La hierba es azul

Foto tomada de internet.
Foto tomada de internet.

Hace poco estaba viendo la comparecencia de un político español ante una comisión del Congreso, para responder preguntas acerca de determinada cuestión y me llamó la atención que el congresista encargado de hacer las preguntas no dejaba que el interpelado las respondiera, interrumpiéndolo constantemente, haciendo comentarios cortos e inoportunos y evidentemente, tratando de distraer al compareciente para que no pudiera organizar sus argumentos y me pregunté ¿Esto podrá considerarse como discutir?

Entonces busqué el significado de esta palabra en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española (DRAE) y encontré lo siguiente:

Discutir:

Examinar atenta y particularmente una materia.
Contender y alegar razones contra el parecer de alguien.
Discutir un tema con opiniones diferentes.

(https://dle.rae.es/)

Pensé que hay personas que no leen el diccionario de la RAE, aunque sean españoles.

Entonces me dije, voy a buscar el significado de discusión y encontré el siguiente:

Discusión

  • Del lat. discussio, –ōnis.
  • f. Acción y efecto de discutir.
  • Sin.: disputa, controversia, polémica, litigio, bronca, altercado, pelea, lucha, querella, pendencia, trifulca, porfía, jaleo.
  • Ant.: consenso, avenencia, aceptación.
  • f. Análisis o comparación de los resultados de una investigación, a la luz de otros existentes o posibles.
  • Sin.: análisis, debate, examen, estudio, cuodlibeto.

En la primera acepción tenemos que la RAE enfoca la discusión como la acción de discutir, pero no con calma y de forma objetiva, si no como un enfrentamiento entre varias personas de opiniones diferentes. Y ese es el concepto que muchos tienen de “discusión”

Controversia, “bronca”, altercado; no la exposición correcta, tranquila y organizada de diferentes opiniones y sus fundamentos.

La discusión es para muchos, la imposición del criterio de una o varias personas sobre el de otra u otras personas, no buscar un acuerdo, no analizar racionalmente los argumentos planteados buscando un consenso, no buscar la verdad, que es tan difícil de encontrar.

Me acordé de un proverbio taoísta de más de 2600 años de antigüedad:

“Solo discuten los que no tienen argumentos para convencer”.

Este proverbio lo leí en el Tao Te Ching, una recopilación de las enseñanzas de Lao Tze, el maestro taoísta.

Hoy, casualmente, en el muro de Facebook de una amiga encontré que ella publicó una historia que ilustra lo anterior y para completar, Yoandy me pregunta hoy si quería publicar algún artículo en el próximo número de “Convivencia”.

Y como no creo en las casualidades si no en las causalidades, me dije, esto es para que escriba un artículo sobre el “Arte de discutir”.

Pero antes de hablar de esto voy a resumir muy brevemente la historia que publicó mi amiga.

Un burro y un tigre se encuentran en la selva y el burro le dice al tigre:

– “La hierba es azul”.

El tigre observa la hierba y le responde:

– “No, la hierba es verde”.

Comienza entonces una discusión entre ellos, cada uno manteniendo su punto de vista inalterable, hasta que, cansados, deciden buscar un mediador imparcial y creíble para que definiera la cuestión y buscan al rey de la selva, el león.

Cuando lo encuentran, aun de lejos, el burro comienza a gritar:

“Señor, señor, ¡La hierba es azul!”.

El tigre queda asombrado por la gritería del burro y se acerca al león diciéndole:

“Señor, ¿no es cierto que la hierba es verde?”

El burro seguía gritando que la hierba es azul.

El león miró a ambos, el tigre tranquilo, el burro gritando su criterio y respondió:

“Burro, la hierba es azul y , tigre, te castigo a cuatro años de silencio”

El burro salió de allí gritando “La hierba es azul”.

El tigre se acercó al león y respetuosamente le dijo:

“Señor, pero la hierba sigue siendo verde”.
“Si, es verde, pero nunca convencerás al burro y a ti te castigué no porque digas que la hierba es verde, sino porque siendo inteligente y valiente como eres, discutiste con un burro y para colmo me buscaste para que haga de juez.

