Por Héctor Maseda Gutiérrez
RAFAEL CALIXTO MONTORO Y VALDÉS (1852-1933). Marqués de Montoro. Filósofo, político, jurista, historiador, educador, crítico literario, periodista, escritor, ideólogo autonomista liberal y destacado orador. Nació en La Habana el 24 de octubre de 1852. Muy vinculado a los círculos intelectuales de la época y uno de los políticos más relevantes del primer tercio del siglo XX. Su formación filosófica la adquirió en España y la desarrolló bajo la influencia indirecta de George Wilthelm Friederich Hegel e Immanuel Kant. Defendió una posición filosófica no concurrente a la predominante en Cuba, desde los tiempos de Félix Varela hasta Enrique José Varona, a cuyos pensamientos se enfrentó ideológica y cariñosamente.
Con 12 años de edad viajó a los Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.), Francia e Inglaterra (1864). Regresó a Cuba y continuó sus estudios intermedios y preparatorios. Una denuncia oficial que involucraba a su padre por conspirar contra la monarquía española y su rey le creó a la familia Montoro graves consecuencias ulteriores. Sus padres y el adolescente Rafael viajan a Francia. Montoro continúa su periplo a España, estancia que se prolongó por una década (1868-1878), ocasión en que asume la ciudadanía española sin renunciar a la cubana por nacimiento. Fue en Madrid donde se inició como periodista y crítico literario, además de conocer, personalmente, a nuestro Apóstol José Martí, época en que decidió Montoro unirse a la corriente filosófica neokantiana y enfrentarse -como pensador- al positivismo. A su regreso a Cuba (1878) fundó el Partido Liberal Autonomista (PLA) y se convirtió en su líder y principal ideólogo por más de 20 años. En esta organización brilló por su excelente oratoria y profundidad teórica.
Estudió en la Universidad de La Habana y se graduó en Derecho Civil y Canónico (1884). Convertido en jurista, fue el máximo exponente en Cuba del Naturalismo Racionalista. Sus ensayos fueron recogidos en la “Revista Cubana”; así como los artículos de opinión y crónicas publicados en los periódicos “El Norte”, “El Tiempo”, “El Triunfo” y “El País”. Por dos ocasiones fue elegido Diputado a las Cortes Españolas (1880 y 1886). El rey Alfonso XIII le concedió en 1897 el título nobiliario de Marqués de Montoro. Como funcionario público ejerció de Secretario (Ministro) de Hacienda (1898) del gobierno autonomista; así como de diplomático en representación de la República de Cuba ante Gran Bretaña y Alemania; y de Secretario de la Presidencia y Estado durante los sucesivos gobiernos de Tomás Estrada Palma (1902-1906), Mario García Menocal (1913-1921) y Alfredo Zayas (1921-1925), luego de convertida Cuba en República independiente. Su obra política se condensó en el “Ideario Autonomista”; pero su extensa y completa producción literaria (más de 350 textos, artículos, ensayos, conferencias y discursos filosóficos, históricos, políticos y parlamentarios, económicos, sociológicos y culturales) quedaron recogidos en sus “Obras Completas” (1930), por constituir referente y fuente de estudio para las nuevas generaciones de especialistas en estas ramas del conocimiento humano.
Rafael Calixto Montoro y Valdés nació en la ciudad de La Habana, Cuba, el 24 de octubre de 1852. Procedía de familia acomodada. Cursa la primera enseñanza (1862-1863) en el colegio “El Salvador”. En 1864 viaja a Francia, EE.UU. e Inglaterra por motivos familiares y en 1866 regresa a Cuba. Culmina sus estudios complementarios en el centro educacional “San Francisco de Asís”. Su preceptor y profesor sería el patriota y poeta cubano Juan Clemente Zenea. También participaría Montoro, como alumno, en un curso de oratoria a cargo del intelectual cubano Antonio Zambrana.
Su padre, a pesar de poseer extensas propiedades y gran fortuna en la ciudad de Camagüey y una destacada posición como hacendado, no estaba identificado con la política impuesta por el régimen colonial español en Cuba. Como resultado de una investigación oficial se presentan evidencias contra él y es acusado de conspirar contra la corona y el rey ibérico en 1868. Fue encarcelado primero y desterrado después a Isla de Pinos con la obligación de que partiera al exilio, en unión de su esposa y familiares más próximos.
