La relación económica de Cuba con Venezuela: Situación actual y perspectivas

Por Carmelo Mesa-Lago
La historia de Cuba se caracteriza por una fuerte dependencia con un socio externo de mayor poder económico: España como colonia, EEUU, la URSS y Venezuela.
Desde que asumió el poder Hugo Chávez en 1999, y particularmente a partir de 2001, Venezuela ha prestado una ayuda económica creciente a Cuba.

Por Carmelo Mesa-Lago
Precio mundial del barril de petróleo.

Precio mundial del barril de petróleo.
La historia de Cuba se caracteriza por una fuerte dependencia con un socio externo de mayor poder económico: España como colonia, EEUU, la URSS y Venezuela. Desde que asumió el poder Hugo Chávez en 1999, y particularmente a partir de 2001, Venezuela ha prestado una ayuda económica creciente a Cuba. El Viceministro de Relaciones Exteriores Rogelio Sierra reconoció: “Seríamos tontos para caer en la misma dependencia económica que tuvimos con la Unión Soviética y los Estados Unidos”. Omar Everleny Pérez Villanueva observó en 2010 que las exportaciones de servicios profesionales a Venezuela carecen de encadenamientos y efecto multiplicador en la economía interna, muestran signos de agotamiento y están atadas a contingencias impredecibles. Jorge Domínguez agregó en 2012 que la favorable relación con Venezuela creó la ilusión que los cambios económicos podían posponerse indefinidamente.
A continuación, se analiza la importancia crucial del comercio, suministro de petróleo, inversión, créditos y subsidios venezolanos con Cuba en 2010. Entre 2005 y 2010, el comercio exterior de bienes de Cuba se concentró de forma creciente con Venezuela: el intercambio comercial de mercancías saltó de 23% a 40%, y la participación de Venezuela en el déficit comercial de bienes cubanos subió de 27% a 42% (basado en ONE, Anuario 2010). El intercambio comercial de bienes alcanzó un récord de US$ 6028 millones, casi tres veces el intercambio en 2005, atribuido principalmente al alza del precio del petróleo. El déficit de bienes con Venezuela fue US$2570 millones del déficit total (creciendo de 27% en 2006 a 42%); Cuba no informa cómo sufraga dicho déficit, pero pudiera ser en parte con el superávit de servicios. El balance de servicios cubanos excluyendo el turismo fue US$7442 millones, que correspondería al pago de profesionales en el extranjero (médicos, enfermeros, maestros, entrenadores de deportes, personal de seguridad), en su gran mayoría estacionado en Venezuela, y excedió en más de US$1000 millones al déficit de US$6047 millones en la balanza de bienes (ONE, Anuario 2010). No todos los servicios son exportados a Venezuela, según el politólogo venezolano Carlos Romero, el Banco de Comercio Exterior estimó que promediaron 73% del total en 2007-2009, lo que serían US$5432 millones del total de US$7442. Estas son cifras oficiales de Venezuela y pueden disminuir su importancia, por lo que la proporción es probablemente mayor.
El Acuerdo Integral de Cooperación firmado en 2000 entre los dos países estipula que Cuba suministrará servicios profesionales y bienes pagables por Venezuela, a cambio del suministro de petróleo y derivados. Según el economista Jorge Pérez-López, otro Acuerdo en 2004 agregó que los servicios cubanos se sufragarían con productos venezolanos en bolívares u otra moneda mutualmente acordada; el actual convenio se extiende de 2010 a 2020; no se ha especificado este intercambio ni la forma de fijar los precios de los servicios. De acuerdo con la CEPAL el valor de los servicios es indizado al precio del petróleo. El valor del crudo importado en 2010 fue US$2759 millones (105000 barriles x 365 días x US$72 el barril) y el valor de los servicios profesionales se ha estimado conservadoramente en US$5432 millones, lo que resulta en un excedente de US$2673 millones en favor de Cuba, que puede ser usado para sufragar el déficit de la balanza de bienes con Venezuela.
Hay pocas cifras del número de profesionales cubanos en Venezuela. Tomando la de 40.000 profesionales en 2010 y el valor de servicios de US$5432 millones, se estima un promedio de US$135800 anual por profesional o US$11317 mensual, 27 veces el salario de un médico venezolano y, varias veces mayor al de un enfermero o un maestro. La conclusión es que Venezuela otorga un subsidio a Cuba a través de este programa, y no podría exportar fácilmente sus profesionales a otros países porque pagarían precios de mercado sin subsidios.
