Las pruebas de ingreso a la educación superior

Miércoles de Livia

Mañana jueves 3 de mayo comienzan las pruebas de ingreso a la educación superior. Lo cierto es que la mayoría de los adolescentes cubanos que terminan su preuniversitario optan por continuar estudios. Año tras año se repite la historia. Las ofertas de carrera no colman las expectativas y los estudiantes viven un proceso de estrés que considero excesivo.

Los alumnos comienzan su preparación comenzando el duodécimo grado. Las escuelas adaptan sus horarios para enfatizar en los contenidos más importantes. Pero a la par, los padres apoyan con los repasadores privados que han venido a salvar un poco la deteriorada enseñanza gratuita de las escuelas cubanas.

Es un periodo difícil donde los mayores perjudicados son aquellos estudiantes que, aunque sean muy talentosos, no contaron con la preparación adecuada debido a un mal proceso de instrucción desde que inicia la edad escolar, y a que sus padres no pueden pagar a repasadores. Son más de los que imaginamos.

Conozco la historia de una joven que expresó que no ha vivido un estrés igual desde que comenzó sus estudios y que su madre quedó tan afectada que estuvo unos meses después de los exámenes sin ver televisión porque fueron muchas noches y madrugadas acompañando a su hija sentada en el sillón para que no se sintiera sola durante las largas horas de estudio.

No estoy en desacuerdo con las pruebas de ingreso, aunque sí con el grado de complejidad de algunas que para nada están acordes con el nivel de preparación de la mayoría de las escuelas cubanas. El plan de carreras por las que se puede optar cada año responde a lo que el país necesita y muchas veces se necesita alcanzar altos índices de puntuación para acceder a algunas de ellas. 

Por estas razones muchos se ven obligados a estudiar una carrera para la que no tienen vocación y abandonan sin terminar, y otros que terminan, no logran ser buenos profesionales.

No es justo que las carreras ofertadas respondan a las necesidades del momento en el país. Los estudiantes con un nivel apropiado para cursar estudios universitarios deben poder escoger la carrera que estudiarán según su vocación y capacidad.

Creo que la dirección del país y el sistema de educación en particular debe revisar este proceso con mucho detenimiento para que a este momento tan serio en la vida de nuestros jóvenes no se agreguen costos innecesarios.

 

 


Livia Gálvez Chiú (Pinar del Río, 1971).
Licenciada en Contabilidad y Finanzas.
Miembro del Consejo de Redacción de Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

 

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