Llegar a la vida cotidiana de la gente, logrando satisfacer las principales necesidades de los cubanos es, sin lugar a dudas, el principal desafío que tiene por delante la economía cubana. Comenzando por las más básicas, como son vivienda, alimentación, comunicación, transporte…, hasta llegar a las más complejas.
En los últimos años muchos y diversos han sido los titulares, muchas han sido las promesas y muchas han sido las expectativas y desengaños provocados en un pueblo cansado de sufrir y de pasar trabajo. Pero, lo cierto es, que ni la apertura del presidente Raúl en 2008, ni el auge de los trabajadores por cuenta propia en 2010, ni los lineamientos de 2011, ni la nueva ley de inversión extranjera de 2013, ni las nuevas relaciones con los EE.UU. a finales de 2014, etc., han logrado sacar a nuestra economía de la crisis, como tampoco han garantizado la satisfacción de un mínimo de necesidades vitales para que los cubanos podamos llevar una vida digna.
Como elemento común en todos estos procesos de cambios que se han venido desarrollando en nuestra sociedad están la lentitud y la superficialidad, ya mencionados en distintas ocasiones por muchos expertos. Mientras que lo necesario sería, que la economía sea objeto de verdaderos cambios estructurales, que vayan a las verdaderas causas de los problemas que sufre y que ofrezcan respuestas sólidas y realistas a estos.
Así sucede, por ejemplo, con el tema de los cuentapropistas o como deberíamos llamarlos a muchos de ellos “micro y pequeños empresarios”, que en su conjunto forman el incipiente sector de las micro, pequeñas y medianas empresas (MIPYMES) cubanas, las cuales podrían llegar a ser un fuerte factor de crecimiento y dinamismo para la economía si se aplicaran reformas estructurales. Tal y como sucede en muchos otros lugares.
Importancia de las MIPYMES en algunos países del mundo
El tema de la importancia de las micro, pequeñas y medianas empresas para la economía ha venido ganando espacio en los debates a nivel internacional, especialmente en las últimas décadas. Este tema ha sido objeto de disímiles estudios e investigaciones en las economías modernas, y esto se debe a las grandes potencialidades con que cuenta el sector para impulsar el desarrollo de una economía. Desarrollo este que, en la mayoría de las ocasiones, logra ser más integral que en economías donde dominan mayoritariamente las grandes empresas capitalistas o donde casi todas las empresas son estatales.
El aporte de las pequeñas y medianas empresas a este desarrollo más integral, se concreta especialmente a través de las variables de generación de empleos, productividad, papel en las exportaciones, la innovación y la distribución del ingreso, etc. Veamos algunos ejemplos de países en los que se ha potenciado este tipo de empresas, como un pilar fuerte de la economía.
En la siguiente tabla podemos ver para el caso de Chile, la distribución según tamaño y participación de las distintas categorías de empresa en el total de las ventas y el empleo, y nos ayuda a tener una idea de la significación económica de las MIPYMES en la economía chilena (Enrique Marshall, 2004). A pesar de que en las ventas totales las MIPYMES no superan a las grandes transnacionales, vemos que su impacto es muy significativo en cuanto al número de empresas y -especialmente- en cuanto a la generación de empleos.
Tipo de Empresas |
% del total |
Ventas |
Empleo |
Micro Pequeña Mediana |
80.6 % 15.1 % 98.7 % 3.0 % |
3.7 % 10.1 % 23.9 % 10.1 % |
40.4 % 36.6 % 90.0 % 13.0 % |
Grande Mega |
1.0 % 0.2 % |
76.1 % |
10.1 % |
Total |
100 % |
100 % |
100 % |
Fuente: elaborado por la SBIF (Superintendente de Bancos e Instituciones Financieras de Chile) utilizando distintas fuentes básicas. (Enrique Marshall, 2004). |
Una rápida revisión bibliográfica nos permite confirmar que algo parecido ocurre también en Alemania, donde un alto porcentaje de las empresas clasifican como MIPYMES, empresas que en conjunto gozan de gran prestigio a nivel internacional, caracterizándose por ser altamente innovadoras, y por gozar de altos estándares de calidad. Resulta verdaderamente interesante que la cuarta potencia económica del planeta no solo basa su desarrollo en grandes empresas, sino que cuenta con muchas empresas líderes a nivel mundial en el sector de las MIPYMES, las cuales han llegado a convertirse en el núcleo y eje fundamental de la economía alemana. En este país según estadísticas oficiales, en el año 2014 (Bundesamt, 2014), las MIPYMES representaban el 99,3% del total de empresas, con un 60,9% de generación de empleos y unas ventas de 32,7%. Otro aspecto de suma importancia es que este sector se basa en el magnífico nivel de formación de la mano de obra y en garantizarles a sus trabajadores condiciones de trabajo dignas que estimulan la eficiencia, pero sin llegar a convertirse en “máquinas explotadoras de personas”.