Venezuela suministra 105000 barriles diarios de crudo y derivados (ascendiendo de 53000 barriles en 2001), 92000 para el consumo (62% de la demanda total cubana) y 13000 para refinar en Cienfuegos, supuestamente pagados con los servicios profesionales, pero se mostró que el valor de estos es, al menos, dos veces superior al del petróleo. Cuba recibe un trato preferencial para el pago de las importaciones del crudo: debe abonar 50% en 90 días y 50% en 25 años, con dos de gracia y una tasa de interés de 1%; el financiamiento aumenta según sube el precio del crudo, con lo que Cuba está protegida contra las oscilaciones del precio. No hay estadísticas fidedignas sobre el pago del petróleo por Cuba; el Anuario ya no reporta el volumen y precio importado del crudo total y desagregado por países. Romero informa que Cuba acumuló una deuda de US$4975 millones en 2001-2009, 24% del adeudo total de Petróleos de Venezuela (PDVSA), otro estimado es US$13800 millones (El Nacional, 14-11-2010). Cuba exporta petróleo al mercado mundial; confirmado en 2009 por el Vice Ministro de Economía y Planificación Julio Vázquez que se refirió a crudo de la producción nacional (La Jornada, 6-10-2009).
Desde que se creó la Comisión Intergubernamental de Cooperación entre los dos países en 2000 hasta 2011, se firmaron 370 proyectos de inversión (36 empresas mixtas y 200 en negociación) por un estimado de US$11000 millones: 76 proyectos por US$1355 millones en 2008; 173 por US$2.000 millones en 2009, incluyendo la duplicación de capacidad de la refinería de Cienfuegos con una inversión de US$1400 millones, y 116 proyectos por entre US$1200 y US$1600 millones en 2011, entre ellos una planta de gas licuado con gasoducto de 320 kilómetros, una refinería en Matanzas, y la ampliación de la existente en Santiago de Cuba. El Banco de Desarrollo Económico y Social de Venezuela (BANDES) asignó US$1500 millones para financiar proyectos cubanos en 2007-2010, 88% del desembolso total del BANDES en el período. Además, a través de su Fondo Autónomo de Cooperación Internacional otorgó créditos por US$890 millones a 100 empresas cubanas; otros créditos por US$193 millones fueron concedidos para financiar los ferrocarriles y aeropuertos internacionales en La Habana y Varadero. En la reunión de la Comisión en 2011, su vicepresidente cubano Ricardo Cabrisas exhortó a eliminar gastos superfluos e inadecuados, y alcanzar la máxima eficiencia en los proyectos (El Universal, 19-12-2011).
En resumen, el valor del intercambio de bienes y servicios con Venezuela en 2010 se estima de manera conservadora en US$12928 millones: US$6029 intercambio comercial de bienes, US$5432 millones pago de servicios y US$1500 millones en inversión. Esta cifra excluye la deuda petrolera que debería pagar intereses, así como los créditos de BANDES y FACI. El total equivale entre 20,8% y 22,5% del PIB cubano en 2010 (basado en dos estimados del PIB por The Economist Intelligence Unit, 2011). El Centro de Investigaciones Económicas de Venezuela calculó el gasto público acumulado del gobierno en Cuba en US$25827 millones en 2005-2009 y también se estimó dicho gasto en US$34384 millones en 2005-2010. Aunque una comparación con el intercambio comercial, subsidios, créditos e inversión soviéticos es muy difícil porque parte era en rublos, parte en pesos y parte en dólares, según un estimado del autor en 2002, el total en 1989 era de US$12715 millones. Habría que ajustar esta cifra a la inflación, pero es obvio que la relación con Venezuela es tan primordial como la que había con la URSS.
