{mosthumbviewer: images/stories/Conv6/manuscrita1.jpg, images/stories/Conv6/manuscrita1thumb.jpg, Manuscrito de la Carta de Arroyo a su esposa, } {mosthumbviewer: images/stories/Conv6/manuscrita2.jpg, images/stories/Conv6/manuscrita2thumb.jpg, Manuscrito de la Carta de Arroyo a su esposa, }
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Pinar del Río, 7 de septiembre de 2008
Sra. Elsa González Padrón
Mi tan necesitada ¨chiquitica¨
Aún adolorido y sin cicatrizar mis heridas, te escribo.
Lejos de sentir rencor u odio, me siento plenamente realizado.
Todo lo que acontece me reafirma que no fue ni precipitado ni errado mi decisión de años atrás de asumir este camino cuajado de penas y riesgos pero que nos da momentos de infinita satisfacción aunque el sabor que tengamos en la boca sea hemótico.
Nunca pensé que llevaría con tanto orgullo estos hematomas en mi rostro, sabes que en estos días he pensado mucho- en Ghandi, Luther King, Benacir Butto y Mandela-que no es lo mismo leer sus versiones de momentos extremos que vivir en carne propia algo similar-, pero es real que se aprenda y se logre controlar los instintos de responder de igual forma y seguir siendo el animal al que en algún momento esperaban contenerme.
¿Por qué ocurren cosas así?
Sin lugar a dudas, frustración, desespero, pérdida de valores éticos.
¿Acaso vamos camino a nuevos eventos de desenfreno? Pienso que sí.
Nada aquí es fortuito, todo lo que ocurre es premeditado y aún más en mi caso particular.
Cuando ocurrían los eventos, sentí una total calma y me embargó un sentimiento de pena por aquellos que, confabulados, actuaban como una parra desenfrenada.
Apenas unos días antes aparecía en el diario oficial (día 1ro) una frase que decía textualmente: ¨ que nunca habíamos sido sometidos a ultrajes personales o inhumanos… qué ironía.
¿Cuánto silencio se puede lograr por la fuerza bruta?
¿Cuánta similitud a eventos similares tan criticados?
¿Cuánto parecido hay entre estas personas y aquellas que años atrás se decían defensores de la verdad?
Sería ingenuo decirte que no te preocuparas- realmente vivo en un margen de peligro real, pero no temo, sabía desde el principio que llegarían momentos así, si relees alguna de mis cartas, te hablaba de ello. Ya hoy este vendaval está sobre nosotros, lo enfrentamos y soportamos sin temor y con dignidad. Si mis momentos de angustia sirven para desenmascarar a quienes dicen una cosa y hacen otra, haría como los antiguos espartanos: me echaría yo mismo al fuego. Y con una espléndida sonrisa.
Hemos llegado hasta aquí por un camino nada fácil, aún el tramo es largo y no exento de contratiempos, pidamos a Dios, no que nos evite los contratiempos, sino que nos dé lucidez para vivirlos con profunda fe y que podamos cerrar nuestro corazón al odio, a la venganza y al rencor.
Cuídate junto a nuestros hijos
Besos, muchos besos
Te besa siempre
Te necesita por siempre
Arroyo
Víctor Rolando Arroyo Carmona (1951)
Periodista independiente.
Uno de los 75 presos de conciencia de la primavera de 2003.
Condenado injustamente a 26 años de cárcel.
Estuvo durante cinco años entre las cárceles de Guantánamo y Holguín, sin poder ver a su anciana madre. Ahora está en la cárcel del 5 y medio en Pinar del Río.