Los Derechos Humanos son indivisibles.

Foto: Orlando Luis Pardo.

Foto: Orlando Luis Pardo.
En el mundo de hoy se ha ido eliminando la división de los derechos humanos. Fenómenos como la globalización, Internet, el derrumbe del muro de Berlín, han contribuido a ello. La superación gradual y progresiva de los límites entre la izquierda y la derecha cuestiona a los cubanos, y deberíamos preguntarnos ¿por qué en Cuba se respetan unos derechos y otros no?
Por Virgilio Toledo
A lo largo de la historia, desde el mismo surgimiento de los sistemas políticos-económicos-sociales, capitalista y socialista, ha existido un férreo antagonismo entre ellos. De este antagonismo no han estado exentos los derechos humanos. Actualmente, por un lado, los sistemas de corte socialista proclaman que los derechos económicos, sociales y culturales tienen una supremacía sobre los derechos civiles y políticos. Por otro, algunos modelos de corte capitalista afirman lo contrario.
Esta confrontación ha afectado, en no pocas ocasiones, al sujeto principal e indiscutible de los derechos: la persona humana, fuente y razón de ser de los mismos, más aún, a naciones enteras, y ha olvidado, o por lo menos, ha echado a un lado una de las características esenciales de los derechos humanos: su indivisibilidad.
Es innegable que dos de los principales logros de la humanidad en materia de derechos humanos son los Pactos sobre los Derechos Civiles y Políticos y sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales. Quizás podríamos apreciar que ese antagonismo entre los diferentes sistemas no tiene mucha razón de ser. Si nos basamos en el hecho de que todo derecho se deriva de la dignidad inherente a la persona humana, única e irrepetible, pero a la misma vez, universal e indivisible, podemos llegar a la conclusión de que los derechos son iguales, inalienables, inviolables, universales e indivisibles para todos.
Partiendo de este punto surgen algunas interrogantes que nos competen a todos los hombres y mujeres del planeta ¿Por qué en algunos países firmantes de los Pactos y de otros documentos internacionales que tratan de respetar y promover la defensa de los derechos humanos, unos derechos se respetan y otros no? ¿Por qué concretamente en nuestro país después de haber firmado los Pactos en febrero de 2008, no se han ratificado, y se respetan unos derechos y otros no?
En Cuba se lograron avances en materia de los derechos a la salud, a la educación, al deporte y a la vida cultural entendiéndose esta última como manifestaciones de las artes y no como estilo de vida; pero también se ha retrocedido en derechos básicos como: la libre circulación y residencia, salir y entrar libremente del país, igualdad ante la ley, injerencias en la vida privada, libertad de pensamiento, de conciencia, libertad de opiniones (expresión e información), el derecho a reunión pacífica y a la libre asociación.
Bien es sabido que la jerarquización de unos derechos no justifica el irrespeto y la violación de otros. Ningún argumento político, económico, histórico o coyuntural debe ser justificación para escoger o dividir, cuáles derechos se respetan y cuáles no. Esto sería recordando a los poetas, como quitarle el cauce al río, o el aire al ala, o el eje a la rueda.
Si no puedes expresarte o buscar información libremente,¿ para que brindar enseñanza gratuita? Eso es dividir unos derechos de otros.
Si no le reconocen al deportista la libertad de firmar con quien quiera contratarte, ¿para qué brindar la posibilidad de formarte como deportista? Eso es romper el vínculo entre derechos.
Si tienes que pedir permiso y pagar una enorme suma de dinero para salir y entrar a tu país, ¿para qué tener la nacionalidad cubana? No se está respetando la indivisibilidad de los derechos humanos.
Si tienes un empleo pero no puedes fundar sindicatos, no recibes una remuneración suficiente que te permita una alimentación adecuada y disfrutar del descanso y el tiempo libre, ¿para qué tener ese trabajo que se convierte más en una fuente que genera falsa seguridad psicológica que en razón de realización y progreso personal y familiar?
Si tienes casa, incluso construida por medios propios, pero no eres su dueño porque no puedes venderla o disponer de ella con libertad, eso es dividir parcialmente los derechos.
¿Cómo decir que en Cuba hay democracia y libertad si no se puede fundar un partido de oposición, una organización no gubernamental, porque las leyes te condenan a largas penas de cárcel?
Muchos pudieran ser los ejemplos que demuestren que en materia de derechos humanos en Cuba tenemos que andar todavía un buen trecho, y asumir y poner en práctica acciones encaminadas a procurar la indivisibilidad de los derechos.
Eliminar la priorización de unos derechos en detrimentos de otros para justificar la violación o el irrespeto de algunos, es un reto que necesita de todos los esfuerzos posibles. Sustituir la promoción y el respeto parcial de algunos derechos por una profunda labor que armonicen, vinculen y articulen todos los derechos humanos de todas las personas y de toda la persona, es camino seguro para que la dignidad plena del cubano se reconozca, se respete y promueva íntegramente en todas sus dimensiones, sin división ni fractura de ningún tipo.
La humanidad ha ido avanzando y eliminando las barreras que las separan, la globalización, el fenómeno de Internet, la eliminación de los límites entre la izquierda y la derecha políticas y la superación gradual y progresiva del antagonismo histórico que las separan, es una muestra de ello. El antagonismo o división entre unos derechos y otros no tiene razón de ser porque la persona es una sola y es sujeto de todos los derechos que le pertenecen por el solo hecho de serlo.
En la medida que los cubanos ejerzamos nuestros derechos y cumplamos nuestros deberes como ciudadanos libres y responsables, Cuba estará más preparada para hacer corresponder la realidad vivida día a día, con la firma de los Pactos y de cualquier otro Instrumento. internacional que exista, para su promoción y respeto.
Virgilio Toledo López (Pinar del Río, 1966).
Ingeniero Electrónico. Premio Ensayo 2006 en el concurso “El Heraldo”.
Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras. Autor del libro El daño antropológico y Derechos Humanos en Cuba.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia. Fue Responsable de la Consultoría Cívica del Centro de Formación Cívica y Diseñador de la revista Vitral.
Reside en Pinar del Río.
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