Hace días que Luna está ansiosa, cada mañana mira debajo de su cama y sonríe pensando en lo que le gustaría que los reyes magos le traigan de regalo. Su madre Carmen le contó acerca de la tradición de los tres magos y le dijo que si tenía buen comportamiento y era obediente estos le traerían regalos. ¡Qué ingenuidad tienen los niños! Pensó Carmen al ver la ilusión de su hija.
Carmen vive sola con su hija, trabaja muy duro cada día para proporcionarle todo lo que esté a su alcance. En las noches, después de arropar y hacerle un cuento a Luna, Carmen continúa trabajando como costurera. ¡Es muy dura mi vida! Piensa mientras corta las telas, ¿qué podré comprarle a Luna por Reyes? Está tan feliz esperando encontrar su regalo debajo de la cama, que no habla de otra cosa.
Al día siguiente Carmen salió a comprarle un regalo a Luna, pero no contaba con un buen presupuesto y todos los regalos que vio eran más caros de lo que podía pagar. No quería decepcionar a su hija, pero, ¿qué podía hacer? En la noche, mientras cosía, se le ocurrió hacerle una muñeca de trapo, buscó entre sus recortes de tela y encontró todo lo que necesitaba. Sin pegar ojo, le hizo a Luna su hermosa muñeca y antes de que despertara la puso debajo de su cama. Cuando Luna vio su muñeca, no podía creer que tan hermoso regalo le habían traído los Reyes, se sintió la niña más afortunada del mundo.
Cuando Luna tenía 20 años aún conservaba su muñeca de trapo. A esa edad ya comprendía que los Reyes Magos que le traían juguetes no eran Gaspar, Melchor o Baltazar, sino su madre. También comprendía lo mucho que Carmen se esforzó para cuidarla y complacerla a pesar de las dificultades que encontró por el camino. Para Luna, el ejemplo de su madre, le sirvió para toda la vida.
Siempre hay un niño en nuestro interior, solo que a veces la cruda realidad vital hace que se nos olvide dejarlo salir. No se puede dejar de soñar, si no nunca habrá reyes magos que nos escuchen y nos complazcan.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.