Moraleja:

Nunca discutas con un burro, es perder el tiempo.

Si discutes con un burro eres tan burro como él.

Y ahora vamos a hablar del “arte de la discusión”.

En toda discusión debe de tenerse presente que el objetivo es analizar una cuestión determinada para buscar la verdad, o lo que todos los que participan estén de acuerdo que seala verdad.

Es necesario que todos los participantes se atengan, de mutuo acuerdo, a una serie de reglas, que deben ser expuestas antes de iniciar la discusión, entre ellas:

Estar todos conscientes de que cada uno tendrá la oportunidad de exponer sus argumentos a favor de su opinión y en contra de la del otro.
Definir el tema a debatir y ajustarse al tema sin salirse del mismo.
Respeto a la opinión ajena.
Exponer cada uno sus argumentos de forma clara y concisa.
No decir NUNCA al otro “te equivocas” o “estas engañado” o “infórmate” o palabras parecidas.
Mente abierta para analizar los argumentos del (o de los) otro (s).
Aceptación de que la verdad puede ser la mía o la del otro. O ninguna de las dos. O parte de ambas, lo más frecuente.
Lenguaje apropiado y respetuoso, sin uso de palabras inadecuadas ni de epítetos denigrantes.
No aludir a cuestiones personales ni a errores del otro que no tengan relacióncon el tema a discutir.
Respeto al uso de la palabra sin interrumpir al que esté hablando en ese momento; en caso de necesidad, solicitar permiso para una aclaración pertinente y si se lo conceden, limitarse a hacer la aclaración de forma breve, sin debatir y sin tratar otros temas que no se relacionen con la aclaración.  
Mientras uno habla, el otro escucha y viceversa.
Se discute para argumentar y analizar, no para imponer criterios.
Al final resuman los argumentos de ambas partes y decidan en que concuerdan y en que mantienen sus posiciones iniciales, verán que, frecuentemente, ambos tenían razón en algunas cosas y estaban equivocados en otras.

Estos son algunos principios básicos para tener en cuenta al discutir con otra persona y deben de acordarse antes del inicio de la discusión.

Si se encuentran a alguno que se niega a aceptar una discusión analítica, argumentada y respetuosa, no pierdan el tiempo, levántense, díganle “La hierba es azul” y den media vuelta dejándolo con la palabra en la boca.

Si se encuentran alguno que justifica sus errores por el calendario maya, porque los fenicios no calafatearon adecuadamente sus naves, porque los icebergs en el Atlántico no dejan pasar los barcos, porque las palomas mensajeras se equivocaron de dirección o por cualquier argumento parecido, no vacilen, díganle “la hierba es azul” y no discutan con ellos, seria ponerse al mismo nivel y terminarían creyendo firmemente que “la hierba es azul”.

Y, realmente HAY una hierba que se llama “Hierba azul” (Bluegrass) pero no es realmente azul, es verde ligeramente plateada, la “Poa pratensis”.

Aunque hubiese UNA hierba azul, no puede generalizarse por la excepción.

Los que me conocen saben que me gusta publicar posters breves (a veces no tan breves) en Facebook, y a veces algunas personas, creo que, con buena intención, publican opiniones diferentes a la que expreso en mi comentario, cuando creo que es una opinión personal diferente a la mía, pero que puede ser cierta, que es razonable, respetuosa y razonada, me limito a darle “me gusta” y aclarar lo que creo que debo decir en ese tema, con todo respeto; si creo que es una opinión “borrica”, me limito a no darle “me gusta”. Eso hasta hoy, les prometo que de ahora en adelante comentaré las opiniones que considere borricas, escribiendo: “La hierba es azul”.


  • Antonio Manuel Padovani Cantón (Pinar Del Río, 1949).
  • Médico.
  • Profesor de medicina interna.
  • Abogado.
  • Reside en Florida, EE.UU.
esenfrarzh-CNnldeitptru