Nuestros pensadores (VII). Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces

Por Héctor Maseda Gutiérrez 
         
Monumento a Francisco de Frías en La Habana.

Monumento a Francisco de Frías en La Habana.

 

FRANCISCO DE FRÍAS Y JACOTT nació en La Habana, el 24 de septiembre de 1809 y falleció en Passy, París, Francia (1877). Fue académico, científico, político, economista, reformador agrario, escritor y periodista. Se distinguió por sus ideas liberales y abolicionistas. Noble español, título que heredó en 1848 de su abuelo a quien se le otorgó en 1790. De pequeño, sus padres lo enviaron a los Estados Unidos de Norteamérica donde cursó estudios durante diez años. Regresó a Cuba. Al poco tiempo viajó a España. En 1833 regresó a la Isla y se dedicó a estudiar la agricultura nacional. Se formó como agrónomo. Nuevamente se ausenta de su Patria y regresa a Francia para especializarse en ciencias Físico-Químicas, Zoología para la agricultura y la industria, Agricultura aplicada y Geología, en la Universidad de la Sorbona. Obtuvo la ciudadanía francesa que la simultaneó conjuntamente con la española. De regreso a Cuba comienza su obra científica. El Conde de Pozos Dulces, por ser heredero de un importante patrimonio familiar agropecuario, intervino destacadamente en la modernización de las diversas producciones agrícolas y el desarrollo de la industria pecuaria. El Liceo Artístico y Literario premió su memoria: “La industria pecuaria en la Isla de Cuba” (1849). Es acusado por conspirar contra la Metrópoli Española. Condenado y desterrado a permanecer en España, con la prohibición de regresar a Cuba o Puerto Rico, confinamiento posteriormente modificado. En la Metrópoli contrajo matrimonio con una dama de la nobleza, la Condesa de Tebala. De Frías fue miembro de número de las Sociedades de Ciencias Médicas y Económicas de Amigos del País. Posteriormente resultó electo Presidente de la Sección de Agricultura y Comercio de esta última. Dirigió el periódico “El Siglo”, de tendencia reformista que influyó notablemente en la vida científica y política de Cuba. Escribió ensayos científicos publicados en revistas y periódicos de Cuba y extranjeros. De sus múltiples investigaciones, se destacó su ensayo titulado “Sobre el origen de las especies”. Desarrolló una amplia campaña a favor de las reformas socio-económicas y políticas en Cuba que dio lugar a la creación de la Junta de Información. Fue también miembro de la Real Academia de Ciencias Médicas y Diputado a las Cortes españolas. Como político debe señalarse que abrazó ideas anexionistas, primero, reformistas después, por las influencias de sus cuñados Narciso López y José Antonio Saco, respectivamente y, finalmente, independentista hasta su muerte, por la formación intelectual y filosófica heredada del Padre Félix Varela. En este ensayo, el autor se propone señalar los aspectos más destacados de Francisco de Frías como científico, político y economista, aunque expondremos, someramente, sus proyecciones de educador, escritor y periodista.

 

 

Como hombre de elevada sabiduría, sus investigaciones científicas con implicaciones socio-económicas lo llevaron a proyectarse como abolicionista de la esclavitud y su trata en Cuba, por encontrarlas perjudiciales a la sociedad y constituir un freno en el proceso productivo agrícola que requería el país. Para su eliminación, sugirió reiteradamente, sustituir la mano de obra esclava por la introducción de indios americanos libres.

 

Entre 1857 y 1858 publicó su programa de desarrollo agropecuario que promovió por medio de cartas expuestas en el periódico habanero El Correo de la Tarde, con lo que pretendió crear las nuevas bases del desarrollo agro-tecnológico y agro-científico nacionales, teniendo en cuenta a los pequeños productores criollos blancos, apoyados por sus familiares, para garantizar el fomento socio-económico y no dependiente de una comunidad poderosa, regida por una minoría de hacendados esclavistas. Consideraba que era preferible, económicamente, tener muchos propietarios libres, dueños de pequeñas parcelas y con experiencia como productores agrícolas, que muchos esclavos, sin calificación, en manos de unos pocos grandes propietarios de tierra monocultivadores.

 

Claro que su intención de promover el crecimiento de una población rural educada y con disposición hacia la pequeña propiedad agrícola y agroindustrial, era buena para el desarrollo económico de Cuba, pero discriminatoria, pues concedía ese derecho solo a la población blanca asentada en la Isla.

