Durante las últimas décadas los medios de comunicación de nuestro país han mostrado una imagen de Cuba al mundo, donde predominan la igualdad y la inclusión. Si buscamos indicadores en la vida de los cubanos para comprobar la certeza de esta imagen, podríamos constatar si esta propaganda se ajusta o no a la realidad.
Por Virgilio Toledo López
Cuba es uno de los pocos estados que se declaran socialista, Marxista-Leninista. Según el Diccionario Avanzado de la Lengua Española, define el socialismo como: “teoría política-económica que propugna la propiedad y la administración de los medios de producción por parte de las clases trabajadoras con el fin de lograr, mediante una nueva organización de la sociedad, la igualdad política, social y económica de todas las personas”1.
Durante las últimas décadas los medios de comunicación de nuestro país han mostrado una imagen de Cuba al mundo, donde predominan la igualdad y la inclusión. Si buscamos indicadores en la vida de los cubanos para comprobar la fidelidad y certeza de esta imagen, podríamos constatar si esta propaganda se ajusta o no a la realidad.
Algunos sociólogos y politólogos definen el grado de igualdad e inclusión en una sociedad a través del conjunto de indicadores que miden cómo acceden los ciudadanos al sistema de garantías sociales, o sea, cómo pueden disfrutar de los derechos sociales, culturales, económicos, civiles y políticos.
En una rápida mirada y valoración, veamos cómo se comportan algunos de estos indicadores en nuestro país.
Educación
Muchos avances logró Cuba en materia de educación e instrucción en la etapa republicana, pero existían diferencias notables de oportunidades para el acceso a una educación elemental para los sectores más marginados, sobre todo en el área rural que era la mayoritaria. Después del 59, el gobierno de Cuba tomó una serie de medidas que favoreció el acceso de los cubanos a la enseñanza. Amén de la única orientación ideológica que tiene la escuela, hoy por hoy, en nuestro país, todos tienen la posibilidad real de cursar estudios básicos, lo que ha contribuido a aumentar considerablemente la cantidad de profesionales en las diferentes especialidades.
Otra cosa es el nivel de inclusión que existe. Desde que comienzan los primeros grados, los niños que proceden de familias que no están de acuerdo con la marcada ideologización que define la enseñanza, las metodologías y estilos pedagógicos empleados, son señalados como un problema a resolver por la Dirección de la escuela, que, como se sabe en Cuba, es correa de transmisión de lo que dictan desde el gobierno central. Todos los que profesan ideas, credos, y mucho más, comportamientos que difieren del que está permitido oficialmente, son discriminados o reprimidos en alguna medida. La consigna, “la Universidad es para los comunistas”, se ha hecho realidad en algunos casos, porque algunos estudiantes han sido expulsados de los niveles superiores de la enseñanza al pensar y actuar en desacuerdo con la ideología.
La salud
Aunque desde la época de la República este indicador mostraba avances significativos en comparación con otros países del área, se constata que en la etapa posterior al año 59, los logros alcanzados en nuestro país son significativos: Aumento del número de trabajadores del área de salud (médicos, enfermeros, odontólogos, psicólogos y otros) por habitantes, construcción de nuevos hospitales y policlínicos, crecimiento de la industria farmacéutica.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que debido a intereses políticos y económicos de nuestro gobierno y otros, un porciento significativo de estos trabajadores están prestando sus servicios en diferentes países, motivados en gran medida por las mejores oportunidades de remuneración económica que le son brindadas en estas llamadas “misiones internacionalistas”. Este fenómeno y la continua emigración de los profesionales de la salud han provocado que disminuyan drásticamente la calidad y cantidad de la atención a la salud de los cubanos. Es de señalar también que muchas de las construcciones dedicadas a este servicio están muy deterioradas y no reúnen las condiciones elementales para cumplir la función para la que están destinadas.
La inclusión en el indicador de la salud en nuestro país es bastante amplia, cada persona tiene la posibilidad de acceder a la atención médica. Lastimosamente, en los últimos tiempos, se está haciendo cada vez más difícil recibir una atención médica adecuada, primando para recibirla elementos como: poder adquisitivo, “amiguismo”, poder, capacidad de gestión y otros también éticamente cuestionables.
Empleo
En Cuba, hasta hace pocos años, el empleo estaba garantizado en un alto grado, casi todas las personas podían acceder a un puesto de trabajo, independientemente de la insuficiencia de la remuneración que por casi todos los empleos se reciben, de la utilidad y aporte a la sociedad y del fenómeno del subempleo que tanto abunda.En la actualidad se ha anunciado por los dirigentes del país que se tomarán drásticas medidas para reducir las plantillas infladas, que no es otra cosa que despidos masivos para disminuir la enorme cantidad de personas empleadas en sectores públicos no productivos y el elevado índice de subempleo que existe.
