Es muy interesante como la tercera edad en Cuba no se quiere perder los cambios que se van dando en la tecnología, y mejor aún, tiene la disposición de aprender y comprender cómo funciona y qué usos pueden darle a este conjunto de técnicas.
La conexión a Internet está siendo sin duda una revolución entre los cubanos, y para la tercera edad ha sido una rebelión de emociones y encuentros. Producto a la migración que ha sufrido esta isla caribeña durante 57 años, son muchas las familias divididas, de las cuales hay muchas que hasta hoy no se conocen o no han tenido contacto y otras que han podido reencontrarse a través de este espacio digital. Es aquí donde todos los cubanos y nuestros mayores han encontrado una vía de comunicación más directa y en tiempo real con sus familiares y amigos, aprovechando también este medio como vía de aprendizaje y entretenimiento.
En los hogares, nuestros abuelos han aprendido el funcionamiento del DVD o las cajas decodificadoras de la televisión analógica a digital, a pesar de lo complejo que les pueda parecer. Muchos cobran sus pensiones a través de una tarjeta en los cajeros automáticos y van aprendiendo el funcionamiento de los móviles y computadoras.
La mayoría de las veces los abuelos necesitan de ayuda para aprender o realizar estas acciones y necesitan de una explicación pausada y paciente que puede repetirse más de tres veces, por lo que hay que entender la necesidad de acompañarlos en este camino de cambio tecnológico, dado que hay muchos deseos de aprender por parte de ellos y a la par muchos años vividos, y por parte de los más jóvenes prima la poca paciencia y tolerancia para enseñarles.
Los más jóvenes debemos pensar qué hubiera pasado si nuestros mayores se hubieran desesperado y encolerizado cuando nos enseñaron a comer, a caminar, a jugar y nos mostraron un camino a seguir. Pensar en ello ayudaría a devolver tanta calma y amor como se nos otorgó de pequeños cuando no sabíamos nada de la vida.
No puede faltar a través de los medios de comunicación la difusión de información que enseñe y ayude con lo anteriormente planteado. Hay que incluir a nuestros mayores en nuestra vida cotidiana, eso los hace muy feliz.
Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
Miembro del Consejo de Dirección del CEC.