La economía venezolana se ha deteriorado en los últimos años. El desplome en 77% del precio mundial de petróleo de US$147 por barril en julio de 2008 a US$34 en febrero de 2009, fue devastador porque las ventas petrolíferas representan 90% del total de las exportaciones venezolanas y la mitad de su recaudación fiscal. La recuperación parcial del precio a alrededor de US$100 el barril en 2011 ayudó pero no evitó el descalabro en la gran mayoría de los indicadores económicos. El PIB por habitante se desaceleró de 16,2% en 2004 a 3,5% en 2008, y cayó 4,8% en 2009 y 3% en 2011 (el único negativo en la región salvo Haití y frente a un crecimiento promedio regional de 4,8%); con la recuperación parcial del precio del crudo, el PIB aumentó 2,6% en 2011 pero inferior a la tasa promedio regional de 3,2%. La inflación creció de 26,9% a 28,9% entre 2007 y 2011, cuatro veces el promedio regional de 6,9% y la segunda mayor del mundo. El déficit fiscal aumentó de 1,2% del PIB en 2008 a 5% en 2009, aunque bajó a 3,6% en 2010-2011, superior al promedio regional de 2,3%. La formación bruta de capital fijo disminuyó de 27,6% del PIB en 2007 a 22,6% en 2011, menor al promedio regional. La balanza de capital y financiera fue negativa y se deterioró de -US$16834 a -US23736 millones entre 2009 y 2011; sin embargo la balanza de pagos mejoró de -US$10799 a US$1391 millones en dicho período (por el aumento del valor de las exportaciones debido al alza de precios del crudo), pero las reservas brutas internacionales cayeron 32% entre 2008 y 2011 (de US$43127 a US$29302 millones). La inversión extranjera directa en 2008 fue la más baja en la región y se contrajo en -US$5836 millones en 2009-2010. La transferencia neta de recursos resultó en una fuga de capitales en cada año del último decenio, aumentando 54%, de US$19986 a US$30452 millones entre 2009 y 2011. La deuda bruta también creció en el decenio en términos absolutos y casi se duplicó como porcentaje del PIB entre 2008 y 2011 (de 14% a 22%); a mediados de 2011 se elevó en US$10000 millones el techo de la deuda aprobada para ese año, subiendo a un récord de US$89000 millones. El desempleo abierto ascendió de 7,3% a 8,4% entre 2008 y 2011, mientras que el salario medio real se deterioró en 9 puntos porcentuales en dicho período. Las políticas redistributivas y planes sociales de Chávez redujeron la incidencia de pobreza de manera notable: de 43,8% a 19,3% de la población entre 2002 y 2010 (basado en cifras de la CEPAL, 2011). No obstante, el aumento de la inflación ha recortado el poder adquisitivo de los grupos de menor ingreso, los programas sanitarios se han deteriorado, y el “Índice de la miseria”, estimado por The Economist en 2012, combinando la inflación y el desempleo, situó a Venezuela en el segundo peor lugar entre 92 países.
La industria petrolera venezolana sufre problemas crecientes que han causado una caída en la producción, exportaciones, ganancias y sostenibilidad financiera. La producción del crudo bajó de más de 3 a 2,5 millones de barriles diarios, por falta de mantenimiento, el despido de 18000 empleados de PDVSA (la mitad de su personal técnico) y la ausencia de inversión. PDVSA debió invertir US$13300 millones en 2010 pero no lo hizo por falta de recursos; en 2008 suspendió pagos a sus contratistas y proveedores incurriendo en una deuda de US$7.000 millones en 2009; según el Banco Central no pagó los impuestos debidos. La crisis eléctrica genera frecuentes apagones que afectan la producción. Un revés en 2012 ha sido la clausura de una de las diez refinerías mayores del mundo, en las Islas Vírgenes, a la que PDVSA le suministraba la mitad de su producción, debido a una pérdida de US$1300 millones desde 2009. El pesado crudo venezolano es difícil de procesar en las refinerías mundiales diseñadas para procesar el crudo ligero y Venezuela tiene que encontrar dónde hacerlo.
La fijación por el gobierno de topes a los precios de los alimentos provocó escasez generalizada, crecimiento del mercado negro y escalada en la inflación, agravada por la expansión en la emisión monetaria y una tasa de interés real negativa. El gasto público total creció a 33% del PIB en 2008 y más de la mitad del mismo se asignó al gasto social. Para evitar hiperinflación y enfrentar el fuerte recorte en el ingreso fiscal, el gobierno impuso un ajuste: redujo el presupuesto en 6,7%, aumentó el IVA de 9% a 12%, expandió el endeudamiento externo en 183%, cortó a la mitad las divisas y gastos con tarjetas de crédito de viajeros al exterior, disminuyó en 40% los gastos y servicios de PDVSA, así como los salarios de altos funcionarios públicos. Con el fin de aliviar la falta de liquidez, el gobierno vendió siete toneladas de oro en el mercado mundial, y ofreció contratos a largo plazo del crudo con descuentos substanciales. Chávez prometió que no recortaría el gasto social, ni devaluaría el nuevo bolívar que se cotizaba a 2,14 por un dólar, pero a inicios de 2010 lo devaluó fijando dos tasas: 2,60 para sectores prioritarios como los alimentos e importaciones para el sector público, y 4,29 para el resto; se estima que si flotase el bolívar la tasa sería de 8 a 9 por un dólar. Esta política abarató las exportaciones, encareció las importaciones y generó más ingresos para el gobierno pero aceleró la inflación en 2009-2010 y redujo el poder adquisitivo de la población. Los sindicatos en el petróleo, electricidad, hierro y aluminio, a más de 2 millones de funcionarios públicos, demandan aumentos de salarios. En 2012, enfrentando una difícil reelección presidencial en octubre, se proyecta un incremento del gasto público en 20% para financiar los programas sociales, por lo cual Barclay’s Capital predice que aumentará la inflación a 36%. Para controlar la inflación se necesitarían medidas drásticas como devaluar aún más el bolívar (se ha anunciado otra devaluación de 50% para después de las elecciones), crear nuevos impuestos, cortar los programas sociales internos no prioritarios así como los subsidios a precios, y recortar la ayuda exterior. Pero este ajuste estructural desgastaría aún más al gobierno de Chávez y reforzaría a la oposición. Para cubrir el déficit también se podría echar mano a las reservas internacionales (US$29302 millones en 2011) pero disminuyeron 32% en 2008-2011 y dicha acción agudizaría la inflación.
