La Universidad, unidad de todo lo diverso

Yoandy Izquierdo Toledo

Jueves de Yoandy

Si analizamos la etimología de la palabra universidad, podemos decir que proviene del término universitas que significa “la unidad de todas las cosas” o “la unidad de todo lo diverso”. Esta pequeña definición ya establece, en sí misma, los fines de la universidad como máxima institución de carácter educativo.

La Universidad es, según aparece en la Constitución Apostólica Ex corde ecclesiae:

“una comunidad académica, que, de modo riguroso y crítico, contribuye a la tutela y desarrollo de la dignidad humana y de la herencia cultural mediante la investigación, la enseñanza y los diversos servicios ofrecidos a las comunidades locales, nacionales e internacionales. Ella goza de aquella autonomía institucional que es necesaria para cumplir sus funciones eficazmente y garantiza a sus miembros la libertad académica, salvaguardando los derechos de la persona y de la comunidad dentro de las exigencias de la verdad y del bien común”1.

Queda claro, por tanto, que la universidad debe erigirse como una institución al servicio de la sociedad, capaz de fomentar el desarrollo de la cultura en su total diversidad, mediante la interacción efectiva de todos los miembros que conforman la comunidad educativa. Las distintas cátedras universitarias, ejemplos de libertad académica, independientes de intereses políticos y generadora de universitarios comprometidos con su realidad, pero a través del ejercicio del libre pensamiento; así como los numerosos proyectos de investigación que tienen su origen en la universidad pero tienen su destinatario en el cuerpo social, demuestran que la universidad es, además, una comunidad de comunidades, una “unidad viva” de organismos, dedicados a la investigación de la verdad.

Las funciones conferidas a la universidad son varias y todas ellas unen a la comunidad de profesores, estudiantes, investigadores y todo el personal relacionado con el sector educativo a nivel superior, independientemente de los tipos de universidad con los que nos podeos encontrar. A pesar de que los cubanos podamos contar solamente con universidades laicas que, en muchos de los casos responden a los planes del gobierno de partido único, violan la autonomía universitaria y la libertad de cátedra, no debemos olvidar como esenciales:

  1. La función educativa, para preparar a los profesionales como personas competentes y con la capacidad de ofrecer los conocimientos adquiridos al servicio del desarrollo nacional.
  2. La función investigativa, para encontrar por los caminos de la ciencia, la respuesta a los problemas que impone el desarrollo de las sociedades contemporáneas. 
  3. La función de crítica y promoción social, ya que es la cantera o la vanguardia intelectual de la sociedad. La universidad es promotora de procesos de análisis social con profundo arraigo en la base, pero con alcance nacional e internacional con el objetivo de enriquecer a la nación y aportar al orbe lo mejor de la cultura local, a modo de propuesta, guía o intercambio de experiencias. 

En todo caso, la universidad, si es verdaderamente autónoma, tiene plena libertad para establecer su orden interno y sus servicios a la sociedad, a partir de estudiantes y profesores responsables y altamente creativos. 

La primacía de la persona humana sobre las cosas, de lo ético sobre lo técnico, ratifica hoy, más que nunca, que:

“La misión fundamental de la Universidad es la constante búsqueda de la verdad mediante la investigación, la conservación y la comunicación del saber para el bien de la sociedad”2.

1 Juan Pablo II, Constitución Apostólica Ex corde ecclesiae sobre las universidades católicas. No. 12. 15 de agosto de 1990.

2 Ibidem, No.30.


Yoandy Izquierdo Toledo (Pinar del Río, 1987).
Licenciado en Microbiología por la Universidad de La Habana.
Máster en Bioética por la Universidad Católica de Valencia y el Centro de Bioética Juan Pablo II.
Máster en Ciencias Sociales por la Universidad Francisco de Vitoria, Madrid, España.
Miembro del Consejo de Redacción de la revista Convivencia. Responsable de Ediciones Convivencia.
Reside en Pinar del Río.

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