En reiteradas ocasiones de mi vida me he preguntado, ¿por qué mayormente se prefiere hacer la guerra y no la paz? Pienso que crear, mantener y preservar la paz, es mucho más difícil que hacer la guerra. Para decidir la opción de paz, hay que aplicar un control y un discernimiento de las circunstancias y las emociones, donde converjan todas las posturas que estén en juego y el egoísmo humano que arrastramos de nuestras entrañas no sea la parte dominante en nuestro ser.
Y es que veo y siento tanta exasperación en las personas hoy en día, tanta violencia verbal y física, tanta incomprensión e indiferencia, que me causa temor. Desde que tengo uso de razón he notado una regresión en cuanto a la resolución y comprensión de problemas en los diferentes ámbitos de la vida, hemos pasado de hablar a ofender, a gritar, a golpear y a matar. El simple hecho de que exista el idioma, el diálogo y la comunicación, no es para que funcionen como simples conceptos que obviamos dependiendo de los antojos o decisiones personales, sino, para darle uso.
Diariamente veo, leo o escucho diferentes eventos que espantan. Antes se discutía y cuando más se tiraban dos golpes, salías con un rasguño, ahora sales con los pies tendidos y familias llorando. Antes te sentabas a dialogar y a pesar de las diferencias se llegaba a consenso, ahora se dicen horrores y se matan unos a otros. Antes se educaba en el respeto, la igualdad y la bondad, ahora es húndete tú, para salvarme yo.
Es fácil olvidar de donde venimos y ha donde vamos, el principio y el fin. Los humanos venimos y nos vamos de este mundo sin llevarnos nada, exceptuando un legado o los infinitos buenos actos que regalas en tu paso por la vida.
En lo personal me hace feliz mirar a todas las personas de la misma forma, con amor, comprensión y humanidad, la vida pasa tan deprisa que a veces no nos damos cuenta, considerar el tiempo que vivimos como un regalo y una oportunidad para disfrutar de todo lo maravilloso que existe y hacer el bien a otros, es el mayor regalo.
La paloma blanca necesita más visibilidad en estos tiempos, así como el amor y la comprensión.
- Rosalia Viñas Lazo (Pinar del Río, 1989).
- Miembro del Consejo de Dirección del CEC.