pero esta se contrajo de 5,3% a 1,6% del PIB y de 2,1% a 0,3% de los beneficiarios respecto a la población total (ONEI, 2008 a 2019). En el momento actual es virtualmente imposible revertir esta tendencia debido a la crisis y la falta de recursos; tampoco es factible una transferencia universal o reparto gratuito de alimentos. Frente a la creciente escasez de alimentos y otros bienes de consumo en Cuba es posible que se expanda el racionamiento, el cual se redujo bajo las reformas estructurales en 2007-2017.

Se termina con recomendaciones específicas sobre cómo enfrentar los problemas mayores:

  1. Escasez de alimentos

Es esencial aumentar la producción agrícola que ha caído/estancado por varios años, pero las actuales políticas no han dado resultados. Cuba debería seguir las políticas exitosas de China y Vietnam: autorizar a todos los productores (campesinos privados, miembros de cooperativas agrícolas, usufructuarios) a que determinen por sí mismo qué sembrar, a quién vender y fijar los precios con base a la oferta y la demanda (Nova, 2013; Mesa-Lago y González-Corzo en prensa). Estas políticas terminaron con las hambrunas periódicas en los dos países asiáticos que ahora son autosuficientes, además Vietnam es un exportador neto de productos agrícolas, por ejemplo, exporta a Cuba 350,000 toneladas de arroz (que la isla podría producir). Lo anterior implica eliminar el sistema de acopio que incluso es criticado por ineficiente por algunas autoridades y medios oficiales: compras estatales obligatorias de las cosechas a los campesinos privados, cooperativas y usufructuarios a precios fijados por el Estado inferiores al precio de mercado. Si Cuba siguiera las reformas sino-vietnamitas podría alcanzar autosuficiencia alimentaria en cinco o seis años, terminar con la importación por valor de 2,000 millones de dólares anuales de productos agrícolas y convertirse en un exportador neto de los mismos.

  1. Desempleo visible y oculto

Es esencial expandir el sector no estatal, particularmente el trabajo por cuenta propia y microempresas que fue muy dinámico antes de covid-19 y será esencial en la recuperación, creación de empleo productivo y eliminación del empleo innecesario estatal. Para ello varios economistas cubanos recomiendan: a) reemplazar la lista de actividades por cuenta propia autorizadas por una lista de actividades prohibidas; b) autorizar a los profesionales a trabajar por cuenta propia y eliminar las barreras en el sector no estatal; c) terminar la etapa experimental de las cooperativas de producción no agrícolas y de servicios y aprobar más de ellas; d) establecer mercados al por mayor para suministrar insumos a todos en el sector no estatal; e) establecer bancos—incluyendo extranjeros—que provean microcrédito; f) permitir al sector no estatal importar y exportar directamente; g) eliminar los impuestos más gravosos al sector no estatal; g) imponer el impuesto a las ganancias en vez de al ingreso bruto y permitir la completa deducción de gastos; h) empoderar a una asociación independiente de microempresas (PYMES) para negociar condiciones con el gobierno y envolverse en la legislación pertinente; i) crear una vía para denunciar a funcionarios estatales corruptos que cobran sobornos a los trabajadores del sector no estatal (Díaz, 2020).

  1. Inversión extranjera

Esta es fundamental y está paralizada por las sanciones trumpistas y el covid-19; para aumentarla es necesario implementar reformas, entre ellas: a) autorizar a las compañías extranjeras contratar y pagar directamente a todos sus trabajadores; b) aprobar la inversión de capital extranjero (incluyendo a los cubanos en el exterior) en todos los sectores económicos, así como en las microempresas y cooperativas de producción no agrícolas y de servicios; y c) publicar estadísticas actualizadas en áreas clave en que hay vacíos para infundir confianza en el exterior, como la deuda externa total (no solo la negociada), la forma de calcular en IPC, incluyendo las operaciones en CUC que ahora se excluyen, y cifras más detalladas de las finanzas públicas.

  1. Protección social

Las reformas indicadas y otras (como la necesaria unificación monetaria y una reforma global de los precios) ayudarían a Cuba a salir de la recesión actual y generarían recursos para poder refinanciar los servicios sociales erosionados y establecer una red mínima de protección social para los sectores más vulnerables a la crisis.