Por esa razón, nuestro adolescente Montoro nuevamente retorna a Francia ese mismo año pero de inmediato continuará hacia Madrid, dejando a sus padres en París, donde se radica por espacio de diez años para concluir su formación profesional, apoyado por sus progenitores económicamente y por las relaciones de amistades cercanas a su familia radicadas -estas últimas- en Madrid. Matricula la carrera de Derecho y realiza estudios de Filosofía y Latín. En esta metrópoli europea, concurre frecuentemente a los eventos científico-literarios que se desarrollan en el Ateneo de esa ciudad, una de las instituciones más destacadas y serias en esas ramas del conocimiento humano. Es en este período de su vida (1668-1878) que Montoro desarrollaría sus aptitudes como periodista y crítico literario y llegaría a desempeñar la vicepresidencia de Ciencias Morales y Políticas de la antes referida meca académica en la que disertará frecuentemente sobre diversos temas (“El realismo en el Arte Dramático”; “El positivismo y su relación con la Filosofía y las Ciencias Naturales”, “La Poesía Ibérica”, “El teatro”, “La Constitución Británica”…). También sería en el Ateneo de Madrid, donde Montoro conocería a nuestro Apóstol de la Independencia, José Martí y Pérez, en una ocasión en que ambos coincidieron al visitar la biblioteca de ese alto Centro de Estudios.
Sus artículos periodísticos y ensayos, discursos y conferencias que publica no se limitarían a la filosofía y la crítica literaria, sino que también se proyectarían, en profundidad, sobre temas de la economía, la politología, la sociología y las artes en diversas revistas y periódicos: Revista Contemporánea (fundada en 1875 por José del Perojo y Figueras. Montoro fue su Redactor Jefe y habitual articulista); Revista Europea; El Norte y el diario El Tiempo (ambos se convertirían en órganos oficiales del PLA, fundado por él posteriormente en Cuba). En el Ateneo, Montoro se relacionaría con los intelectuales Castelar, Cánovas y Azcárate e impartiría desde los salones del Ateneo, cursos y conferencias acerca de “La Revolución Francesa” y debates sobre algunos tópicos que identifican los principios de la filosofía de Krauss y la influencia que ejercía este pensador sobre varios filósofos y especialistas en otras disciplinas del saber. Asimismo, Montoro dedica parte de su tiempo a conocer el pensamiento filosófico de Hegel a la vez que se desempeña como secretario de la Asociación de Escritores y Artistas Españoles. Estudia las leyes de España y desarrolla una disciplina política destacada en las filas del Partido Nacional Español (PNE), para conocer primero y defender, posteriormente, las bases programáticas de esa agrupación y que fuesen de carácter democrático y moderado. La formación liberal que paulatinamente surge en Montoro hay que buscarla en la intensa actividad intelectual desplegada durante esos años juveniles y sus irreversibles inquietudes políticas, filosóficas e ideológicas que asumió a lo largo de su vida, las que conformaron su legado político, tales como:
Su preocupación y ocupación intelectual por la filosofía y la historia. El desarrollo de la crítica filosófica por medio del debate vivo. El desarrollo permanente que emplea en los fundamentos histórico-culturales de su precisa y metódica oratoria. Su desempeño le permite alcanzar un elevado prestigio intelectual por el dominio en los temas tratados y su esmerada elocuencia. Estas y no otras serán las herramientas que conformarán su vocación y tendencia políticas. El humanismo constituirá el epicentro de su labor intelectual y política. Estarán guiadas en la creencia de la cultura humana universal. Esta fue su concepción liberal de la libertad y la confianza en el porvenir. Para Montoro, la libertad era la base del desarrollo de la vida social. Su proyección es evolucionista; en su opinión, el camino más directo para arribar a la democracia liberal. Es la antítesis del radicalismo revolucionario presente en “La Revolución Francesa” entre los jacobinos y la posteriormente observada en el bolchevismo de Rusia. Será este y no otro, el Rafael Montoro que retornará a Cuba.
Regresa a la Isla (1878) y crea el PLA. Se destaca como un gran, certero y profundo orador, su ideólogo principal y líder político del partido por más de dos décadas, período donde hace derroche y evidencia de su capacidad político-ideológica y principios ético-morales.
No podemos pasar por alto su formación filosófica, que se basaba en el pensamiento alemán del siglo XIX. En Montoro encontramos a un pensador profundo y definido. Siempre con una ideología moderada y distante de cualquier radicalismo. Su posición hacia el futuro de Cuba lo identificaba en todo momento favorable a la autonomía de España, pero sin perder sus nexos con la metrópoli ni condenar la soberanía española sobre Cuba. Lo cierto es que consideraba radical cualquier movimiento favorable a la independencia de Cuba por medio del empleo de métodos violentos para lograrla.
