Por Glissett Valdés Herrera
¿Se nos puede quitar la libertad o permitir que sea sacrificada?
Aquí está el gran dilema que tiene el hombre cuando busca seguridad y se siente amenazado y atemorizado. A veces con una abrumadora miopía, sacrifica su libertad, cuando, en realidad, esta es condición indispensable para vivir a plenitud.
Por Glissett Valdés Herrera
“Dios no solo respeta la libertad del hombre sino que parece necesitarla.”
(Benedicto XVI en Santiago de Cuba, 26 marzo de 2012)
LIBERTAD.
“Conoceréis la Verdad y la Verdad os hará libres”. Juan 8, 32
¿Se nos puede quitar la libertad o permitir que sea sacrificada?
Aquí está el gran dilema que tiene el hombre cuando busca seguridad y se siente amenazado y atemorizado. A veces con una abrumadora miopía, sacrifica su libertad, cuando, en realidad, esta es condición indispensable para vivir a plenitud.
Cristo ofrece una alternativa, que exige esfuerzo, se trata de buscar, por tanto, se trata de activarse en pos de algo, de cumplir con su Palabra y su justicia. Estas no son cosas que aumenten el patrimonio del hombre, pero sí colocan la vida en otra dimensión, pues compartir, saber ayudar, dialogar, hacer y hacerse hermano, es libertad, esa facultad natural que ha dado Dios para obrar siendo responsables de nuestros actos, es lo primario, lo indispensable, quizás lo único y que no se puede quitar.
Democracia
¿Existe democracia?
Democracia es la unión de dos palabras griegas: demos, que quiere decir pueblo, y cracia, que es gobierno, que significa, por tanto, el gobierno del pueblo.
Por ende, en los países que no se pueda elegir o tener libre determinación, no se puede confiar en la forma de gobierno imperante. No puedes confiar en un gobierno que pretende conseguir todo por el solo hecho de serlo, y en ocasiones lo hace con violencia.
No es este el mejor método, podemos dialogar responsablemente, lo que pudiera ser el camino para lograr el respeto, la fraternidad y comprensión entre todos los ciudadanos, expresando libremente lo que sentimos, lo que deseamos para el bien común, donde el gobierno sea del pueblo, y en el que participe el pueblo.
Hablar de democracia es hablar pues de participación ciudadana. Al analizar se pueden distinguir dos niveles: la democracia representativa y la democracia participativa.
¿Existe en los países autoritarios la democracia representativa?
No existe. Si solo participa un grupo rector, en consecuencia, subsisten grandes desigualdades, privilegios y discriminaciones entre los ciudadanos, provocados por el propio gobierno del que hablamos.
Existe democracia representativa en un país cuando existen instituciones y modos de proceder que protegen la participación de los ciudadanos. Entre estas instituciones podemos mencionar una constitución legalmente promulgada; elecciones periódicas limpias y confiables; pluralidad de partidos políticos; equilibrio e independencia entre los poderes ejecutivo, legislativo y judicial; Estado de Derecho.
¿Se complementa la democracia representativa con la participativa?
La democracia representativa se complementa con la participativa. Existe democraciaparticipativa en un país cuando todos los ciudadanos participan en la toma decisiones y todos son beneficiados por estas decisiones. Cuando se da una igualdad real porque todos tienen oportunidad de educarse, de conseguir empleo, de recibir cuidados de salud, de que sus derechos sean respetados.
La democracia es un estilo de vida en donde las relaciones entre los ciudadanos son de respeto, fraternidad y solidaridad. En una democracia participativa prevalece la voz de todos, del pueblo.
Buscamos cómo construir la sociedad que queremos ver funcionar tranquila y felizmente. Es evidente la exigencia del ciudadano de sentirse libre, esto ha tardado largo tiempo en descubrirse, pues esta libertad no depende de una ley y de un brazo ejecutivo del Estado, sino de la voluntad de los ciudadanos de aceptar un contrato no escrito en un necesario pacto social en que se redima al ser humano, liberándolo de lo atávico de sí mismo, para llevarlo a una forma de convivencia libremente aceptada y no impuesta.
¿El camino de la tolerancia es el único aceptable a las sociedades humanas?
La tolerancia parece significar intolerancia de lo intolerable, pero donde el pueblo no intervenga en el gobierno político de un Estado, a través del diálogo pacífico, respetando las ideas, creencias, opiniones de los demás cuando son contrarias a las propias, no existe democracia.
¿Un sistema democrático asegura la participación de los ciudadanos?