También podemos constatar cómo la economía alemana, gracias a sus fundamentos macroeconómicos, pero también -y en gran medida- a este sector de las MIPYMES con el dinamismo y las oportunidades que genera; llama constantemente la atención de muchos inversionistas extranjeros, que sin lugar a dudas valoran decisivamente estos factores.
De acuerdo con un informe del año 2012 (Cohen & Lic. Gabriel Baralla, 2012), sobre la Situación de las MIPYMES en América Latina; si tomamos como muestra a los países latinoamericanos citados en la siguiente tabla; como bien podemos observar, con excepción de Venezuela, en todos los demás países (incluyendo valores promedios para 27 países de la Unión Europea en 2005), la participación de estas empresas en la generación de empleos es bastante significativa con porcentajes superiores al 50%, y en la mayoría de los casos superiores también a los dos tercios.
Importancia de las MIPYMES en la producción y el empleo (Varios años) |
||||
Países |
Participación de MIPYMES en el empleo formal |
Contribución de las MIPYMES al PBI |
||
Argentina |
70,2% |
53,7% |
||
Brasil |
59,8% |
34,3% |
||
Chile |
63,0% |
20,4% |
||
Colombia |
67,2% |
38,7% |
||
Ecuador |
55,0% |
20,0% |
||
México |
75,0% |
62,0% |
||
Paraguay |
77,0% |
– |
||
Perú |
67,9% |
55,5% |
||
Uruguay |
68,5% |
– |
||
Venezuela |
38,1% |
– |
||
Argentina 2004 |
66,3% |
50,2% |
||
UE-27 2005 |
67,1% |
57,6% |
||
Fuente: Tomada de (Cohen & Lic. Gabriel Baralla, 2012, pág. 7). |
||||
En cuanto al aporte de estas empresas al PIB o valor agregado del país podemos comprobar que, aunque es menor en sentido general, su aporte no deja de ser significativo, y que, aunque la relación entre el aporte al empleo y al valor agregado no sigue una tendencia lineal para cada caso, como bien señalan los autores “permite interpretar que este segmento de empresas tiene un importante potencial para desarrollar su competitividad, generando cada vez mayor valor agregado por ocupado” (Cohen & Lic. Gabriel Baralla, 2012, pág. 7).
Por otro lado, vemos que, en el mundo de manera general son altos los porcentajes que demuestran el significativo impacto de las MIPYMES en la economía, aunque son difíciles de encontrar los datos, algunas estimaciones sugieren que más del 95% de las empresas son MIPYMES (Ayyagari, M., Demirguc-Kunt, A. and Maksimovic, V., 2011), generando más del 60% del empleo en el sector privado, empleos cargados de una especial importancia por constituir un soporte de gran significación para el fortalecimiento de un vigoroso tejido social.
La micro, pequeña y mediana empresa en Cuba
A pesar de que en Cuba aún no existe personalidad jurídica para las micro, pequeñas y medianas empresas, dentro del sector de los llamados trabajadores por cuenta propia, cada vez se va generando un mayor número de este tipo de empresas. Con el paso del tiempo, el sector cuentapropista ha ido creciendo y tomando protagonismo en la vida económica del país, y dentro de este, cada vez son más las micro y pequeñas empresas que se muestran como una alternativa capaz de competir con las empresas estatales y de ofrecer mejores servicios, mejor calidad, mejores salarios, e incluso mejores condiciones de trabajo.
En el caso de los trabajadores por cuenta propia en general, ya existían antecedentes desde los años 80, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) no pasaban de 50 000 y en los años 90 con la apertura a este sector, la cifra alcanzó un máximo de 165 000 en 1995.
Tras la apertura del 2010, este sector tuvo un dinámico crecimiento, pasando de alrededor de unos 200 mil hasta un máximo de más de 500 mil a mediados de 2015, sin embargo, al cierre del año el número de trabajadores por cuenta propia era 499000, ligeramente inferior al medio millón. Este año, al cierre de septiembre se evidenció un nuevo repunte hasta alcanzar el valor de 522855, lo que indica que cerraremos el 2016 con un nuevo récord de crecimiento para este sector, y por supuesto también puede estar indicando un aumento de las MIPYMES. En el siguiente gráfico se muestra la evolución del sector, entre 2010-2016.
