Ordenado Sacerdote de la Diócesis de Pinar del Río, Juan Lázaro Vélez González, “Pacheco”

Por Juan Carlos Fernández Hernández
 
El nuevo sacerdote P. Juan L. Vélez González . Foto de Juan Carlos Fernández Hernández.

El nuevo sacerdote P. Juan L. Vélez González . Foto de Juan Carlos Fernández Hernández.

La mañana del 5 de septiembre, la iglesia diocesana de Pinar del Río, estuvo de fiesta. La Catedral de San Rosendo se engalanó, fue ordenado sacerdote el joven palmero, Juan Lázaro Vélez González, a quien muchos llaman cariñosamente “Pacheco”. Después de pasar ocho años en el seminario San Carlos y San Ambrosio, estudiando Teología y Filosofía, y casi dos desde su ordenación diaconal, prestando sus servicios en diferentes parroquias de la diócesis.
Una ordenación sacerdotal siempre es razón de júbilo. Pero en nuestra peculiar situación representa mucho más. Las escasas vocaciones a la vida sacerdotal o consagrada son realidades con las que se enfrenta la iglesia universal en estos tiempos, y nuestra Iglesia local no escapa a ellas. Son muy pocos los sacerdotes nativos de Pinar del Río en nuestra diócesis.
Consagrado por el actual Obispo Diocesano, Monseñor Jorge Enrique Serpa, Juan Lázaro comenzará su ministerio en la Parroquia de Consolación del Sur. Allí le corresponderá ayudar al crecimiento en la fe, la esperanza y la caridad de los miembros de esta comunidad. Allí celebrará la Eucaristía y anunciará el mensaje salvífico de Jesucristo, encauzado dentro del misterio que es la Iglesia.
Pero como bien le señaló Monseñor Serpa, corre el riesgo de convertirse solamente en un funcionario religioso, de quedarse encerrado solamente en esto. Para que no sea así, Juan Lázaro debe compartir la vida cotidiana de su comunidad: sentarse en el parque, escuchar la radio, leer el periódico, visitar a las familias, tomar el transporte público, tomarse un refresco en un negocio privado, ir al estadio o la playa. Esto lo necesita para saber cómo viven sus feligreses y además, darse cuenta que hay muchísimos de ellos que no van al templo y que constituyen también su responsabilidad. Al igual que “El Buen Pastor”, que dejó a las noventa y nueve de su rebaño para ir en busca de la oveja descarriada, debe enseñar a vivir a su gente con valores cristianos en medio de una sociedad que no lo es. Confío en que será el cura hermano de la gente, que afinca su sacerdocio en la solidaridad con el hombre concreto y su ambiente. Su comunidad será su familia y como tal, se verá reflejado en su actuar y convivir, para validar el lema que escogió para su sacerdocio: “Nadie tiene mayor amor que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15; 13).
Posterior a la ceremonia, Juan Lázaro agradeció a todos aquellos que hicieron posible su discernimiento, su camino y, por fin, su ordenación. Palabras especiales dedicó a Monseñor José Siro González Bacallao, Obispo Emérito de la Diócesis y que bajo su guía, apoyo y acompañamiento comenzó este largo camino de servicio.
 
Juan Carlos Fernández Hernández (Pinar del Río, 1965).
Fue Co-responsable de la Hermandad de Ayuda al Preso y sus Familiares de la Pastoral Penitenciaria de la Diócesis de Pinar del Río.
Animador de la Sociedad Civil.
Miembro del Equipo de Trabajo de Convivencia.
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