En el plano político la situación es también incierta. En junio de 2011 Chávez se sometió en La Habana a una operación de urgencia por un “absceso pélvico” y luego a una “intervención mayor” por un tumor canceroso. El Presidente venezolano afirmó que no quedó ninguna célula maligna pero rectificó después y regresó a Cuba en julio para recibir un largo tratamiento de quimioterapia, delegó algunas funciones al Vicepresidente Ejecutivo pero no la presidencia; de nuevo regresó en agosto para otra ronda de tratamiento. A comienzos de 2012 la prensa mundial reportó que sufría metástasis y que había tenido otras dos tandas de quimioterapia en octubre y noviembre de 2011. Chávez primero negó esto pero en febrero confirmó que había otro brote probablemente carcinógeno y tuvo que someterse a una nueva operación en Cuba; en marzo-mayo de 2012 Chávez regresó para múltiples sesiones de quimioterapia. En 2010 la oposición ganó las elecciones parlamentarias y aunque en minoría presenta un reto a Chávez que antes virtualmente controlaba a todos los diputados. En 2012 la oposición se unió para apoyar al candidato único elegido en las primarias, Henrique Capriles, que se enfrentará a Chávez en las elecciones de octubre, este tendrá que sostener una fuerte campaña electoral para además demostrar que está recuperado.
La inversión, comercio, crédito y subsidios de Venezuela son esenciales para Cuba y el deterioro de la economía venezolana, unido a la enfermedad y vulnerabilidad política de Chávez, representa un grave riesgo. Se visualizan tres escenarios en la relación de Cuba con Venezuela.
El más optimista para ambos países es que Chávez recupere la salud y gane su reelección en 2012, sin fraude ni conflictos políticos serios, y que con la recuperación mundial suba el precio del crudo; aún así, la oposición lograría una mayor presencia en la Asamblea Nacional y, en vista al deterioro económico ocurrido en los últimos años, le sería difícil a Chávez continuar el nivel y generosidad de la ayuda a Cuba; antes de cortar los programas sociales internos, reduciría la ayuda externa de la cual Cuba es principal beneficiaria.
Un segundo escenario, optimista para Cuba, es que descubra petróleo de calidad y rentable en aguas profundas (después del fiasco del primer pozo), expanda al triple su capacidad de refinamiento, y las reformas estructurales de Raúl logren efectos más contundentes, lo que le permitiría disminuir la dependencia de Venezuela; sin embargo, estas perspectivas halagüeñas no son a corto plazo pues tomarían varios años.
El escenario pesimista es que Chávez muera o pierda la reelección de 2012. Él ejerce el poder de forma personalista, sin un sucesor y con falta de institucionalidad, por ello su muerte o derrota desestabilizaría el país, recortaría o terminaría la ayuda a Cuba provocando una severa crisis en esta.
Antes de que Chávez perdiese el primer referendo sobre su reelección en 2007, Fidel advirtió de las consecuencias devastadoras que dicha derrota acarrearía a Cuba. La crisis económica cubana bajo el escenario pesimista sería algo menor a la de los años 90, debido al turismo, las remesas, el petróleo y el níquel, y una mayor diversificación comercial que entonces, pero el golpe sería muy fuerte. Raúl procura fuentes alternativas de comercio e inversión con otros países pero no ha logrado aún resultados substanciales y en 2010 se acentuó la dependencia con Venezuela. Todo lo anterior acrecienta la importancia crucial de ampliar y profundizar las reformas estructurales en Cuba.
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Nota:
(1) Este ensayo se basa en el libro del autor Cuba en la era de Raúl Castro: Reformas económico-sociales y sus efectos (Madrid: Editorial Colibrí, septiembre 2012). Las fuentes citadas en el texto pueden consultarse en dicho libro.
Carmelo Mesa-Lago
Economista cubano.
Catedrático distinguido con la condición de Emérito de Economía y Estudios Latinoamericanos en la Universidad de Pittsburg.
Catedrático de Relaciones Internacionales y América Latina en la Universidad Internacional de la Florida.
Profesor de Economía Latinoamericana en el Instituto Universitario Ortega y Gasset.
Profesor visitante en Alemania, Argentina, Cuba, Chile, España, México, Reino Unido y Uruguay.
Es autor de más de 60 libros.
Asesor regional de la CEPAL.
Reside en Miami. USA.
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