En Cuba se han vuelto a poner de moda los actos de repudio, esos lamentables espectáculos que han acompañado al gobierno a lo largo de los años. Como si no fueran pocos los vividos en el pasado, que tanto daño hicieron a numerosas familias, los vuelven a usar para atacar a cubanos que disienten.
Es vergonzoso y lamentable que un gobierno no permita que el pueblo piense diferente y que lo pueda expresar de manera pacífica, y que arremeta contra algunos cubanos con actos barrioteros deplorables.
Estos actos no van de consignas, banderas y revolucionarios comprometidos, más bien algunos de los participantes van obligados y otros sacan lo peor de ellos vomitando odio sobre personas que ni siquiera conocen. Las pruebas están en la memoria de los que vivieron y sufrieron esto en el pasado y ahora en las redes sociales, mostrando la verdadera cara de un macabro gobierno que saca lo más oscuro de algunos de sus ciudadanos, para atacar a otros.
¿Dónde quedaron los valores humanos, dónde quedaron los derechos que cada ciudadano tiene, dónde quedó la dignidad y el respeto al prójimo? Un gobierno que se respete no elude esos derechos, no amenaza, no discrimina, no apalea al que piensa diferente. No obliga a un grupo de cubanos a gritar barbaries y groserías a sus otros hermanos.
Siento vergüenza por los que se prestan para eso, la presión no puede ser mayor que su dignidad. Las personas que han sufrido estos actos también tienen familia que sufre esta situación. Nadie tiene el derecho de ser atacado ni de esta ni de ninguna otra forma por pensar diferente. No a los actos de repudio.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC. Ver todas las columnas anteriores