En 1884 se gradúa en la Universidad de La Habana como Licenciado en Derecho Civil y Canónico, concluyendo así sus estudios iniciados en España en esa especialidad.
Sale electo como Diputado a las Cortes Españolas en dos ocasiones: la primera en 1880 en representación del PLA. La segunda en 1886, por la región camagüeyana de Puerto Príncipe y también por el PLA.
El rey español, Alfonso XIII le concede el 8 de enero de 1897 el título nobiliario de Marqués de Montoro, rehabilitado por el también rey ibérico Juan Carlos I en 1981 a favor de su descendiente por la vía paterna a Rafael Montoro y de la Torre. Desde el año 2013 el marquesado de Montoro lo posee como titular la Marquesa María Victoria Montoro y O’Farrill.
Al crearse en 1898 la República Autonómica de Cuba (de efímera duración) Rafael Montoro ocupó el cargo de Secretario (Ministro) de Hacienda. En mayo de 1902, después de reconocida Cuba como república independiente, fue nombrado miembro del comité encargado de supervisar la evacuación de los militares y medios técnicos de guerra que tenía España aún en la Isla. Al mismo tiempo que oficializa o reasume, por derecho, su ciudadanía por nacimiento: la cubana, aunque no abandona la española.
Entre 1902 y 1906, durante el gobierno de Tomás Estrada Palma, representó diplomáticamente a Cuba ante los Gobiernos de Gran Bretaña y Alemania en su carácter de Enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario.
Es postulado por el Partido Conservador (1908) como candidato a la Vicepresidencia de la República de Cuba pero no obtiene los votos necesarios. En el período de gobierno del Presidente Mario García Menocal (1913-1920), Montoro se desempeña en el cargo de Secretario de la Presidencia. Siendo Presidente de la República de Cuba Alfredo Zayas y Alonso (1921-1925), Montoro y Valdés resulta nombrado Secretario de Estado.
Sus méritos académicos fueron muchos, pero se podrían resumir en: Miembro de Número desde su fundación (1910) de la Academia Nacional de Artes y Letras; Miembro pleno de la Academia de la Historia de Cuba (1926); Miembro de Número de la Real Academia Española; figura destacada en el Ateneo Científico y Literario de Madrid y Vicepresidente de su Sección de Ciencias Políticas; así como también se destacó por ser uno de los más profundos y mejores oradores cubanos desde la década de los años 1870 hasta su fallecimiento.
La obra literaria que nos legó fue amplia. Abarcó temas relacionados con la filosofía, la sociología, la politología, la educación, la economía y la crítica literaria. Entre las más destacadas podemos señalar: “Obras completas” (en cuatro tomos), “El autonomismo en Cuba”, “Ideario autonomista”, “Estudios elementales del Derecho”, “Kant, el neokantismo y los neokantianos españoles”, “Un debate filosófico”, “El movimiento intelectual en Alemania”, “Compendio de la historia de la Real Sociedad Económica de Amigos del País” (1930), “El místico alemán: Juan Jorge Hamann”, “Bibliografía inglesa y norteamericana” (esta última aborda un estudio psicológico de sus tiempos), discursos, conferencias en medios científicos y culturales; así como sus presentaciones ante los parlamentarios.
Sus últimos años los pasó reorganizando sus archivos, escribiendo algunos artículos, preparando los tomos donde recogería su gran obra que la concluyó en el año 1930. De vez en vez venían a su hogar algunos políticos, filósofos, escritores y ciudadanos comunes para intercambiar opiniones o nutrirse de sus conocimientos y experiencias. Falleció en La Habana, el 14 de agosto de 1933, a la edad de 81 años.