Un sistema democrático es apreciado y admirado cuando asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza la posibilidad de elegir y controlar a los gobernantes. A través de la democracia se construye la comunidad política.
La democracia supone el ejercicio directo de las responsabilidades gubernamentales por parte del propio pueblo.
Política
Entonces menciono la política. Cuando se fortalece la democracia participativa, aumentan los espacios de participación política. Teniendo este poder en mano, aumenta la posibilidad de generar cambios, para el logro de políticas públicas más justas, en la salud, la educación, seguridad alimentaria, previsión social, acceso a la tierra y a la vivienda.
Un factor negativo es la corrupción del Estado, presente también en los poderes legislativo y ejecutivo y hasta el judicial, que fácilmente inclina su juicio a favor de los poderosos, generando impunidad y por ende, el descrédito de las instituciones públicas y la desconfianza del pueblo.
Si reflexionamos podemos percibir que aumenta el desencanto principalmente en algunos jóvenes, pues las promesas de una vida mejor y más justa no se cumplen, pero este desencanto es el principal motivo para continuar sin temores en la búsqueda de la verdad, la justicia y la libertad.
Surge la necesidad de que el ciudadano, creyente y no creyente, participe en la política. En términos amplios, la política es acción común para el bien común. El político es el arquitecto de la convivencia organizada. En los países democráticos, se pueden crear partidos políticos para defender ideas y hacer manifestaciones por la calle para expresar una protesta cuando algo no les gusta.
Es grande la responsabilidad de la realidad que nos ha tocado vivir, pero no olvidemos el mensaje del Papa Juan Pablo II en su visita a Cuba: “Ustedes son y deben ser los protagonistas de su propia historia personal y nacional”. El Papa nos invita a dejar la actitud de “esto no me toca”, a abandonar posturas individualistas. Si la política no la hacen las manos limpias, las manos sucias la harán.
Para los que esperamos un proyecto de vida diferente, la vida vale la pena vivirse y vale la pena perderse, todo está en salir de la burbuja y opinar, participar como ciudadanos en el deber político que le corresponda a cada cual.
El Poder
La democracia adquiere su valor en poder elegir a los que gobiernan y tener libertad para decir lo que se piensa.
Los poderes en las naciones democráticas y sus funciones
En las naciones democráticas se produce una separación de poderes; el equilibrio se garantiza mediante la independencia de los poderes legislativo, ejecutivo y judicial, es decir, tres organismos políticos diferentes, que se controlan unos a otros: al que le corresponde elaborar las leyes, conocido como poder legislativo; el encargado de aplicarlas, que es el Gobierno, llamado poder ejecutivo; y el que vigila que se apliquen correctamente y desempeña la tarea de administrar la justicia, que forma el poder judicial.
Aplicabilidad de estos poderes, en el sistema político cubano
El centralismo democrático, la unidad de poder, la democracia socialista, son la base del orden jurídico de Cuba, siendo los principios de organización y funcionamiento del Estado.
En el sistema político cubano no se aplica la tripartición de poderes independientes y coordinados unos con otros, se oponen a la democracia representativa, la participación ciudadana en las decisiones políticas, provocando la centralización del poder del Estado.
Importancia en la vida social
Desde la dimensión de la libertad, la democracia, la política y el poder, existe la vinculación y dependencia de cada uno de estos términos, importante verlos también desde la dimensión social.
Lavida social en convivencia armónica y pacífica se ha deteriorado por el avance de una ideología individualista y utilitarista, el irrespeto a la dignidad de cada persona, el deterioro del tejido social, la corrupción, la falta de políticas públicas, de equidad social.
La confabulación y aprobación de actitudes negativas e injustas por encima de la dignidad de las personas, es típico en los países totalitarios, donde no existe democracia, ni libertad, donde el poder o dominio se impone sobre la propia voluntad de las personas, por no dialogar con los ciudadanos, y muchos abdicamos nuestro derecho de participar en la vida pública, no podemos renunciar a estos derechos.
¿De qué otra manera puede el Estado ganar la confianza y credibilidad ante su pueblo?
Haciéndonos partícipes de la toma de decisiones, promoviendo la justicia, respetando la dignidad de cada ser humano.
Reconocer y admitir la presencia de nuevos actores sociales, que responsablemente protagonicen cambios eficaces, no para bien propio, sino para el bien común, reavivando las esperanzas en cada uno de nosotros que cubran nuestras expectativas con hechos, y entonces lograr una verdadera conexión o coherencia entre libertad, democracia, política y poder.
Glissett Valdés Herrera.
(La Habana, 1972)
Lic. en Educación Primaria. Catequista.
Reside en Pinar del Río