 

En la Sociedad Económica de Amigos del País concluyó temas de investigación como: “La información sobre el avenamiento (drenaje, nota del autor) del agua”, “Memoria sobre la introducción de indios de América para trabajos agrícolas”, “Destrucción del Reino Animal” y otros. De igual manera impartió clases de Agricultura en la cátedra creada en 1865 y ocupó la presidencia de su Sección de Agricultura y Estadística (1867-1868).

 

Publicó varios trabajos acerca de los aspectos relevantes de la “Teoría Evolucionista de Darwin”. A pesar de que en un principio discrepó en algunas de las propuestas del científico, y expuso con solidez las razones de su desacuerdo en algunos tópicos, con posterioridad, coincidió en cierta medida con este.

 

Obtuvo una butaca como miembro de número de la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de La Habana (1868). Entre sus trabajos expuestos en esta corporación tenemos: “El discurso de contestación al Trabajo Corporativo de Felipe Poey” para el ingreso de este científico en la misma, así como una “Disertación suya acerca de José de la Luz”. Igualmente, promovió la idea de enviar algunos grupos de estudiantes criollos a Francia, para estudiar en sus universidades Ingeniería Agropecuaria y luego regresar a Cuba para aplicar lo aprendido.

 

Frías se convirtió en el principal promotor del Instituto de Investigaciones Químicas de La Habana (1848) antes que el profesor Álvaro Reynoso lo convirtiera en la Estación Agronómica. Tres años después Frías propuso la creación del Instituto Agronómico cubano.

 

Entre sus obras científicas destacadas, además de las ya referidas podemos señalar: “El informe sobre el Instituto de Investigaciones Químicas” (1851) “La cuestión de Cuba”, París (1859), “La cuestión del trabajo agrícola y de la población de la Isla de Cuba, teórica y prácticamente examinada”, París (1860), donde propone sustituir el trabajo esclavo por los indios americanos libres con mayor experiencia laboral y eficiencia productiva que los primeros, y otras que se distinguieron por la solidez en los análisis, el lenguaje preciso utilizado y la profundidad mostrada en sus conclusiones.

 

La participación de Francisco de Frías en la vida política de Cuba no fue sistemática aunque sí profunda puntualmente y, en consecuencia, tuvo sus implicaciones y riesgos.

 

Por estar vinculado en la “Conspiración de Vuelta Abajo” -ya mencionada en este ensayo-, insurrección programada para el 15 de agosto de 1852, con el fin de hacerla coincidir con una nueva expedición armada procedente de Nueva Orleans (Estados Unidos de Norteamérica), esta fue abortada por una confidencia y el Conde de Pozos Dulces apresado, encarcelado, juzgado y condenado al destierro definitivo en España, sanción modificada posteriormente por la de dos años de confinamiento en la Península Ibérica. En abril de 1853 marchó a Cádiz, según algunos historiadores. De acuerdo con otros, lo hizo a la villa de Osuna, en Sevilla. Fue amnistiado en marzo de 1854, hecho que le permitió retornar a la Isla.

 

A Frías y Jacott se le atribuye la autoría del artículo aparecido en la publicación “La Verdad” (25 de diciembre de 1854), bajo la rúbrica de Gaspar Salvador Cisneros, titulado “La libertad de Cuba y su completa independencia son el único objeto de nuestra revolución”. Debe destacarse que en este documento se defienden los principios independentistas y no la anexión de la Isla a los EE.UU.

 

Nuevamente se produce la aparición política del Conde de Pozos Dulces en Nueva York y Nueva Orleans (1855), colaborando públicamente con la “Junta Revolucionaria Cubana” de marcada tendencia anexionista, como divulgador de estas ideas. Es de señalar que desde el año anterior ya ocupaba la Vicepresidencia de esa organización.

 

Francisco de Frías no estuvo de acuerdo con el alzamiento independentista en el poblado de Yara (10 de octubre de 1868). Consideraba que no existían las condiciones reales en Cuba (hombres, pertrechos de guerra y boca, jefes militares aptos…) para llevarla adelante victoriosamente; así como por los reiterados fracasos de las expediciones armadas anteriormente arribadas a Cuba y las conspiraciones secretas que, con similares fines, no tuvieron éxito alguno. Es justo destacar que con posterioridad apoyó estas acciones separatistas resueltamente.

 

Desde las páginas de El Siglo, órgano de prensa que dirigió (1863-1868), examinó las cuestiones más relevantes referentes a Cuba y propuso profundas reformas socio-políticas, económicas y administrativas, modificaciones que dieron lugar al surgimiento del Partido Reformista y a la creación de una comisión -de la cual formó parte- que por las recomendaciones resultantes debió dar lugar al decreto que fijaría las nuevas leyes especiales de la Metrópoli para los gobiernos de Cuba y Puerto Rico (1867). Lo cierto es que las sugerencias de la comisión no fueron atendidas por el Gobierno español. Esta fue, si no la única, una de las razones por las cuales Frías y Jacott se dedicó a laborar, por el resto de su vida, en favor de la independencia de su Patria.