El economista cubano Ricardo Torres (2020) resume: “…una situación extrema como esta debería servir de catalizador de las transformaciones que requiere el modelo cubano… es hora que se reconozca que el esquema de producción y distribución actual es un rotundo fracaso y requiere ser revisado desde sus fundamentos. En esa revisión el sector privado y cooperativo debe ser empoderado”.

 

REFERENCIAS

  • Banco Inter-Americano de Desarrollo—BID (2020), La Política Pública frente al Covid-19: Recomendaciones para América Latina y el Caribe (Washington D.C.).
  • Comisión Económica de América Latina y el Caribe—CEPAL (2020), Dimensionar los Efectos del Covid-19 para Pensar en la Reactivación (Santiago de Chile: Informe Especial Covid-19, No. 2), 21 abril.
  • Cuba Standard (2020), Economic Trend Report 4th Quarter 2019.
  • Díaz, Oniel (2020), “20 recomendaciones para destrabar al sector privado en Cuba”, On Cuba News, 22 enero.
  • Dockrill, Peter (2020), “Scientists may have found the human cell types most vulnerable to the new coronavirus”, Sciencealert, 23 abril.
  • Frank, Marc (2020), “Cuba fails to make payments…”, Reuters, 11 febrero.
  • Malmierca, Rodrigo (2020), Mesa Redonda, La Habana TV, 27 abril.
  • Mesa-Lago, Carmelo (2010), “El desempleo en Cuba: de oculto en visible”, Espacio Laical, No. 4, pp. 59-66.
  • (2020), The Cuban Economy: The Current Crisis, its Causes and Policies for the Future (Miami: Cuban Research Institute, Casa Cuba and Latin American and Caribbean Center).
  • Mesa-Lago, Carmelo y Pavel Vidal (2019), El Impacto de en la Economía Cubana de la Crisis en Venezuela y las Políticas de Trump (Madrid: Instituto Elcano de Estudios Internacionales, Documento de Trabajo, mayo).
  • Mesa-Lago, Carmelo y Mario González-Corzo (en prensa), “Agrarian Reform and Usufruct Farming in Socialist Cuba”, Journal of Economic Policy Reform.
  • Morales, Emilio (2020), “Covid puede hacer declinar las remesas de Cuba entre un 30% y un 40% en el 2020”, “Industria turística cubana en el peor declive de su historia” y “Covid-19 golpeará fuerte la exportación de tabaco de Cuba”, THCG Business Report, No. 2, abril, pp. 7-35.
  • Nova González, Armando. 2013. El Modelo Agrícola y los Lineamientos de la Política  Económica y Social en Cuba (La Habana: Editorial Ciencias Sociales). 
  • Oficina Nacional de Estadísticas e Información—ONEI (2007 a 2019), Anuario Estadístico de Cuba, 2006 a 2018 (La Habana).
  • Organización Mundial del Comercio—OMC (2020), “Trade set to plunge as covid-19 pandemic upends global economy”, Press Release, Paris.
  • Torres, Ricardo (2020), “La economía cubana ante el covid-19”, On Cuba News, 4 abril.
  • Vidal, Pavel (2020), “Analysis: Coronavirus to deliver a blow to Cuban tourism”, Cuba Standard, 16 marzo.
  • Carmelo Mesa-Lago, Catedrático Distinguido Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos, Universidad de Pittsburgh, es el único responsable de este artículo, pero agradece la información suministrada por Elaine Acosta (Florida International University), Emilio Morales (THCG Business Report), Ricardo Torres (Centro de Estudio para la Economía Cubana, Universidad de la Habana) y Pavel Vidal (Universidad Javeriana, Cali).

 

  • [1] La proyección asume que en el tercer trimestre de 2020 comenzará una recuperación gradual mundial, lo cual no está garantizado.
  • [2] CEPAL (2020) proyecta un declive hasta 30% en el turismo en América Latina y de las remesas desde EEUU hasta 15%, equivalentes a 2,5% y 1,3% respectivamente del del PIB regional.
  • [3] Cuba antes reexportaba al mercado mundial petróleo refinado basado en crudo enviado por Venezuela, pero el envío del crudo ha parado o se ha reducido substancialmente, por lo que la caída en el precio mundial no le afectará.
  • [4] El BID (2020) da una lista detallada por país de las medidas tomadas.

 

 

 

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