Mis obras son una búsqueda constante del yo interno y al mismo tiempo una liberación inconsciente de formas que pueden ser abstractas o definidas, pero todas partiendo desde la figura femenina como la protagonista, con sus expresiones, emociones y conflictos sociales o internos. Cada obra es una historia que debe ser contemplada emocionalmente, donde la belleza de los rostros no son más que máscaras de una transmutación interna.
He encontrado en el vino un medio para dar riendas sueltas a una obra donde el dibujo llega a ser orgánico, pues fluye desde las manchas que han quedado luego de aplicar tan particular material. Al seleccionar el vino como pigmento estoy poniendo implícita toda su connotación simbólica, es un material mágico, con vida propia, puede ser interpretado como la sangre de Cristo, el elíxir de los dioses. El vino libera la valentía encerrada, saca lo que el hombre calla y hace que la lujuria se vea a flor de piel.
Casi con el mismo principio se desarrolla mi obra, es una fórmula sencilla “mujer-vino- creación”, mujer como máscara bella, blanca, inmaculada… el vino como elemento expresivo, liberador, rebelde; y una vez aplicada la mancha, el dibujo, el cual es pura creación orgánica, las formas surgen como un juego sin una preelaboración, son expresión pura del alma, como si cada obra fuera mi caja de pandora.
Siento que no basta un solo material para lograr esa magia efímera que es la creación, por lo que siempre trato de reencontrarme, buscar nuevas alternativas, experimentar. Esa búsqueda constante es algo que me ha caracterizado en mi trayectoria artística, y aun considero que debo continuar. Ser fiel a ese sentimiento que me llama a lo desconocido donde la mente, el alma, y lo físico, se entrelazan.
- Mercedes Bravo Lores (Pinar del Río, 1987).
- Artista de la Plástica.
Reside en Miami, Florida.