LA TRANSICION EN CUBA: PROPUESTA DE CONVIVENCIA

Foto tomada de internet.

“La transición en Cuba: Memoria Histórica, Justicia Transicional y Reconciliación. Visión y propuestas” es un profundo análisis con oportunas proposiciones para acometer los cambios radicales imprescindibles a la reconstrucción del tejido político y social de Cuba, mediante la concertación pacífica de sus ciudadanos, elaborado por el Centro de Estudios Convivencia.

Durante decenios, el Centro de Formación Cívica, el Centro de Estudios Convivencia y sus colaboradores han propiciado el intercambio de ideas libre y plural para contribuir al rescate de Cuba, inmersa en la mayor crisis multifacética de su historia, creada en 63 años de gobierno totalitario. Las autoridades han enfrentado a los cubanos, desde el nacimiento, siempre invocando el uso de las armas y la guerra, e imponiendo la prisión, con el exilio como única opción para evadirlos, lo que ha originado corrupción, odio y sed de revancha. El daño antropológico causado por la pérdida de los valores morales y éticos que enorgullecían a los cubanos es inmenso, y será difícil recuperarlos. Ahora Convivencia presenta un programa para la indispensable transición pacífica, con el apoyo consciente de los ciudadanos sencillos.

El prestigio del think tank Convivencia, así como la justeza y el apoyo a sus propuestas se confirman por la represión de las autoridades para mantenerlo aislado en su hogar o presionarlo para que abandone definitivamente el país, como han sido ejercidas más recientemente durante los días previos al 11 de julio, primer aniversario de las protestas populares espontáneas del pasado año. Por más de siete años, esforzados trabajadores e intelectuales han logrado reunirse, imprimir o publicar mediante las redes sociales, desde el constreñido espacio de la capital provincial de Pinar del Río. Ellos han recibido la colaboración de personalidades cubanas y residentes en muchos países para debatir y elaborar los documentos propositivos en las diversas esferas del quehacer nacional.

En Cuba es imposible predecir cuándo y cómo se accederá a la transición, pero la situación nacional demanda su inminencia. Aspiramos a que sea pacífica y con un amplio proceso de reconciliación nacional. Las pequeñas protestas que afloran a diario en cualquier lugar del país denotan la efervescencia provocada por las prohibiciones, el desabastecimiento, las colas, el hambre, los insuficientes salarios, la inflación, los apagones, la carencia de liquidez del gobierno para resolverlo, la imposibilidad de escapar al extranjero, la vigilancia en las cuadras por el Grupo Comunitario Integrado, novedosa mutación de los “factores”, o sea el Partido Comunista, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR), la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), guiados por los oficiales de la Seguridad del Estado que los “atiende”. El adecentamiento de los barrios miseria, después de que los directivos del poder fueron sorprendidos por las enérgicas demandadas populares el 11 de julio de 2021, es complementado con las campañas ideológicas, el reforzamiento de las organizaciones de periodistas, intelectuales, artistas y otras, pero no detienen el alud popular.

No existe modelo para la transición, porque en cada país ha surgido y se ha efectuado según las situaciones internas e internacionales como ocurrió en Checoslovaquia y en la República Democrática Alemana. La transición en España fue ejemplar. En Cuba, posiblemente las autoridades autodenominadas de continuidad sorteen las protestas mientras viva Raúl Castro, pero los ancianos Ramiro Valdés, José Ramón Machado Ventura y Guillermo García no serán símbolos capaces de dominar a la población, y les queda poco tiempo vital. Si la transición surgiera de los escalones gobernantes, resulta difícil predecir quien asumirá el papel facilitador como ocurrió en Polonia o Rumania, para lo cual debería contar con la anuencia de los militares y el Ministerio del Interior.

La divulgación resumida de las propuestas de Convivencia en todos los ámbitos es imprescindible para preparar a la oposición y la población con programas claros para la transición pacífica. Otros proyectos probablemente tienen objetivos interesantes, pero en general no son ampliamente conocidos.

No se trata de que cada uno esté de acuerdo con todo lo expuesto, sino de reflexionar. Recomiendo la lectura, el análisis y la explicación del documento a las personas conocidas, así como trasladar los criterios a Convivencia.


  • Miriam Leiva.
  • Periodista Independiente.
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