Gracias a Dios por la bendición de la vida de mi padre, por la familia que nos regaló por la sabiduría y el valor que puso en mi papá de los cuales mis hermanos y yo hemos bebido todos estos años.
Gracias al Sr. Cardenal, a Mons. Álvaro obispo de Granma, el lugar donde ocurrieron los hechos.
Gracias a Mons. Petit y Mons. Juan de Dios obispos auxiliares de La Habana y amigos de mi padre y de mi familia desde hace muchos años.
Gracias a Dios por la bendición de la vida de mi padre, por la familia que nos regaló por la sabiduría y el valor que puso en mi papá de los cuales mis hermanos y yo hemos bebido todos estos años.
Gracias al Sr. Cardenal, a Mons. Álvaro obispo de Granma, el lugar donde ocurrieron los hechos.
Gracias a Mons. Petit y Mons. Juan de Dios obispos auxiliares de La Habana y amigos de mi padre y de mi familia desde hace muchos años.
Gracias a los obispos, sacerdotes y religiosas que nos están arropando hoy como nos han arropado antes en otras ocasiones. Gracias por su apoyo y solidaridad en estos dolorosos momentos. Gracias a todos los miembros del movimiento democrático cubano: la oposición. Gracias a nuestros hermanos del Movimiento Cristiano Liberación, los que han podido llegar hasta aquí y los que nos acompañan en espíritu desde sus provincias o desde otros rincones del planeta.
Gracias a todos los amigos del cuerpo diplomático, y a todos nuestros amigos, los que están aquí hoy y los que están fuera de Cuba.
Mi familia, también la parte que vive fuera del país y a quienes no se les permite volver, agradecen todas las muestras de solidaridad que nos han llegado desde muchas partes del mundo y también de Cuba.
Mi padre vivía para nosotros, su familia; y dedicó su vida a la causa de la libertad y los derechos para su pueblo.
Dadas las repetidas amenazas contra la vida de mi padre y de nuestra familia; y los que nos han acompañado durante todos estos años saben que es cierto lo que digo. Por respeto a mi padre y a mi amigo Harold yo tengo el deber, yo responsabilizo al Gobierno Cubano por la integridad física de mis dos hermanos, de mi madre y de toda mi familia.
Esclareceremos y buscaremos justicia sobre la violenta muerte de mi papá y de nuestro joven amigo Harold. No buscamos venganza, no lo hacemos por odio, porque como mi padre decía: “La primera victoria que podemos declarar es que no tenemos odio en el corazón”. Pero si sed de verdad y ansias de Liberación. Mas, hacia la liberación, mi padre ya nos ha indicado el camino. Y es un camino de esperanza.
Dios nos acompañe a todos. Muchas gracias.