De manera general el sector cuentapropista se ha ido desarrollando con mucho dinamismo, aunque no podemos dejar de señalar el hecho de que su desarrollo no ha estado exento de trabas y dificultades que impiden que este sector logre tener un mayor peso en la economía real, y que contribuya decisivamente a elevar el nivel de vida de los cubanos.
Hacia un mayor desarrollo de las MIPYMES
A pesar de los disímiles obstáculos que persisten para su desarrollo, y de la negativa del gobierno para abrirle las puertas definitivamente; la realidad parece confabularse poco a poco hacia un mayor papel e impacto de estas empresas en la economía.
Los cubanos se han mostrado ávidos de potenciar este sector. Esto lo vemos, por ejemplo, en lo relacionado con los temas tributarios, pues a pesar de la falta de cultura en este sentido y de los altos impuestos, se evidencia una disposición de la gente para aportar al desarrollo del país al mismo tiempo que se priorizan objetivos personales de crecimiento económico. Pues, de alguna manera estas micro y pequeñas empresas, poco a poco le están cambiando la cara a un país estancado por más de 50 años, y le han devuelto la esperanza a mucha gente que a pesar de las limitaciones logran encontrar un sustento o una opción de realización personal y profesional. Y en este sentido, algunas preguntas interesantes serían: ¿Por cuánto tiempo más el gobierno podrá sostener su hipótesis de que este sector debe mantenerse bajo control estricto porque puede ser perjudicial, cuando una mayoría de los cubanos no lo vive ni lo siente así? ¿A pesar de los criterios políticos en contra de estas empresas, la economía cubana está en condiciones de prescindir de un mayor protagonismo del sector?
Tarde o temprano la apertura tendrá que venir, pues un buen número de cubanos queremos y estamos empujando para que así sea, y por otro lado la economía necesita de esta fuerza creativa y emprendedora para aspirar a un mayor y más inclusivo crecimiento. Mientras tanto, sigamos exigiendo que se eliminen las principales trabas para el progreso del sector, entre otras, reclamemos:
– Que los impuestos sean justos, y que dejen de ser tan altos y abusivos.
– Que disminuya o se elimine el burocratismo, para que la gente pueda tramitar con facilidad todo lo relacionado con la legalidad del negocio, y mantenerse dentro de esta.
– Que se cree el tan añorado y exigido mercado mayorista, disminuyéndose considerablemente el incentivo a subsistir en el mercado negro y posibilitándose mayor eficiencia desde el punto de vista empresarial.
– Eliminación de las limitaciones para emprender negocios, y sustitución de la lista de actividades que se pueden realizar por otra que solo recoja las actividades que por intereses estratégicos (desde el punto de vista del bien común de los cubanos) no se puedan realizar.
– Crear condiciones de confianza y promover facilidades financieras, de manera que el crédito bancario tenga un mayor impacto en el desarrollo del sector.
Estos son solo algunos de los obstáculos que de manera inmediata se deben ir solucionando en nuestra economía, para aspirar a un mayor desarrollo del sector de las microempresas como un factor determinante para su estimulación. Debemos ser capaces de aprender de las experiencias internacionales, y tomar todo lo positivo que nos puede aportar el desarrollo de las MIPYMES, para traer dichos aprendizajes a nuestra realidad y que se conviertan en una contribución para lograr el sueño compartido de un país próspero, justo, inclusivo y sostenible.
Bibliografía
Ayyagari, M., Demirguc-Kunt, A. and Maksimovic, V. (2011). Small vs. Young Firms Across The World – Contribution to Employment, Job Creation, and Growth. The World Bank Development Research Group.
Cohen, L. M., & Lic. Gabriel Baralla. (2012). Situación de las PYMES en América Latina.
Colectivo de autores. (2012). El Proceso de actualización. (P. Vidal, & O. Everleny, Edits.) La Habana: Camino.
Enrique Marshall. (2004). El acceso de las PYMES a los servicios financieros. Superintendencia de Bancos e Instituciones Financieras de Chile.
Morales, Y. C. (11 de Noviembre de 2016). Control y éxito, ¿en ese orden? Granma.
Statistisches Bundesamt. (2014). Shares of small and medium-sized enterprises in selected variables. Wiesbaden. Obtenido de https://www.destatis.de/EN/FactsFigures/NationalEconomyEnvironment/EnterprisesCrafts/SmallMediumSizedEnterprises/Current_.html
Jorge Ignacio Guillén Martínez (Candelaria, 1993).
Laico católico.
Estudiante de Economía.