Conclusiones
1. Rafael Calixto Montoro y Valdés, Marqués de Montoro, filósofo, político, abogado, historiador, crítico literario, escritor, periodista, educador y patriota cubano liberal autonomista. Fue un hombre de méritos excepcionales a lo largo de su extensa vida y copiosa obra intelectual que legó a las generaciones pasadas, actuales y futuras de cubanos dignos. La comunidad de investigadores del pensamiento nacional tiene una deuda con él. Lo prueba su enciclopédica obra que recoge más de 350 libros, documentos, conferencias, discursos, ensayos y artículos periodísticos publicados en Cuba, los EE.UU. y España. Sus discursos parlamentarios en las Cortes Ibéricas y en el Congreso de la República de Cuba nos recrean en los abarcadores, variados y profundos temas en que incursionó. Su aporte filosófico, socio-político y cultural es impresionante aunque -en la actualidad- se realizan esas referencias muy de cuando en vez, de manera puntual y selectiva; bajo esquemas teóricos y retóricos, con simplificaciones y parcialidades como las que, lamentablemente, hoy se aplican en Cuba. Lo cierto es que no se hace justicia a la visión histórica y filosófica de la época y circunstancias en que fueron expuestas por su autor y, en consecuencia, no se tienen en cuenta sus propuestas socio-políticas y económicas con la transparencia cultural, sentido de justicia real, humanismo y amor al prójimo, tal y como fueron concebidas por Rafael Montoro.
2. Las sugerencias, directrices y conductas propuestas por Montoro en sus textos son conscientemente eliminadas del proceso de formación y desarrollo en la cultura cubana actual. No se tiene en cuenta el tono abierto y directo, desprejuiciado y antisectario que empleó cuando tocó temas tan complejos y difíciles de conciliar, como son los referentes a la condición humana nacional y hasta universal.
3. La presencia intelectual de Montoro en las primeras décadas de la etapa republicana en Cuba, no empañó el prestigio moral e intelectual que alcanzó en su largo y provechoso camino como pensador, educador y político, razón por la que se le rindió un homenaje entre 1929 y 1930, debido a la estatura intelectual que alcanzó y la amplitud de temas especializados que llegó a dominar casi de manera absoluta.
4. Su obra fue conocida en círculos selectos de intelectuales de Cuba, los EE.UU. y España a pesar de no haber sido divulgada lo suficiente en la Isla por temor a que aparecieran con absoluta claridad sus valores reales e históricos expuestos en los textos de su autoría, ya que en ellos se perfilaba, con nitidez, la interacción directa que tuvieron en su momento, en la conciencia intelectual cubana, en particular, y en la latinoamericana en sentido general.
5. El legado de Montoro y sus reflexiones acerca de la naturaleza humana en sus diversas hipótesis y afirmaciones teóricas y/o prácticas, lo sitúan dentro de la expansión cultural y política que se le debe rendir a la tradición liberal y, en consecuencia, progresista en el justo sentido del proceso histórico-cultural de formación y consolidación de la nación cubana.
Bibliografía
1.Enciclopedia Universal Ilustrada, Letra “M”.
2.Sánchez de Bustamante y Montoro, Antonio. “La Filosofía Clásica Alemana en Cuba. 1848-1898”. Editorial Ciencias Sociales. La Habana. 1984.
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4.“Informe aprobado por la Real Sociedad Económica de Amigos del País sobre la necesidad de una reforma arancelaria”. La Propaganda Literaria. La Habana. 1890.
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6.“Principios de Moral e Instrucción Cívica”. La Moderna Poesía. La Habana 1902.
7.“Nociones de Instrucción Moral y Cívica”. La Moderna Poesía. La Habana. 1908.
8.Rafael Montoro y Adrián del Valle. (Forma parte de la historia de la Sociedad Económica de Amigos del País”. El Universo. La Habana. 1930.
9.Montoro y Valdés, Rafael. “Obras Completas”. (Edición Homenaje -selección-). Tres tomos.
10.“El Ideal Autonomista”. Editorial Cuba. La Habana. 1938.
11.Barrial Domínguez, José. “Bibliografía de Rafael Montoro y Valdés”. Biblioteca Nacional. La Habana. 1952.
12.Camacho, Pánfilo. “Montoro, el líder del autonomismo”. Imprenta El Siglo XX. La Habana. 1952.
13.Chacón y Calvo, José María. “Sobre la personalidad de don Rafael Montoro y su aporte a los orígenes de la nación cubana”. Diario de la Marina. Año 110. No. 135. La Habana. 1942.
14.Entralgo, Elías. “Montoro y los Autonomistas”. Universidad del Aire. Julio/sept. 1950. Editorial Lex. La Habana. 1950.
15.“La Filosofía de don Rafael Montoro”. Conferencia dictada el 30 de abril de 1952 en la Sesión Solemne celebrada por la Sociedad Cubana de Filosofía para conmemorar el centenario del natalicio de Montoro.
Héctor Maseda Gutiérrez.
Uno de los 75 presos de conciencia del 2003.
Agencia DECORO.