Dijo Dios en el tercer día de la creación del mundo: “En el suelo crezca toda clase de plantas y árboles”, entonces se llenó todo de verdor, y Dios vio que aquello era bueno. Después, se sigue contando en el Génesis, plantó un jardín en Edén e hizo crecer en él gran variedad de árboles.
Por ello, hoy el grupo de adolescentes de La Ermita, junto con el Pan y el Vino, ofrenda el Árbol del Centenario: una acacia; es un regalo especial, porque los árboles viven muchos años y porque así se sigue también salvando aquel paraíso que un día Dios nos regaló.
Quedará plantada, al terminar la misa, en su patio, como SÍMBOLO de continuidad y renacimiento: la semilla que hace cien años aquí se sembró sigue dando frutos. Es el retorno a la vida, a través de la naturaleza, de todos aquellos que en este momento RECORDAMOS con gratitud, y es símbolo de compromiso de los que AQUÍ estamos, para continuar la Misión que nos toca como pueblo unido de Dios.
Este árbol repetirá a los miembros de esta comunidad, a los de HOY y a los de MAÑANA, esta palabra encontrada muchas veces en la Biblia: “Acuérdate de tus raíces”.
Después de haber escuchado lo que se dijo al ofrendar el Árbol del Centenario, solo nos resta explicar ¿por qué se escogió una acacia? Este árbol forma parte de la memoria histórica cristiana: la cruz donde fue crucificado Jesús fue construida con madera de acacia. Además, es tenida como una planta maravillosa por sus propiedades curativas, por el agradable olor de sus hojas y flores, lo cual genera tranquilidad y paz, especialmente en el amanecer.
Por eso queremos que sea desde hoy, parte importante de este espacio de encuentro con Dios y la Virgen de la Caridad que desde siempre ha ofrecido esta Parroquia.
Cuidemos de esta acacia, que crezca y se robustezca poco a poco, y pidamos a María de la Caridad, que también, poco a poco, se fortalezca nuestra fe, y que estos adolescentes que hoy la sembrarán, puedan dentro de muchos años reconocerse en ella como aquellos que un día marcaron un hito en esta preciosa historia de tantos a través de un siglo.
Ahora, ellos procederán a sembrarla: Rocío, Fabián, Alicia, Sofía, Eva, Carlitos, Analía, Emily, e irán diciendo frases que nos harán meditar en la importancia de este momento para todos.
¡Que la Virgen, con su manto protector, siga acompañando a esta Comunidad que hoy la siente presente a través de esta acacia que nos cobijará en los buenos y en los malos tiempos!
Agradecemos a las personas que nos ayudaron: al que esculpió cada una de estas letras, a quien nos regaló el árbol, y así, a todos aquellos que hicieron posible que este símbolo se materializara. Gracias a Dios y gracias a la Comunidad parroquial!