La centralización de la mayoría de los puestos de trabajo por parte del Estado, al constituirse en único empleador ha sido un factor que ha agravado el índice de desempleo y subempleo porque al sector privado, además de ser muy reducido, le está o estaba prohibido emplear a trabajadores libremente. Además, el hecho de ser prácticamente el único empleador, favorece a la exclusión, debido a que la ideología oficial es una sola. En numerosas ocasiones las personas más aptas para desempeñar un empleo no lo alcanzan porque no comparten dicha ideología.
Vivienda
Uno de los problemas más críticos de Cuba lo constituye el fondo habitacional debido a la poca capacidad del gobierno para construir nuevas viviendas. Si le sumamos a esto, las restricciones que pone el Estado y las limitaciones económicas que tienen los privados, resulta en que, la gran mayoría de las personas vive de manera hacinada, o no tienen un techo que los cobije.
Los elementos de la exclusión aquí se manifiestan más crudamente en las clases más pobres, porque tienen menos posibilidades de construir con medios propios una vivienda donde poner en práctica su proyecto familiar. Supuestamente en un proyecto socialista, los más pobres deberían ser los más beneficiados.
Seguridad social
Realmente en nuestro país las personas cuando llegan a edad de retiro tienen asegurada la jubilación, que es la manera más concreta que existe de garantizar su seguridad social, agregándole a esto la posibilidad de acceder a los servicios de salud. La excepción la constituyen los campesinos, a los que se les hace más difícil obtener una jubilación, dándose el caso que muchos de ellos están trabajando en labores tan fuertes como son las del campo, con elevadas edades.
A pesar de recibir una retribución por motivo de jubilación, esta es verdaderamente insuficiente, lo que obliga a las personas de la tercera edad a seguir trabajando después de pasar a retiro.
Podemos resumir planteando que mientras existió la URSS y los países integrantes del Consejo de Ayuda Mutua Económica (CAME) las diferencias económicas y sociales en Cuba no eran tan notables porque las enmascaraban los enormes subsidios que eran enviados con el objetivo de afianzar en América la ideología Marxista- Leninista. Con la caída del Muro de Berlín, las desigualdades comenzaron a mostrarse con mayor transparencia y fuerza.
Lamentablemente, en la mayoría de los casos, estas desigualdades sociales no se profundizaron por factores legítimos como: mayor capacidad de gestión de las personas, más talento, o más laboriosidad e incluso las llamadas misiones, sino que están marcadas por elementos tales como: personas que reciben remesas familiares, otras inescrupulosas más capaces para adaptarse a la mentira, la doblez, a la influencia y uso corrupto de la misma, al soborno y otras.
Sin embargo, para medir el parámetro de la inclusión en Cuba desde los primeros años en que se instauró este proyecto político y social, ajeno a nuestra cultura, han existido reglas muy rígidas por parte del gobierno contra todo aquel que no comparta la ideología o pensamientos y proyectos denominados oficiales.
Los cubanos tenemos el reto de reconstruir una sociedad donde realmente se alcancen cada vez mayores grados de igualdad y esta no sea solamente una necesidad y un deseo, donde todos sean iguales ante la ley, y además, puedan acceder a los derechos sociales culturales, civiles y políticos en igualdad de oportunidades, o lo que es lo mismo, ¡que todos tengamos los mismos puntos de partida! Para que en un futuro las diferencias que marquen la desigualdad sean debido a las capacidades y aportes de las personas a la sociedad en que vive y no por emplear métodos que puedan cuestionarse éticamente.
Cada cubano puede aportar su afán y empeño para que en nuestro país la igualdad y la inclusión vayan transformándose cada vez más, de mito a realidad. Sin negar las diferencias, incluyendo a todos y a todas, independiente de su credo, ideología, raza, sexo, edad o nacionalidad. Esto, lejos de afectar la igualdad la hace más sólida, incluyente y real.
Virgilio Toledo López (Pinar del Río, 1966).
Ingeniero Electrónico. Premio Ensayo 2006 en el concurso “El Heraldo”.
Ha publicado en revistas nacionales y extranjeras. Autor del libro El daño antropológico y Derechos Humanos en Cuba.
Es miembro fundador del Consejo de Redacción de Convivencia. Fue Responsable de la Consultoría Cívica del Centro de Formación Cívica y Diseñador de la revista Vitral.
Reside en Pinar del Río.