Después de 58 años de revolución, la gran mayoría de la población cubana piensa y quiere que ocurran cambios sustanciales para la prosperidad y el desarrollo de la nación y sus ciudadanos. Dentro de esta gran mayoría también se encuentran muchos de los que forjaron con sus propias manos la historia de Cuba que conocemos hasta el momento. Otros pocos mantienen una venda en sus ojos para no ver más allá, dígase por convicción, por conveniencia o por locura.
Se escucha todo el tiempo una diversidad de opinión sobre lo que está mal, lo que debe cambiarse, lo que no se tiene, lo que se necesita, pero aún se teme presentar una propuesta sólida, con una base que sustente y fomente estos cambios. El miedo inunda producto a que el gobierno siempre intenta invisibilizar y reprime a los valientes que hacen su propuesta y la ponen sobre la mesa.
Dentro de la sociedad civil independiente en Cuba, son varios los grupos que desde diferentes líneas proponen una visión de cambio, de participación e inclusión para el presente y futuro de Cuba. Estas líneas son diversas y están cimentadas en pensamientos disímiles, pero tienen un fin común llamado Cuba, por lo que es importante que el pueblo las conozca, las entienda, las critique tanto positivamente como negativamente, pero siempre con fundamento, respeto y dignidad.
Fuera de los proyectos independientes también hay personas muy preparadas en diferentes sectores, con una visión increíble que no expresan públicamente por miedo a las reprimendas que el gobierno cubano les pueda aplicar. Es imprescindible que se reconozca el derecho en pensar diferente, sin importar ideología, credo o raza. Esta sociedad necesita sanar el daño antropológico que ha sufrido en todas sus ramas.
Se avecinan cambios para este pueblo caribeño, los cuales pueden ser buenos o no tan buenos, pero dependerá potencialmente de nosotros lo que alcancemos a corto y largo plazo.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.