Palabras de aceptación del premio a la perseverancia “Nuestra voz”. Dagoberto Valdés Hernández

Sr. Fernando Martínez,
Consejo de Redacción del Semanario Renacer junto a Dagoberto Valdés en la entrega del premio a la Perseverancia Nuestra Voz.

Consejo de Redacción del Semanario Renacer junto a Dagoberto Valdés en la entrega del premio a la Perseverancia Nuestra Voz.
Amigos de la revista Renacer:
Agradezco de todo corazón el honor que hacen a la revista digital Convivencia en la persona de su director al concederle el Premio a la Perseverancia “Nuestra Voz” que es otorgado por primera vez por ese proyecto cultural.
Es un honor y una alegría recibir una distinción que venga de los propios coterráneos, además que sean gente joven y que desarrollen su labor en un pueblo en el que trabajé mis primeros diez años de ingeniero agrónomo: la comunidad de Briones Montoto. Proviene de gente sencilla y cercana que son las que mejor pueden conocer a los amigos.
La perseverancia es un don de Dios y un trabajo de los hombres y las mujeres que se mantienen fieles a lo que creen, lo que piensan, lo que sienten y lo que hacen. Y si quieren mi opinión de cómo se pudiera lograr les sugiero estos cinco pasos:
Sean transparentes y honestos con ustedes mismos: a esta virtud se le llama rectitud de alma.
Elijan su propia escala de valores y virtudes: Esto les permitirá desprenderse de algo que aprecien para ser fieles a lo esencial.
Disciernan un proyecto de vida personal y social en el que la opción fundamental sea el hilo conductor de sus actitudes ante la vida y todos sus actos.
Cuenten con las dificultades, los sacrificios y los cambios que conlleva la vida: superarlos con creatividad y capacidad de recuperación les permitirá tener una columna vertebral ética.
Y por último, pero no lo menos importante, nunca consideren el error o la caída como el final de su proyecto. Errar es de humanos, levantarse y proseguir es el secreto de la perseverancia.
Permítanme también decirles dónde fui encontrando, gradualmente, esta escuela de pensamiento y de comportamiento: Esto lo aprendí en el seno de mi familia, en primer lugar; y en la Iglesia que me facilitó las herramientas para una educación espiritual, ética y cívica centrada en el pensamiento y la vida del Padre Félix Varela, patriota entero y santo cubano, que perseveró hasta el final en su amor a Cuba, enseñándonos a pensar y actuar con cabeza propia.
Cada pequeño proyecto teje y articula la creciente sociedad civil cubana, escuela de estos valores y virtudes que debe ser, al mismo tiempo, taller para aprender a usar la libertad y la responsabilidad, garantía de una democracia madura y participativa.
Que la perseverancia que ahora premian y la de su propio proyecto sean servicios duraderos para la felicidad de la Patria que tanto amamos y para cada uno de los cubanos y cubanas.
Muchas Gracias.
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