Por Yaxys Cires Dib
Después de que Fidel Castro delegara el poder a su hermano, en el escenario cubano interno se han producido algunos hechos cuya relevancia política no se debe subestimar.
Entre esos hechos cabe incluir: 1) el cuestionamiento público a Ricardo Alarcón por parte del joven estudiante Eliécer Ávila; 2) la creciente popularidad internacional de Yoani Sánchez, que le ha valido numerosos premios; 3) la detención, juicio y posterior liberación del roquero contestatario Gorki Águila; y 4) las declaraciones del cantautor Pablo Milanés, en las que se pronuncia sin disimulos en contra del continuismo inmovilista que supone la permanencia del poder gerontocrático.
Estos y otros acontecimientos han causado considerable revuelo en aquella parte de la opinión pública interesada por el tema cubano y seguramente han tenido cierto impacto –puede que discreto, pero real- en determinadas elites isleñas, a pesar del control que ejerce el régimen sobre la libre información.
Saltándose el bloqueo interno que sufre el blog Generación Y, hay lectores que divulgan entre amigos y colegas sus breves y punzantes comentarios, formando mediante correo electrónico, largas cadenas informativas nada desdeñables, de las que no se evaden periodistas oficiosos ni estudiantes de la Universidad de La Habana.
Del mismo modo, las declaraciones de Pablo Milanés a la prensa española circularon entre distinguidos miembros de la UNEAC. El autor de “Amo esta isla” pintó un cuadro sumamente pesimista de la situación cubana, con el valor añadido de ser opiniones que parten de una figura que siempre estuvo identificada con el proyecto fidelista.
Las críticas de Milanés -a quien nadie podrá acusar de agente de la CIA o mercenario del imperialismo- constituyen un fuerte espaldarazo a los posicionamientos generacionales de los jóvenes Eliécer, Yoani, Gorki, Ciro, Claudio, Orlando, Claudia, Néstor y otro más, herederos de una isla sin esperanzas.
El desempeño de los mencionados jóvenes, evidentemente tan distintos entre sí, tiene en mi opinión, una conexión políticamente relevante: todos son potenciales líderes fuera de la perspectiva gobierno/oposición.
Aunque unos con mayor dureza que otros, todos rechazan al régimen, sin embargo, ninguno se considera parte de la oposición, aún cuando sus ideas, como las de Yoani o Gorki puedan tener algún punto de coincidencia con ésta. Normalmente, dicen no tener vocación o ambiciones políticas mientras afirman sobremanera su independencia. Más bien suelen definirse como integrantes de la sociedad civil, en la cual son capaces de interactuar y de no autoexcluirse.
Una de sus principales armas y a la vez importante signo identitario es la rebeldía generacional. Es gente espontánea, que a la primera muestra sus cartas e indumentaria sin tabú alguno.
Las lecturas
Podemos hacer varias: en primer lugar, que el descrédito del régimen en diversos sectores se va haciendo cada vez más evidente, en especial en el mundo de la cultura y los jóvenes.
Por otro lado, analizando el mensaje de estos jóvenes se observa la recurrencia a un discurso sobre la importancia de un recambio generacional, no necesariamente como método de confrontación entre generaciones, pero sí como imprescindible para salir del atolladero actual. Este es uno de los mensajes más inteligentes e irrefutables que se pueden emitir, máxime cuando hoy en el mundo los políticos -por suerte o por desgracia, depende del caso- suelen jubilarse de la práctica cada vez más temprano.
La realidad cubana tiene muchas sutilezas que acostumbran a tender traspiés a los analistas y políticos. Desde hace años se habla de los modelos de transición y se han dibujado diferentes escenarios. La figura estrella ha sido “el reformista”, como aquel o aquella que participa en la estructura de poder pero que se supone tiene algo de sentido crítico o de sensibilidad social.
En esa línea se han mencionado nombres de varios dirigentes, pero sus desempeños hasta ahora no han confirmado dicha hipótesis. Una de dos: o que en realidad no son reformistas como se cree o, que confían en que una vez el barco se esté hundiendo podrán destapar sus credenciales y que gracias a su cultivada imagen de moderados, la gente les creerá. No quemarse ahora, sería la consigna.
En estos escenarios se le ha atribuido poca importancia al papel de jóvenes como los referidos y a las distintas iniciativas sociales en auge, que si bien están lejos de ejercer un liderazgo político tradicional o de impulsar el cambio respectivamente, ayudan a crear las condiciones en determinados círculos culturales, sociales y en especial generacionales. Y algo que no podemos soslayar: algunos gozan de un gran respaldo internacional, como Yoani, que tiene entre sus apoyos mediáticos al diario más influyente de España.
Al gobierno le será difícil “lidiar” con este espontáneo movimiento por una sencilla razón: no tiene respuestas para sus inquietudes. El discurso del bloqueo y de los malos tiempos de Batista a estas alturas no cuaja, por lo menos en estos jóvenes. La propaganda castrista podrá ser fuerte, pero su capacidad argumentativa cuando se le saca del contexto de ese discurso, de los monólogos o de las consignas, es pueril y aburrida.
Competir le será difícil también, pues la única forma que tienen es permitiendo que otros jóvenes supuestamente leales, puedan entrar en contacto con sus discursos y responderles, lo cual conlleva levantar la veda, por ejemplo, al uso de nuevas tecnologías o al debate inteligente de opiniones. Muy tentadoras actividades, que después de conocerlas y cogerles el gusto, y si no se es hipócrita, se hace difícil defender lo que sucede en Cuba. Al final, el propio régimen podría salir mal parado en sus tareas de choque.
Yaxys D. Cires Dib. (Pinar del Río, 1979)
Licenciado en Derecho (Universidad de Pinar del Río),
Máster en Derecho Mercantil (U. Santa María La Antigua- Panamá),
Máster en Derecho Internacional y Relaciones Internacionales (U. Complutense- Madrid),
Máster en Acción Política (U. Rey Juan Carlos y U. Francisco de Vitoria- Madrid),
ex becario de la Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales (FAES).
Actualmente reside en España.