 

Su labor como escritor y periodista fue también destacable. Escribió varios ensayos y artículos científicos, políticos y económicos publicados en el periódico El Correo de la Tarde (1856-1857) que más adelante compiló bajo el título: “Colección de escritos sobre Agricultura, Industria, Ciencias y otros ramos de interés para la Isla de Cuba”; al igual que “El porvenir del Carmelo” (1861). Este último trata de la cría caballar. De igual modo se le atribuye el ensayo titulado: “Isla de Cuba. Refutación de varios artículos concernientes a ese país”. Este ensayo, publicado en Barcelona (1859), es anónimo, pero varios biógrafos de Frías, que gozan de prestigio académico, le atribuyen su autoría.

 

Colaboró, además, con varios periódicos iberoamericanos: El Deber, Valparaíso, Chile; La Patria, Lima, Perú; La República, Santiago de Chile, Chile; El Diario, Cundinamarca, Colombia; El Registro Oficial, Bogotá, Colombia; El Educador Popular, Nueva York, USA; La Legalidad, La Habana, Cuba, y otros medios de difusión masiva.

 

Podemos concluir que Francisco de Frías fue un hombre cuya proyección multifacética como intelectual, científico, economista, escritor, periodista, formador y político fue destacada en extremo. Sus estudios y novedosas propuestas para lograr una transformación y modernización que elevara la eficiencia y métodos organizativos y productivos en las ramas agroindustriales de la Isla, así como sus aportes en estos campos del saber humano fueron de inestimable valor. Es indudable que los estudios y recomendaciones científicas y económicas realizadas por Francisco de Frías influyeron notablemente en las instituciones especializadas a las cuales fueron destinadas. Sin embargo, no tuvo el mismo efecto con el Gobierno español, quien las ignoró.

 

Como político y patriota se movió en el tiempo y el espacio acorde con la época que le correspondió vivir. Primero fue defensor del anexionismo por considerar que era la única opción, en aquellos momentos, para liberarse del colonialismo español y por ser su cuñado, el general Narciso López, uno de los máximos representantes de esa corriente política en América. Más tarde se proyectó como reformista por la influencia que ejerció sobre él su también cuñado José Antonio Saco, considerado uno de los principales ideólogos de esta tendencia política en la Isla. Finalmente y hasta su muerte, defendió la corriente separatista en documentos y discursos, dentro y fuera de Cuba, debido a la formación que sobre su personalidad e ideas ejerció el Padre Félix Varela, defensor a ultranza del independentismo en la Isla y su referente filosófico.

 

El Conde de Pozos Dulces falleció en Francia, el 25 de octubre de 1877. Sus últimas palabras fueron: “Muero con el desconsuelo de no ver realizado el sueño de toda mi vida: la libertad de Cuba”.

 

(Continuará)

 

Estos trabajos sobre los Pensadores cubanos han sido escritos para la publicación “Misceláneas de Cuba” en Suecia. El autor y el director de dicha publicación, el Sr. Osvaldo Alfonso, han autorizado para ser publicados dentro de Cuba en la revista Convivencia.

 

 

Bibliografía

  1. Arenas, J. A. “Diez nuevas miradas de Historia de Cuba”. Publicaciones de la Universitat Jaume I. Castelló de la Plana, 1998, p. 91-114.
  2. Cepero Bonilla, Raúl. “El Siglo (1862-1868) un periódico en lucha contra la censura”. Obras Históricas. Instituto de Historia. La Habana, 1963. p. 249-307.
  3. Misas Jiménez, Rolando E. “La ciencia agrícola en Cuba: nacionalismo y modernidad (1898-1909)”. Editorial Ciencias Sociales. La Habana.
  4. Morales y Morales, Vidal. “Francisco Frías y Jacott, Conde de Pozos Dulces. Enciclopedia Universal Ilustrada. Tomo III. La Habana, 1988.
  5. “Cartas del Conde de Pozos Dulces sobre la influencia agrícola de la Isla de Cuba y sobre ciencias y arte”. La Habana, 1860.
  6. Jugelmann, J. “Colección de escritos sobre agricultura, ciencias y otros ramos de interés para la Isla de Cuba”. París, 1860.
  7. “Francisco de Frías, Conde de Pozos Dulces”. Enciclopedia Wikipedia actualizada. 2013.

 

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Héctor Maseda Gutiérrez.

Uno de los 75 presos de conciencia del 2003.

Agencia DECORO.

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